Capítulo 9

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Añoranza

Cuando salí del baño, envuelto en un suave albornoz, me sorprendió encontrar a Wooyoung sentado en la cama. Tenía en las manos mi iPod, es decir, el que estaba en la habitación, y revisaba la lista de canciones. Como al parecer no me había oído salir del baño, me aclaré la garganta lo más fuerte que pude.

—¡Ay, hola! —Wooyoung dejó el iPod a un lado y se puso en pie. Me sonreía de tal forma que sus ojos brillaban—. Lo siento, no era mi intención interrumpirte, sólo quería ver cómo estabas y si te había gustado el lugar.

—No estoy seguro. —Llevaba el cabello hecho un desastre y traté de arreglarlo pasándome los dedos por entre los mechones húmedos—. Creo que es demasiado pronto para decirlo.

—¿Te gustan tus nuevas cosas? —preguntó Wooyoung, señalando la habitación—. Lo he elegido según mis gustos, aunque creo que eso suena un poco superficial. Le pedí a San que me aconsejara porque él es un doncel también, pero de todas maneras es bastante difícil elegir regalos para alguien a quien no conoces.

—No, no, todo está muy bien; hiciste un gran trabajo. —Me froté los ojos y bostecé.

—Ay, disculpa, debes de estar muy cansado —dijo Wooyoung y se levantó—. No he podido venir antes a charlar contigo porque estaba en la escuela y acabo de regresar. Pero… bueno, te dejo descansar.

—Espera, ¿dices que acabas de salir de la escuela? —Fruncí el ceño porque no lograba entenderlo —. ¿Eso significa que eres rastreador?

—No —ahora era él quien se mostraba confundido—, soy mänks. —Cuando vio que no lo entendía, agregó—: Lo siento, quise decir mänsklig.

—¿Y qué diablos significa eso? —inquirí. Estaba tan cansado que me estaba costando un gran esfuerzo ocultar mi exasperación.

—Ya te lo explicarán más tarde —dijo Wooyoung, a la vez que se encogía de hombros—. De todos modos, creo que necesitas descansar. Si no me encuentras en mi habitación es porque estoy abajo, comiendo algo.

—¿Eres feliz aquí? —solté, sin pensar en lo grosera que era la pregunta. Nuestras miradas se encontraron por un instante, y la suya me reveló la respuesta y mucho más, pero consiguió eludirla.

—¿Y por qué no habría de serlo? —preguntó Wooyoung con un dejo de sarcasmo. Recorrió con los dedos mis sábanas de seda y se quedó contemplando el edredón—. Tengo todo lo que un chico podría desear. Videojuegos, coches, juguetes, dinero, ropa, sirvientes… —Se detuvo, volvió a sonreír levemente y me miró para decir—: Y por si eso fuera poco, ahora hay un príncipe viviendo al otro lado del pasillo. Esto ya es demasiado.

—En realidad no soy un príncipe. —Negué con la cabeza y me acomodé el cabello detrás de las orejas—. No en el sentido literal de la palabra. Me refiero a que… acabo de llegar aquí.

—Pues yo diría que sí que lo pareces. —La manera en que me sonreía me hizo sentir incómodo, por lo que agaché la cabeza sin saber qué más podía hacer.

—¿Y tú? —le pregunté mirándolo a los ojos pero sin enderezarme. Le sonreí con una extraña coquetería, pero no me importó—. ¿Eres un príncipe?

—Ja, ja, qué va —contestó entre risas. Luego, algo avergonzado, se pasó la mano por su rubio cabello—. Será mejor que deje que te vistas. El chef tiene el día libre, así que me toca a mí preparar la cena.

Wooyoung se dio la vuelta y echó a andar por el pasillo, silbando una melodía que no reconocí. Cerré la puerta deseando poder entender mejor todo lo que sucedía. Era el príncipe Trylle de un imperio de timadores, y por si eso fuera poco había un mänsklig viviendo al otro lado del pasillo y no tenía ni idea de lo que eso significaba.

1.Travesía - ChanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora