Capítulo 12

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Nuevos conocidos

Avanzamos juntos por el pasillo pero, al llegar a la escalinata, Christopher se quedó unos pasos por detrás.

Irene y los Lee estaban de pie abajo y se volvieron hacia arriba para verme bajar. Era la primera gran entrada que hacía en mi vida y pensé que era algo maravilloso. Los Lee eran una pareja y su hijo. Ella era una mujer asombrosamente bella e iba engalanada con un vestido largo de color verde oliva, mientras que el señor Lee, que era también muy atractivo, vestía un traje oscuro. Su hijo era un chico guapo más o menos de mi edad. Incluso Irene parecía más llamativa de lo habitual: lucía joyas más atrevidas y su vestido estaba repleto de detalles.
Mientras bajaba hacia ellos noté que me estaban evaluando, por lo que di cada paso con toda la delicadeza y elegancia que me fueron posibles.

—Este es mi hijo, él príncipe . —Irene sonrió de una manera casi dulce y me extendió la mano—. Príncipe , ellos son la familia Lee: Jennie, Jongin y Minho.
Sonreí con cortesía e hice una ligera reverencia, pero entonces me di cuenta de que tal vez fueran ellos quienes debían inclinarse ante mí. De cualquier manera, continuaron sonriéndome con amabilidad.

—Es un enorme placer conocerlo. —Jennie hablaba en un tono tan acaramelado que me dio la impresión de que no debía confiar en ella. Tenía unos grandes y fabulosos ojos marrones, y de su elegante peinado alto caían unos cuantos rizos castaños con estudiada naturalidad.

Jongin, su esposo, inclinó la cabeza ligeramente a modo de reverencia y Minho, su hijo, lo imitó. La pareja se comportaba de una manera muy respetuosa, pero Minho se mostraba algo aburrido. Sus aterciopelados ojos verdes se encontraron con los míos por un instante y después me rehuyeron; me dio la sensación de que el contacto visual lo incomodaba.

Irene nos condujo al salón de estar para que pudiéramos conversar hasta la hora de la cena. En general la charla fue demasiado correcta y banal, pero sospeché que había un trasfondo que no lograba entender del todo. Irene y Jennie fueron quienes más hablaron, y Jongin se limitó a realizar unos cuantos comentarios. Minho permaneció callado y mirando en cualquier dirección excepto hacia donde estábamos los demás.

Christopher permaneció al fondo y sólo habló cuando se dirigieron a él. Se comportó con elegancia y cortesía pero, por el desdén con que Jennie lo trataba, me di cuenta de que no estaba de acuerdo con su presencia. Tal como Christopher había predicho, los Kim llegaron elegantemente tarde. Antes de la cena, me había informado de todo lo necesario sobre ambas familias, y mientras lo hacía noté que conocía mejor a los Kim y que hablaba de ellos de una manera mucho más afectuosa.

Christopher había sido el rastreador de Seungmin, por lo que conocía muy bien a Namjoon, su padre. La esposa de Namjoon, madre de Seungmin, había muerto unos años atrás. Christopher aseguraba que el señor Kim era un hombre muy tranquilo, a diferencia de su hijo, que era algo nervioso. Tenía veintiún años y antes de volver a Förening había llevado una vida privilegiada hasta el extremo.

Cuando el timbre sonó e interrumpió la irritantemente sosa conversación entre Jennie y mi madre, Christopher se disculpó de inmediato y fue a abrir la puerta. Volvió acompañado de Namjoon y Seungmin. Namjoon era un hombre bastante atractivo, de unos cuarenta y tantos años. Tenía el cabello oscuro y despeinado, lo cual me hizo sentir un poco mejor acerca de la imperfección del mío. Cuando estrechó mi mano, sonriendo con calidez, de inmediato respiré aliviado.

Seungmin, por otro lado, tenía una actitud bastante estirada y daba la impresión de sentirse aburrido y molesto al mismo tiempo. Era delgadísimo y su ondulado cabello rubio cenizo caía cuidadosamente sobre su nuca; por si fuera poco, en el tobillo llevaba un brazalete cubierto de diamantes. Al estrechar su mano percibí que al menos su sonrisa era genuina, y eso hizo que me pareciera un poco menos detestable.

1.Travesía - ChanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora