4. SANJI & LAW - p. 2

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El tiempo corría veloz y hasta que Luffy apareciera, debían asegurarse de no ser atrapados. El plan corría un grave peligro ahora que ya no solo eran ellos quienes huían. Franky y Usopp también estaban en peligro de ser descubiertos así que en esos momentos, los cuatro hombres corrían buscando un nuevo lugar en el que esconderse mientras pensaban en una forma de pasar desapercibidos.

Habían llegado a la conclusión de que lo único que podían hacer para no llamar la atención era cambiar su apariencia. El rubio llevaba un tiempo en silencio y esto no había pasado desapercibido para el cirujano que le observaba de vez en cuando. Cuando el carpintero y el francotirador se adelantaron en el camino, el cocinero miró a su acompañante y al ver la cara de preocupación en el rostro del ojeroso, no pudo evitar dedicarle una cálida sonrisa.

-Sé que a veces se entusiasman demasiado pero lo harán bien.

-No espero menos y no dudo de ello pero tú estás extraño. Demasiado callado para lo bocazas que sueles ser y demasiado distraído teniendo en cuenta nuestra situación. -Dijo recibiendo una sarta de insultos por parte del aludido.

Cuando el cocinero se dio la vuelta con intención de irse dando por terminada aquella conversación, Law extendió la mano sujetando su muñeca y volvió a hablar.

-¿Hay algo que te preocupe? -Quiso saber.

Sanji se sorprendió un poco al escuchar su pregunta. -¿Preocupado por mí, Trafalgar?

El doctor dio un paso hacia delante acortando considerablemente las distancias entre su boca y la del rubio haciendo que este último comenzase a ruborizarse. Se tomó unos segundos antes de responder, disfrutando de las reacciones que provocaba en el menor.

Maldición.

Sabía que aquel cocinero era un hombre realmente atractivo pero, ver sus pálidas mejillas ligeramente sonrosadas por su causa, provocó una extraña felicidad en él. Llevaba tiempo pensando en si debía o no acercarse al contrario y ahora que las circunstancias les habían empujado a compartir esta aventura, no pensaba desaprovechar la oportunidad.

-Vamos, podría decirse que somos amigos ¿no? Debo admitir que a mí no me desagrada tu compañía y eso ya es mucho decir teniendo en cuenta que me incomoda a sobremanera compartir espacio con la mayor parte del mundo. Pero contigo es diferente. Al fin y al cabo eres una persona amable, educada, inteligente y con interesantes habilidades en general.

-¿Q-Qué mierdas pasa contigo, Torao? -Preguntó el otro casi gritando exaltado por lo que acababa de escuchar.

¿Acaso el cirujano de la muerte quería reírse de él? ¿O simplemente ese idiota había perdido del todo la cabeza?

-No me llames así. -Comenzó Law intentando calmar el tic que había aparecido en su ojo. -No he dicho ninguna locura Kuroashi-ya. -Se mantuvo callado unos segundos para después dibujar una sutil sonrisa en sus labios. -¿Cómo no ibas a agradarme? No creo que nadie pueda decir eso.

Sanji abrió los ojos de par en par al mismo tiempo que sentía como su estómago daba un vuelco en su interior. ¿Qué demonios significaba eso? ¿Realmente el moreno estaba interesado en él?

Al ver la duda y el deseo pelear en los ojos del rubio, el tatuado se alejó suavemente. Acercó una de sus manos a la mejilla del contrario y le acarició buscando que sus ojos azules le miraran antes de hablar de nuevo.

-Tal vez hay alguien más interesado... Como Roronoa-ya ¿verdad? Desde que os conocí parecéis tener algún tipo de tensión no resuelta.

-Cállate bastardo. No hay nada entre Zoro y yo.

-Me alegra oír eso. -Susurró el ojeroso en su oreja. -Aunque entonces aún está el misterio de lo que te preocupa.

Maldición. ¿Qué había sido eso?

¿Desde cuando Law y él eran tan cercanos?

Y un cuerno cercanos

¿Qué se supone que acababa de pasar?

Pensé que sería al revésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora