Capítulo 4

20 7 0
                                    

Changeling

Aquel fin de semana fue muy turbulento. Esperaba que Christopher apareciera de nuevo en mi ventana, pero no fue así, y no estaba seguro de si eso era bueno o malo. Quería hablar con él pero estaba aterrado: de que hubiera mentido y también de que me estuviera diciendo la verdad.

Seguí buscando indicios por todas partes. Pensaba, por ejemplo, que si Changbin era bajito y yo también, se debía a que ambos éramos hermanos. Pero al minuto siguiente, si él decía que le agradaba más el invierno que el verano, como yo odiaba el invierno, entonces no lo éramos.

En el fondo sabía que los indicios no señalaban en ninguna dirección concreta. Mi vida entera se había convertido en un monumental signo de interrogación y ya estaba desesperado por conocer las respuestas.

También tenía pendiente aquella difícil pregunta sobre qué era lo que en realidad quería Christopher conmigo. A veces me trataba como a un chiquillo irritante, pero en otras ocasiones bastaba una mirada suya para que me quedara sin aliento.

Creí que al volver a la escuela tras el fin de semana encontraría solución a mis dudas, y por ello, cuando me levanté el lunes, me esmeré en arreglarme. Sin embargo, fingí que no lo hacía por ninguna razón en particular; me obligué a creer que no lo hacía sólo porque iba a encontrarme con Christopher por primera vez desde la noche en que había entrado en mi habitación. Todavía quería hablar con él y que mi apariencia lo impresionara.

Como Christopher aún no estaba sentado en su lugar, a unas cuantas filas detrás de mí, cuando comenzaron las clases de la primera hora, se me formó un enorme nudo en el estómago. Lo estuve buscando todo el día con la esperanza de encontrarlo merodeando por algún rincón, pero no fue así.
Casi no presté atención en clase, y cuando llegó la hora de salir y me dirigía al coche de Changbin, me sentía desolado. Creí que resolvería algo ese mismo lunes, pero por el contrario sólo había acabado con más dudas.

Changbin notó mi comportamiento un tanto hostil y trató de preguntar cuál era el problema, pero lo esquivé. Se había mostrado preocupado desde que volví del baile y aún no había podido tranquilizarlo. La ausencia de Christopher me estaba afectando. ¿Por qué no me habría ido con él? Jamás me había sentido tan atraído por alguien, y además era algo que iba más allá del aspecto físico. Las personas, por lo general, no me atraían, pero con él era diferente.

Christopher me había prometido una vida donde hallaría mi lugar, en la que sería especial, y tal vez lo más importante, una vida con él. ¿Por qué entonces me había quedado en lugar de marcharme con él?

Tal vez porque todavía no estaba convencido de que era un ser maligno, porque aún no estaba listo para dejar atrás todo lo bueno por lo que tanto me había esforzado. Por suerte, había alguien que siempre había logrado ver más allá de mi exterior, que había sabido exactamente lo que yo era. Ella me diría si había algo de bueno en mí o si lo mejor era rendirme y huir con Christopher.

—Oye, Changbin… —Me miré las manos con nerviosismo—. ¿Vas a estar ocupado esta tarde?

—No lo creo… —contestó con un titubeo, mientras se adentraba en la calle que llegaba a nuestra casa—. ¿Por qué? ¿Qué tienes en mente?

—Estaba pensando que… me gustaría visitar a nuestra madre.

—¡De ninguna manera! —Changbin me miró lívido—. ¿Por qué quieres hacer eso? Ni hablar, Felix, no, esa es una petición… espantosa.

Se volvió para mirarme cara a cara de nuevo, y en ese momento me centré en sus ojos y repetí mis deseos una y otra vez. «Quiero ver a mi madre. Llévame a verla, por favor. Quiero verla». Changbin estaba muy enfadado, pero a medida que pasaba el tiempo, su expresión comenzó a suavizarse.

1.Travesía - ChanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora