18. SANJI & LAW - p. 7

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Habían pasado un total de cuatro días en los que no había tenido ninguna noticia sobre Law y a pesar de que sabía que debía centrar sus energías en continuar con el plan para ayudar a Momonosuke y el resto, no podía evitar sentirse ansioso. Caminaba con rapidez por las calles de Wano en busca de la navegante cuando a lo lejos logró distinguir una silueta que reconoció al instante y le hizo frenar en seco.

Bepo

-Oí, necesito hablar contigo. -Dijo sin importarle la brusquedad con la que había iniciado la conversación.

-¡¿QUIÉN DEMONIOS ERES TÚ?! -Gritó el oso al comprobar que no reconocía al hombre que le acababa de interceptar. -¿Qué quieres de mí? Yo sólo soy un pobre ciudadano de este pueblo. -Suplicó.

Sanji sintió cómo una gota de sudor resbalaba por su frente. -Bepo, soy yo idiota. -Susurró alzando con cuidado sus gafas para que su aliado pudiese reconocerle.

-Realmente me has asustado. -Se quejó el animal mientras volvía a respirar con normalidad. -¿Qué necesitas?

A pesar de que Bepo era quien más preocupado estaba sin duda por su capitán, los últimos días había decidido que debía concentrarse de lleno en llevar a cabo la misión y confiar en las palabras del ojeroso antes de irse con Hawkins.

"Nos veremos pronto pero ahora necesito que no os metáis en líos... No contéis a nadie lo que ha pasado."

El cirujano de la muerte era un hombre temido con razón. Si se lo proponía podía ser la persona más aterradora del planeta pero, él y el resto de los piratas Heart tenían fe ciega en su capitán. Tal vez daba miedo y no era el hombre más sociable y agradable pero hacía tiempo que el ojigris había comenzado a vivir de nuevo. Y a pesar de que éste no lo había hablado con su tripulación, tampoco era necesario. Bepo y los demás sabían de sobra que tras sobrevivir en Dressrosa, Trafalgar era una persona nueva. Como si hubiera vuelto a nacer. Así que no tenía ninguna duda en las palabras del tatuado.

"Nos veremos pronto"

Volvió a concentrar sus pensamientos en Sanji al darse cuenta de que el rubio aún no había respondido. -¿Estás bien?

Al observar detenidamente al cocinero de los Mugiwara se percató de que el otro se veía algo nervioso. Como si estuviera pensando las palabras adecuadas antes de hablar y estuviera preocupado por la posible respuesta. De pronto los ojos azules se clavaron en los del oso con determinación. 

Mierda. 

El cocinero lo sabía.

-¿Dónde está Torao?

-No lo sé. -Respondió nervioso el de pelo blanco.

¿Cómo demonios se había dado cuenta de que algo pasaba? Sabía que el rubio era un hombre observador pero jamás imaginó que la desaparición de su capitán preocuparía tanto a alguien que no fuera un miembro de la tripulación. 

¿Qué demonios estaba pasando?

-No me jodas. -Sanji elevó el tono hasta casi gritar provocando que su aliado diese un brinco y se alejase un poco. Al ver esto, se arrepintió al instante suavizando su voz de nuevo. -Al menos necesito saber que está bien... -A pesar de que lo intentó no pudo evitar que su voz temblase.

-Y-yo...

...

-¿Preocupado por mí, Kuroashi-ya?

Pensé que sería al revésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora