Hacía horas que Yunho había abandonado el apartamento, dejando a Mingi con la única compañía de sus tan amados cascos. Tendido en el sofá, esperaba pacientemente al oficial para seguir con la conversación iniciada en la mañana y pasar nuevamente la noche juntos; aunque llevaba la mayoría del tiempo reprendiéndose. "Más hablar y menos follar", era el consejo que Wooyoung le repetía constantemente cada vez que hablaban del tema. Cómo si eso fuera tan fácil. Mingi no se caracterizaba por tener un alto autocontrol sobre sus impulsos y menos en lo que tenía que ver con el sexo. Era vehemente, egoísta e irresponsable. O, al menos, eso era antes de querer ser la mejor versión de sí mismo para Yunho. Bufando una vez más, con la mirada clavada en el techo, intentó evadir sus propósitos hasta que su teléfono comenzó a vibrar. San casi nunca le llamaba, pese a que últimamente se habían vuelto más cercanos. Bueno, en realidad nadie nunca le llamaba a menos que fuera el último ser en la Tierra. Todos sabían que no destacaba por su extrema disponibilidad ni interés en resolver ningún drama familiar.
– ¿Quién ha muerto ahora? –saludó Mingi con tono sarcástico–. Estoy tan aburrido que hasta un muerto me haría feliz.
– Veo que estás de buen humor, supongo que tu ausencia por casa es debido a que estás invadiendo el apartamento de Yunho –reprendió San de vuelta.
– Tus suposiciones son correctas querido primo –soltó un suspiro dramático–. He estado entreteniendo al hombre más sexy del mundo con horas de sexo caliente e intentando poner en práctica los consejos de tu novio humano. Aunque eso todavía lo estoy trabajando...
Una risa brotó al otro lado de la llamada y las cavilaciones de Mingi comenzaron a desvanecerse. Aún no se acostumbraba a tener relaciones tan estrechas con sus familiares, pero lejos de los miedos iniciales, el pequeño grupo se abría camino, siendo cada vez más íntimos. Estas llamadas repentinas le aligeraban los ánimos y le hacían sentir, finalmente, alguien confiable e importante. Alguien en el que apoyarse o pedir consejo.
– Por cuanto ame escuchar tu hermosa voz primito, ¿podría saber el motivo de tu llamada? ¿Ha pasado algo en casa? –preguntó con inquietud.
– No, ósea sí. Sí y no... No te lo quiero contar por aquí. Es algo con Wooyoung pero...
Mingi se incorporó de un salto: –¡No me digas que se han peleado! Vaya par de "dramas". Venga hombre, ahora que por fin me cae bien...
– Mingi, que no –suspiró el vampiro resignado, quedando en silencio por unos instantes–. Wooyoung y yo dimos el paso y fue algo increíble. Pero luego llegó Yeosang en un estado bastante lamentable y puede que me haya dicho que el clan de Seúl no haya sido derrotado como Madre nos hizo creer en la última década. Por lo que, probablemente, estén ellos tras los asesinatos y toda esta situación –escupió.
Decir que estaba aturdido se quedaba corto. Pasando la mano por su rostro y volviendo a sentarse, Mingi suspiró una vez más.
– No estoy en casa por un día y se arma –habló tras un rato en completo silencio–. ¿La lealtad de Yeosang donde recae? Porque si está al tanto de esta información sólo puede significar una cosa: que estuvo jugando a dos bandos. Y eso comportaría un riesgo para todos nosotros y una sentencia de muerte sobre su cabeza. Mira que siempre pensé que había algo raro en él...
– Tranquilo Mingi. Me he asegurado de su posición y podemos confiar en él. No se habría arriesgado a volver si no fuera de los nuestros. Confío en él con mi vida –explicó San solemnemente, en un intento de no desatar la irascibilidad de su primo.
– Lo hablaremos cuándo llegue, voy para allá –respondió con recelo a la par que se vestía fugazmente–. Pero, espera. ¿Qué quieres decir con "hemos dado el paso"? –inquirió con una vocecita molesta–. ¿Activo o pasivo?
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Luna de Sangre // Woosan
FanfictionEn un pequeño pueblo, a las afueras de la provincia de Gyeongsangnam-do, una serie de asesinatos comienzan a perturbar su equilibrio. Pero lo que solo unos pocos saben es que entre sus habitantes, no todos son simples mortales. Magia, clanes rivales...