De pie, frente al cauce ágil del río, una pareja de jóvenes observaba aterrados el cuerpo de un muchacho de no más de dieciséis años. Pronto, varios vecinos del pueblo y algunos turistas se amontonaron en el bosque para contemplar aquella horrible escena. Aterrados y confundidos todos se hacían la misma pregunta "¿qué estaba ocurriendo?" Tanto Hwasa como San no tardaron en llegar, este último además acompañado por Wooyoung, quien no había podido recuperar totalmente sus sentidos y la embriaguez del alcohol se había apoderado de él.
– Al fin estás aquí. ¿Se puede saber quién es ese? –preguntó Hwasa con curiosidad dirigiendo una mirada de pies a cabezas, examinando al joven que le acompañaba.
– Este es... –San tardó unos segundos en responder, pues no quería dar explicaciones sobre el chico a su prima–. Un amigo de Yunho, no se encontraba bien por el alcohol y no pude dejarlo allí.
– Encantado, soy Park Wooyoung –se presentó, acompañando su saludo con una leve reverencia, lo que hizo perder el control de su cuerpo, casi cayendo al suelo de cabeza.
Rápidamente fue San quien le agarró suavemente, alzándolo por los hombros con delicadeza.
–¿Qué ocurre? –pregunta el joven dirigiendo nuevamente la mirada hacia su prima.
– Pues que han encontrado un cadáver. Un adolescente –respondió Hwasa con los ojos fijos al frente, observando el panorama atónita.
Un escalofrío recorrió el cuerpo de Wooyoung al escuchar la palabra cadáver. Aunque no se encontraba en todas sus facultades, no pudo evitar pensar en lo ocurrido, cuando él mismo había sido testigo de una escena tan cruenta como aquella. San, por su parte, no podía disimular su sorpresa, pues, definitivamente, no se trataba de un caso aislado; ahora lo sabía. Alguien o algo se encontraba detrás de aquellas muertes y no había cabida para las casualidades. Si aún no se había recuperado de ver el estado en el que había acabado aquel chico, parecía que debía asimilar que no iba a ser la única víctima.
– No entiendo qué es lo que está sucediendo –respondió San afligido y sin querer indagar en más detalles.
"Además presenta los mismos signos que el otro chico. Cuello desgarrado, no queda ni una gota de sangre en su cuerpo y no hay rastro del hígado". Estas últimas palabras no fueron articuladas por Hwasa, sin embargo, San pudo escucharlas, pues las había dirigido hacia él. Con la presencia de Wooyoung y rodeados de mortales no podían comentar cosas como aquellas a la ligera, debían utilizar la telepatía para comunicarse. Al reparar en aquellas palabras, San confirmaba sus sospechas en silencio, aquello no había sido casualidad. Y de repente, no pudo evitar sentir un halo de culpa asomándose, sentía que si hubieran reportado la muerte, esa noche, aquel joven no hubiera corrido con la misma suerte. Por otro lado, las dudas llenaban su cabeza, haciendo que en su mente se barajaran diversas hipótesis. No tenía ni la mínima idea de lo que sucedía, pero tenía la sensación de que solo se trataba del principio. Sin duda, debían estar alerta.
– Por cierto, ¿dónde está Seonghwa? Le he buscado por todos lados, pero no consigo percibirle. –La voz de Hwasa sonó estridente, sacando a San de sus pensamientos.
– ¿Esta no es la zona que le asignaste? Debería estar por aquí... –respondió el joven por su parte, buscando a su primo entre la multitud que se había creado alrededor del cuerpo inerte de aquel adolescente.
– Creo que voy a vomitar. –Repentinamente, la voz temblorosa de Wooyoung acompañada por una arcada, interrumpe la conversación.
Tras estas palabras el joven se aparta ágilmente, dirigiéndose hacía unos arbustos cercanos.
– Los humanos son tan débiles, no consiguen aguantar dignamente ni un par de copas.
– Hwasa no es el momento de mostrar tu desprecio, guarda un mínimo de respeto. Debemos encontrar a Seonghwa... ¡Ay Wooyoung! Espera, joder, dejame ayudarte. –Acercándose a él, San, intenta sostenerle y apartando el cabello de su rostro lo agarra para evitar que pierda el equilibrio y acabe con el trasero en el suelo.
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Luna de Sangre // Woosan
FanfictionEn un pequeño pueblo, a las afueras de la provincia de Gyeongsangnam-do, una serie de asesinatos comienzan a perturbar su equilibrio. Pero lo que solo unos pocos saben es que entre sus habitantes, no todos son simples mortales. Magia, clanes rivales...