9. SANJI & LAW - p. 4

116 9 0
                                    


-¿Te has encontrado con Bepo y el resto? -Sanji soltó el aire suspirando tranquilo. -Vaya, es un alivio que ya no estén atrapados por esos bastardos. ¿Y qué hay de Torao?

-Bepo me ha dicho que estaba investigando algo y que se reuniría con nosotros lo antes posible. La verdad es que yo también me alegré de verlos a todos a salvo. -Respondió Nami sonriendo.

-Me sorprende que ese idiota no me haya dicho nada. -Se quejó el rubio.

-¿Así que ahora Law y tú sois amigos? -Soltó una carcajada. -Jamás lo habría imaginado. Pensé que le odiabas.

-¿Amigos? Eso es una palabra muy grande para definir lo que hay entre ese psicópata y yo.

-¿Y cuál sería la palabra adecuada? -Preguntó la mujer acercándose divertida hacia el cocinero levantando una de sus cejas.

-Nami-swan tú sabes que yo jamás podré tener ojos para nadie que no seas tú mi bella dama. -Soltó el rubio con su tono habitual mientras comenzaba a bailotear alrededor de su nakama.

-Debo confesarte algo, Sanji-kun. -Comenzó la navegante de pronto cambiando su semblante. -Ahora que lo recuerdo, diría que todos los miembros de la tripulación de Torao estaban algo extraños. Ninguno dijo ni una palabra además de Bepo y todos miraban al suelo como si ocultasen algo.

-¿Qué quieres decir? -El rubio se tensó al instante. -¿Crees que tiene que ver con Law?

-Creo que si Bepo no ha querido decirme nada más, por ahora debemos confiar en ellos. Al fin y al cabo son nuestros aliados pero, debemos estar preparados para cualquier cosa.

El cocinero asintió mientras encendía un cigarro y veía la figura de la pelinaranja alejarse de allí después de despedirse de él. Maldita sea ¿Cómo demonios debía concentrarse en el plan si no sabía con certeza si el cirujano de la muerte estaba bien o no? Estaba dispuesto a ir en busca de Bepo y el resto para sonsacarlos la verdad a cómo dé lugar, sin embargo, antes de poder hacerlo, la noticia de la ejecución pública de Shimotsuki Yasuie enloqueció a todos los habitantes del pueblo en el que se encontraban. Por lo visto aquel hombre había sido uno de los más fieles seguidores de Oden y después de tanto tiempo, le habían atrapado.

...

Un segundo.

Ese era...

¿El viejo de Ebisu que no paraba de reír?

¡¿Qué demonios?!

¡Maldita sea! Cuando todo parecía por fin ir bien entre él y el cocinero se encontraba en ese aprieto. Condujo sus ojos a través de los barrotes de la celda que le retenían. Ese bastardo de Hawkins realmente había jugado bien sus cartas. ¿Es que no había una habilidad de akuma no mi más frustrante que la de ese rubio? Si no aceptaba el trato que el medium le había ofrecido, sus nakamas estaban condenados a vagar como una vida desechable de ese idiota. Y por lo que había comprobado, el supernova no tenía ningún remordimiento por sacrificar a cuantos hombres hiciera falta con tal de seguir con vida. Esperaba que ninguno de sus nakamas se sintiera mal por la decisión que había tomado pero, sobre todo, rezaba por que cumplieran su órden de mantener en secreto su actual estado.

-Serías muy estúpido si no aprovechas mi ausencia Roronoa-ya... -Susurró Law para sí mismo.

Estaba seguro de que cuando Sanji le dijo que entre él y el espadachín no había nada, no había mentido. Sin embargo, también sabía con certeza que tanto el peliverde como el cocinero tenían una relación diferente y especial entre ellos. Sabía que poco a poco, el más pálido comenzaba a aclarar sus sentimientos hacia los hombres que se habían acercado a él y ese pensamiento sólo le hacía sentir más frustrado al verse atrapado en ese lugar. A pesar de que esta vez sabía que realmente estaba en una situación preocupante, se descubría a sí mismo una y otra vez huyendo de esos pensamientos para pensar en Sanji en su lugar. 

Pensé que sería al revésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora