Rompecorazones

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Las personas siempre tienen miedo a ser lastimadas pero yo no. Yo le temía a algo más, sentada en el asiento de copiloto de Dawson me di cuenta que él era el tipo de hombre con el que ibas a querer pasar tu vida, el tipo de hombre que ya no existe, alguien que se preocupa por ti más de lo que se preocupa por él. Yo simplemente no quería eso, no podía darme el lujo de romperle el corazón. Aunque él también tenga el aire de rompecorazones, aunque él se vea como el tipo que te folla y te deja sin siquiera acordarse de ti, el no actúa así.

"¿Vas a dejar esto así?"

"¿Voy a dejar esto así?"

Yo había estado buscando alguien con quien acostarme, alguien que se adecue al perfil de amo, había estado obsesionada con eso, no había pensado en las consecuencias, no había pensado en los demás. No había pensado en él.

—Estamos aquí Cassie.

Nos detuvimos delante de un imponente edificio, era exactamente lo que imaginaba en cuanto al hogar de Dawson, un hombre con camisa roja y pantalones negros abrió mi puerta y la de él para poder estacionar el auto, mientras nosotros nos adentrábamos al departamento.

Sus labios son suaves y húmedos contra los míos, estoy respirando su aliento, agarrando su cabello, dejando que me bese una vez más. Su lengua se desliza entre la separación de mis labios y mis dientes, mis preocupaciones anteriores quedan de lado y no puedo hacer otra cosa que besarlo y tocar su cabello.

En ese momento sé que nada volverá a ser igual, no voy a ser besada así nunca más, con tanta dulzura y paciencia. He probado esto, he caído.

Sus labios se alejan y siento el frío, el calor de su cuerpo ya no está, tengo ganas de acercarme otra vez, de cortar el espacio que nos separa.

El calor se construye en mi vientre por su mirada, sus ojos oscuros, sus mejillas rojas y su cabello despeinado gracias a mí.

El pide un poco más de mi cada vez que me besa y yo simplemente se lo doy, voy perdiendo las partes que tienen miedo, las que sienten culpa, ahora somos él y yo, nada más, nadie más.

Sus ojos están a centímetros de los míos, su mirada me da la fuerza que me falta y ahora las riendas del beso las tomo yo, vuelvo a besarlo, su mano se desliza de la parte alta de mi cadera hacia abajo, hasta llegar a mi trasero, un gesto posesivo, provocativo, camino algo más.

Mierda.

Ambas manos están en mi trasero. Acariciando lentamente, acercándome más, como si eso fuera posible, me levanta un poco más y me sienta en el borde de la mesa, automáticamente mis piernas se envuelven alrededor de su cintura. Coloco mis manos en el borde de su remera, acariciando la piel de su abdomen, intentando quitar la tela que impide que estemos más cerca.

Dawson se separa de mi otra vez, deposita un suave beso en mi frente, un beso tierno.

Simplemente no lo entiendo.

Tengo ganas de huir, pero no puedo moverme, no quiero.

Me abraza con fuerza y no quiero hacer nada más que abrazarlo de vuelta, reposo mi cabeza en su hombro, siento sus labios en mi mejilla, mi cuello, mi hombro.

—Quédate conmigo—Esta susurrando, su aliento roza mi oído—Se mía.

—Vamos a follar, estoy aquí para eso—La respuesta se escapa de mis labios sin que siquiera lo piense un poco.

Y él gruñe, separándose de mí.

—No, eso es lo que no entiendes, quiero estar contigo, no solo así—señala nuestros cuerpos y baja una mano hasta mi pierna acomodando mi vestido—Quiero estar contigo en todos los sentidos.

—Quiero darte los buenos días, besarte cada vez que se me da la gana, quiero abrazarte, quiero hacerte sonreír con mis estupideces. Quiero ser tuyo. Es una locura, lo sé. No conozco mucho sobre ti y eso es lo que me impulsa, quiero saber todo sobre ti.

No se cómo responder a sus declaraciones, porque así como me he besado con muchos hombres, me involucre con muchos, ninguno nunca me hizo sentir importante, ninguno nunca intento hacerme sentir bien, todos intentaban mostrar a la chica linda que tenían a su lado, ni siquiera me  querían como novia, simplemente querían alguien con quien estar, una buena cara que alimente sus egos.

—Quiero ser él que te tiene en sus brazos y en su cama. Quiero ser él que va a memorizar las cosas que dices, así como la forma de tus labios cuando las dices. Quiero conocer cada curva, cada peca, cada estremecimiento de tu cuerpo.

—Quiero saber dónde tocarte y cómo tocarte. Quiero saber cómo convencerte para diseñar una sonrisa sólo para mí. —Siento su pecho subiendo y bajando—Yo quiero ser tu mejor amigo.

No puedo pensar.

No puedo respirar.

—Quiero tantas cosas —susurra—. Quiero tu mente. También quiero tu fuerza.

Apoyo mis manos en su pecho, decidida a no llorar, decidida a no mostrar cuanto me afecta, toma todo de mí no gritar y decir que yo también quiero eso.

—Quiero sentir tu piel en llamas. Quiero sentir tu corazón latiendo junto al mío y quiero saber que es por mi culpa, porque me quieres. Debido a que nunca —dice, inhala—, nunca quieras que me detenga. Quiero cada segundo. Cada centímetro de ti. Quiero todo eso.

Él me sostiene como si estuviera hecha de plumas.

—Dawson...

—Pero yo sé que quizá tú no quieras esto o no estés lista. —Vuelve a besar mi frente lentamente—Yo voy a darte lo que quieras, solo pídemelo, solo dime que quieres, si quieres irte ahora yo puedo llevarte o hacer que te lleven, solo dilo.

Pienso unos minutos más y finalmente se lo que quiero.

Hola, tarde oficialmente una semana, pero es el capitulo mas largo hasta ahora, creo.

quiero dar las gracias a mis lectoras fieles, ustedes saben quienes son ▲ y también a las nuevas

Estaba escribiendo la continuación ya ahora así que no creo que tarde tanto

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Dark RoomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora