Capítulo 4: Bienvenida al Campamento

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Percy Jackson, pertenece a Rick Riordan.


La Nueva Luz del Olimpo.

Grover y yo, nos bajamos del automóvil de mi madre, quien nos bajó mi maleta, mientras me sonreía, yo tenía una sonrisa nerviosa, mientras me besaba en la frente. —Has muchos amigos, diviértete y entrena mucho.

—Sí señora —le respondí sonriente, mientras tomaba una maleta secundaria, que mi madre me había preparado en la cabaña de Montauk y caminé junto a Grover, hasta la puerta. Tuve que improvisar un poco, con mis limitados conocimientos actorales. — ¡Señor Brunner!

—Se bienvenida al Campamento Mestizo, Penélope —dijo el Sr. Brunner sonriente —y te pido, que no me llames "Sr. Brunner" es solo fue un apodo, por favor: dime Quirón.

—De acuerdo: dígame Penny, por favor —decidí divertirme un poco a costa del pobre centauro. — ¿Sr. Quirón, entonces?

Él solo se rio de mí y se levantó de su silla, yo retrocedí, antes de ser golpeada por sus cascos de centauro. —Mucho mejor. Por aquí, Penny. —comenzamos a caminar, dentro del recinto, en el cual había muchos jóvenes de mi edad o incluso mayores que yo —Lo que probablemente no sepas todavía, es que los grandes poderes están en trabajo en tu vida. Dioses –las fuerzas que tu llamas los dioses griegos –están muy vivos. Te estoy hablando de los dioses, el plural, así como en, grandes seres que controlan las fuerzas de naturaleza y los empeños humanos: Los dioses inmortales de Olimpo. Ese es un asunto más pequeño.

Me lo quedé mirando por un instante, intentando aparentar que estaba haciendo un esfuerzo, por comprender sus palabras. Entonces, el olor del mar me llegó y miré en esa dirección. — ¿Me está usted diciendo que Poseidón, Zeus, Hera y Apolo... son reales?

—Penny. —dijo Quirón —Puedes elegir creer o no, pero el hecho es que inmortal significa inmortal. ¿Puedes imaginarte eso por un momento, nunca morir? ¿Nunca desvanecerse? ¿Existiendo, simplemente como eres para siempre?

—Quiere decir, ¿ya sea que las personas crean en usted o no? —tuve que preguntar.

—Así es. Me alegra que lo estés captando. —Quirón me enseñó una sonrisa.

— ¿Entonces existe un palacio sobre el monte Olimpo? —pregunté.

—Ahora bien, está el Monte Olimpo en Grecia. Y entonces está el palacio de los dioses, el punto de convergencia de sus poderes, que de hecho solía estar en el Monte Olimpo. Todavía es llamado Monte Olimpo, por el respeto a las viejas costumbres, pero el palacio se mueve, Penny, justo como los dioses lo hacen.

— ¿Usted quiere decir que los dioses griegos están aquí? —pregunté, con la sorpresa pintada en mi rostro — ¿Cómo... en América?

—Exactamente, Penny. Los dioses se mueven con el corazón del oeste. Lo que tú llamas 'Civilización del oeste'. Es una fuerza viviente. Una conciencia colectiva que ha ardido por miles de años. Los dioses son parte de eso. Tu podrías decir que son la fuente de eso, o al menos, están atados tan apretadamente a ello que posiblemente no podrían desvanecerse, no a menos que toda Civilización del oeste estuviera extinta. El fuego empezó Grecia. Entonces, como tu bien sabes –o como espero que sepas, desde que pasó por mi curso– el corazón del fuego se mudó a Roma, y así también hizo a los dioses. Oh, nombres diferentes, quizá: Júpiter para Zeus, Venus para Afrodita, y así. Pero las mismas fuerzas, los mismos dioses. —me iba contando y aunque yo ya lo sabía, hacía muecas con mi cara, para fingir que intentaba comprenderlo todo —Los dioses simplemente se movieron, para Alemania, para Francia, para España, para un rato. Donde quiera que la llama fuera más brillante, los dioses estaban allí. Gastaron varios siglos en Inglaterra. Todo lo que necesitas hacer es ver la arquitectura. Las personas no olvidan a los dioses. Cada lugar que han regido, por los últimos tres mil años, tú los puedes ver en pinturas, en estatuas, en los edificios más importantes. Y si, Penny, por supuesto que están ahora en tus Estados Unidos: Mira a tu símbolo, el águila de Zeus. Mira la estatua de Prometeo en el Centro Rockefeller, las fachadas griegas de tus edificios del gobierno en Washington. Te desafío a encontrar cualquier ciudad americana donde los olímpicos no son destacadamente exhibidos en lugares múltiples. Te guste o no – y me creerás, muchas personas no les gustó mucho Roma, tampoco – América es ahora el corazón de la llama. Es el gran poder del oeste. Y así es que el Olimpo está aquí. Y estamos aquí.

La Nueva Luz del Olimpo (Percy Jackson x Harem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora