No debes mirar a los hombres así

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Mi padre estaciono el auto a unos autos del Dios griego, no podía dejar de mirarlo y esperaba que no se dé cuenta, empecé a respirar mientras mi padre me miraba con impaciencia a través del retrovisor, fingí que acomodaba mi falda para tomar un poco de aire, tenía que parecer  tranquila.

Bueno, aquí vamos.

Baje del  auto lentamente "es solo un chico Cassie" un chico jodidamente caliente, uno al que podría imaginar en mi cuarto con unos jeans gastados y una corbata gris, podría tener un látigo ¡BASTA, estas en una iglesia Cassie!

Vi como hacia su camino hacia la puerta de la iglesia,  mi madre tomo mi mano mientras me llevaba hacia adelante presionando con más fuerza de la que era necesaria, iban a ser días muy largos.

—¿Podrías comportarte? No es adecuado mirar a los hombres como lo estás haciendo —Uh, creo que de nuevo estoy siendo muy obvia— deberíamos entrar.

Si había un motivo por el cual nunca me sentí a gusto en una iglesia, un motivo por el que no acompañaba a mis padres era el sentimiento de culpa, la vergüenza, siempre me sentía juzgada, sentía que todos sabían sobre mis pecados, que todos me miraban como si fueran mejores que yo. El sentimiento fue creciendo cuando en una de las primeras filas vi a Ryan— el tipo con el que me acosté—y su madre, rogaba porque no miraran en mi dirección.

Tomamos asiento en un lugar apartado, creo que mamá quería evitar cualquier situación incómoda. Al finalizar el acto, sentí que no podía aguantar un segundo más, el dios griego —que por cierto había desaparecido durante todo este tiempo— comenzó a acercarse al altar mientras el cura hablaba sobre las reuniones de los jóvenes y comenzaba a invitarnos.

—Las reuniones son todos los lunes, miércoles y sábados en distintos horarios, de la mano de nuestro líder juvenil Noah Stark—el dios griego sonrió orgulloso, por fin tenia nombre y era UN JODIDO LIDER JUVENIL, esto no iba a ser tan fácil- El señor Stark estará anotando los nombres de las personas que quieran participar en las reuniones al final de la misa todos los domingos.

Se despidió así mientras Noah seguía sonriendo hacia el público antes de retirarse hacia la puerta para anotar los nombres, si tenía que estar en esto por lo menos iba a hacer que valga la pena.

Hice mi camino hacia Noah ignorando la mirada de desaprobación mi madre —¿Acaso no quería esto?— está rodeado de varias mujeres esperando y moviendo el pelo, todas le regalan sus sonrisas más torpes—¿Por favor díganme que no me veía así esta mañana? —Mira atentamente hacia mí e intento no derretirme, respira.

—Hola ¿Qué tal? Es tu primera vez aquí ¿verdad? —oh, está ignorando a las chicas a su alrededor, aunque probablemente solo intenta ser amable—  Soy Noah ¿tu nombre es?

—Si, es mi primera vez —intento no verle el doble sentido, en serio lo intento—Soy Cassandra.

—Así que vendrás a las reuniones ¿los tres días? —su voz es hermosa, podría pedirle que diga mi nombre, quiero tener una previa ¡Basta!— Cuéntanos ¿Qué te motivo a unirte al grupo?

—Sí, claro— Lo veo como una perfecta excusa para que me esposes y me folles de todas las formas posibles, lo normal— No sé, mi madre hablo mucho de la iglesia y sus actividades, pensé que sería buena idea.

—Si, te puedo asegurar que es una buena idea— él no sabe cuánta razón tiene – las actividades son muy buenas, tanto las de voluntariado como las reuniones.

—Muy bien gracias— tengo ganas de pasar mi mano por su pelo, despeinarlo un poco, pero DEBO CALMARME— creo que debo irme, mis padres esperan.

—Espero verte pronto Cass— Oh. Por. Dios. ¡Cass!— las reuniones son de 19:00 a 20:30.

—Adios Noah.

Me siento estúpida, no quedo muy claro lo de es solo un chico, esto va a ser difícil.

Dark RoomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora