Capítulo 21

10 5 0
                                    

El baile

Tenía la impresión de no haber dormido nada cuando Seungmin irrumpió en mi habitación a la mañana siguiente para ayudarme. Mis ojos amanecieron rojos e hinchados, pero él apenas hizo algún comentario; tan sólo me animó a levantarme y señaló lo mucho que nos divertiríamos en el baile. No le creí, pero al parecer no quiso darse cuenta.

Necesité motivación física y verbal para hacer casi todo. Seungmin tuvo incluso que recordarme que debía enjuagarme el champú del pelo, así que supongo que tuve mucha suerte de tener cerca a un amigo que no se caracterizaba precisamente por quedarse callado.

No obstante, me estaba resultando tremendamente difícil compaginar mi corazón roto con la emoción de un baile. Seungmin trataba de mantenerme animado, o por lo menos emocionado con algo, pero todos sus esfuerzos caían en saco roto. En aquel momento la insensibilización era lo único que me podía permitir seguir adelante con todo aquello.

Ni siquiera entendía cómo había sucedido todo. Cuando conocí a Christopher me había parecido desagradable; y después pasó a parecerme tan sólo irritante. A lo largo de la mañana, renegué de él muchas veces y le llegué a decir en mis adentros que no lo necesitaba y que no lo quería cerca. ¿Cómo había podido llegar a ese punto? Había pasado toda mi estúpida vida sin él, y resultaba que, ahora que no estaba, tenía la impresión de que no podría continuar viva ni un minuto más.

Me senté en un taburete envuelto en la bata mientras Seungmin se ocupaba de mi cabello. Me ofreció peinarlo ante el espejo para que yo pudiera ir contemplando sus progresos, pero me daba lo mismo. De repente se quedó inmóvil con un bote de espray en la mano y me observó fijamente.

—Felix —dijo con un suspiro—. Sé que Christopher se ha ido y es obvio que no lo estás asimilando muy bien, pero él es una cigüeña y tú, un príncipe.

—No sabes de lo que estás hablando —mascullé.

Por un momento pensé en defenderlo, pero, para ser honesto, estaba furioso con él porque se había marchado sin mí. Yo jamás lo habría podido dejar después de aquel beso. Fuera como fuese, su abandono era toda una tortura, así que me limité a bajar la mirada y traté de poner fin a la discusión.

—De acuerdo. —Seungmin hizo un gesto de desesperación y continuó aplicando espray a mi cabello—. Pero, lo quieras o no, sigues siendo un príncipe y esta es tu noche. —No dije una sola palabra mientras él estiraba y cepillaba mi cabello sin parar—. Todavía eres muy joven y no te das cuenta de que hay muchos peces en el mar, en especial en el tuyo. Los hombres más atractivos y los mejores partidos te asediarán; con el tiempo ni siquiera te acordarás de la estúpida cigüeña que te trajo.

—No me gusta pescar —murmuré con frialdad, pero Seungmin me ignoró.

—¿Sabes quién es perfecto? Lee Minho —dijo absolutamente fascinado—. Me encantaría que mi padre me comprometiera con él. —Suspiró con melancolía y me dio un tirón.

»Es muy sexy y está completamente forrado. —Seungmin continuó describiéndolo como si yo le hubiera pedido que me contara más—. Es de los markis que cuenta con los mejores dones y habilidades del mundo, lo cual resulta bastante extraño porque por lo general suelen ser las marksinnas las más privilegiadas en ese sentido. Los varones pueden hacer algunas cosas, pero su capacidad se ensombrece cuando se la compara con lo que poseen las mujeres. Sin embargo, Minho es más poderoso que nadie; no me sorprendería enterarme de que lee la mente.

—Creía que nadie podía hacer eso —dije, muy sorprendido al descubrir que sí estaba prestando atención a las palabras de Seungmin. Unas semanas antes, nada de lo que pudiera haber dicho me habría interesado.

1.Travesía - ChanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora