- A mi no me puedes engañar Shinichi - mencionó la castaña de ojos violetas al pequeño.
- ¿De qué habla Kimi-neechan? - pregunto el pequeño de lentes nervioso por las sospechas de la chica. Kimi sonrió.
- no soy Ran, a mi no me engañaras ni me logra...
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Narrador omnisciente
La situación fue inicialmente confusa para Kimi, después de un rato de escuchar la plática de Shinichi y sus padres se dió cuenta de la situación. Al parecer los padres de Shinichi tenían un amigo en la interpol y querían que el joven detective se fuera con ellos.
- ¡Ni hablar! - exclamó Shinichi - ¡Este es nuestro caso y lo resolveremos nosotras! ¡No quiero que se metan!
La joven maga se encontraba al margen, no quería meterse, pero el ver cómo el joven detective la incluía en el caso fue conmovedor. Lo suficiente como para hacer que se aceleré su corazón.
- Shi... Shinichi... - su madre estaba consternada ante su enojo.
- Además yo... - el pequeño detective miro de reojo a Kimi - No quiero irme de Japón...
Agase observó esa acción y se acercó a Kimi, la tomo de la mano para llevarla hacia afuera de la habitación del hotel. La joven maga solo camino con la cabeza baja y las orejas rojas, estaba avergonzada con los padres de Shinichi y con su tío Hiroshi. Aparte la mirada que le dedicó el pequeño le hizo adivinar que estaba pensando en ella.
- Kimi, querida - le llamo Agase - ¿Seguirás con Shinichi en este caso? - pregunto preocupado el científico. La joven maga lo miro y suspiro un poco relajada.
- Si, tío Hiroshi.
- ¿Y si sus sentimientos cambian con el paso del tiempo? - pregunto - ¿Y si no vuelve a ser el Shinichi que tú conoces? ¿Lo volverás a esperar hasta que crezca?
- Mmm - la joven pensó un momento y sonrió hacia su tío - no te preocupes, puede que cambien nuestros sentimientos, pero no lo dejaré solo. Al final somos un equipo, y si no vuelve a ser como antes entonces no pasa nada. Hay muchas posibilidades, la diosa suerte siempre está conmigo.
La chica finalizó con una sonrisa cálida, esperanza, eso era lo que irradiaba.
- ¿Porqué no te retiras tío? Es probable que ellos tarden un rato - explicó Kimi, ambos Agase bajaron por el ascensor y salieron de aquel hotel - Oh - dijo sorprendida la joven maga al ver a su hermano en la moto y con el casco puesto mientras veía su teléfono, al parecer esperándola - te llamo luego tío - y con eso se despidieron separándose por fin.
La maga se acercó al joven ladrón sin percatarse de que el pequeño detective había salido del ascensor para correr dónde ella. Había convencido a sus padres de dejarlo en Japón y le habían dado $10 millones para sus gastos, después de despedirse de forma rápida de sus padres para correr al encuentro de la chica de ojos violetas.
Kimi se acercó a Kaito, y aprovechando su distracción solo le quitó el teléfono, antes de poder quejarse la chica ya lo estaba abrazando.
- Muchas gracias por todo - dijo la joven de forma amorosa siendo rodeada por los brazos de su hermano.
- Siempre puedes contar conmigo Kimi - respondió Kaito con una sonrisa que estaba oculta en el casco.
Shinichi por otro lado se quedó pasmado viendo la escena, pensando en que podría hacer no hizo más que acercarse. ¿Alguien podría culpar a un niño inocente de interrumpir a su cuidadora y a un desconocido en una escena "romántica"? Bah, claro que no.
- Kimi-neechan, Kimi-neechan - le llamo jalando su ropa, sobresaltando a la maga.
- Oh, Conan - respondió ella soltando a Kaito, el pequeño estaba perforando el brazo del mago puesto que este se movió al hombro de la joven detective - ¿Qué sucedió? - pregunto la curiosa detective. "Lo más probable es que se quedé" afirmó en su mente.
- Me quedaré contigo - afirmó el niño.
- ¡Bien! - celebró la chica - bueno, me despido - Kimi abrazo de nuevo a Kaito y con una explosión de color rosa hizo aparecer un clavel en frente de su hermano - hablamos luego - dijo mientras llevaba su dedo índice a sus labios para que el joven mago no hablara.
Kaito asintió ante lo dicho y la orden, aceptando el clavel. El rostro del niño mostraba sospecha ante lo hecho por ambos magos, Kimi le trataba de esconder al chico su rostro y voz, pero no podría ocultarle las placas de la moto. Con ello encontraría el nombre del dueño.
El joven mago arrancó retirándose de aquel lugar, y Kudo memorizo las placas.
- ¿Quien era? - pregunto con un ligero puchero hacia Kimi.
- Mmm - la joven pensó un momento en la reacción del niño - ¿Porqué quieres saberlo? ¿Estas celoso? - pregunto juguetona.
- Claro que no, pesada - dicho eso comenzó a caminar.
- Tomemos un taxi - dijo Kimi caminando a su lado.
- ¿Por qué no en moto?
- Jajajaja, tal vez en otro momento - afirmó con burla la chica, picando al niño - aparte ya te dije que solo un genio podría amarme.
- ¿Y no es un genio? - pregunto con una ligera emoción.
- si lo es - y ahí decayó el chico, casi podía estar en posición fetal en medio de la calle - pero no es mi genio.
Con eso dicho paro un taxi, antes de que el pequeño detective pudiera descifrar lo que significaban sus palabras. Por fin podían volver de forma pacífica a casa.
- Oh - dijo finalmente el pequeño detective después de un rato.
La chica le dedico una sonrisa alegre, y tomo la mano del niño. Si bien, esa podía ser una escena sumamente romántica para la chica no era así ya que el ser consciente de que era un niño la hacia sentir más bien una simple felicidad del por venir.
A final de cuentas lo último que se pierde es la esperanza.
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