Percy Jackson, pertenece a Rick Riordan.
La Nueva Luz del Olimpo.
Cabalgamos sobre el jabalí hasta que se puso el sol. Mi trasero ya no podía más. Imagínate andar todo el día montado en un cepillo de acero sobre un camino pedregoso. Así de cómodo más o menos era viajar sobre aquella bestia. No tengo ni idea de cuántos kilómetros recorrimos, pero sí sé que las montañas se desvanecieron en el horizonte y cedieron paso a una interminable extensión de tierra llana y seca. La hierba y los matorrales se iban haciendo más y más escasos y, finalmente, nos encontramos galopando (¿galopan los jabalíes?) a través del desierto.
Al caer la noche, el jabalí se detuvo junto a un arroyo con un bufido y se puso a beber aquella agua turbia. Luego arrancó un cactus y empezó a masticarlo. Con púas y todo. —Ya no irá más lejos —dijo Grover—. Tenemos que marcharnos mientras come.
No hizo falta que insistiera. Nos deslizamos por detrás mientras él seguía devorando su cactus y nos alejamos renqueando con los traseros doloridos. Después de tragarse tres cactus y de beber más agua embarrada, el jabalí soltó un chillido y un eructo, dio media vuelta y echó a galopar hacia el este. —Prefiere las montañas —dije.
—No me extraña —respondió Thalía, con un gruñido —. Miren a donde nos trajo... de nuevo. —Ante nosotros se extendía una antigua carretera de dos carriles cubierta de arena. Al otro lado había un grupo de construcciones demasiado pequeño para ser un pueblo: una casa protegida con tablones de madera, un bar de tacos mexicanos con aspecto de llevar cerrado desde antes de que naciera Zoë y una oficina de correos de estuco blanco con un cartel medio torcido sobre la entrada que rezaba: «Gila Claw, Arizona.» Más allá había una serie de colinas... aunque de repente me di cuenta de que no eran colinas. El terreno era demasiado llano para eso. No: eran montones enormes de coches viejos, electrodomésticos y chatarra diversa. Una chatarrería que parecía extenderse interminablemente en el horizonte.
Puse una mano, en el hombro de Bianca, quien palideció y llevó una mano a su pecho, mientras veía fijamente la chatarrería laberíntica. — "Bianca, mi amor —le susurré yo y ella volvió su mirada hacía mí. Estaba asustada y creo que comenzó a transpirar. —nosotras (junto a Grover), atravesaremos la Chatarrería, quiero que lo cruces por fuera y nos esperes del otro lado..."
Bianca tomó una fuerte respiración, cerró sus ojos y comenzó a soltar lentamente el aire en sus pulmones, antes de transformarse en una sombra y cruzar a una altísima velocidad el laberinto de chatarra, sorprendiendo al grupo y haciéndolas sonreír a todas. — ¡¿SE VAN A QUEDAR ALLÍ O VAN A ENTRAR?! —Nos gritó con diversión.
Yo me reí entre dientes. —Y recuerden: No toquen nada. No se lleven nada —ingresamos en la chatarrería, caminamos bordeadas por paredes de chatarra, hasta la cima de la montaña de chatarra. Montones de objetos metálicos brillaban a la luz de la luna: cabezas de caballo metálicos, rotas y oxidadas; piernas de bronce de estatuas humanas; carros aplastados; toneladas de escudos, espadas y otras armas. Todo ello mezclado con artilugios modernos como automóviles de brillos dorados y plateados, frigoríficos, lavadoras, pantallas de ordenador. . . —Tratemos de salir de aquí. —gruñí enfadada y con las espadas en manos. Todas íbamos armadas, caminando muy pegaditas y mirando de un lado a otro, tratando de resistir la tentación de llevarnos algo.
Avanzamos con cautela entre las colinas y los valles de desechos.
Aquello parecía no acabarse nunca, y si no llega a ser por la Osa Mayor, seguro que nos habríamos perdido, porque todas las montañas parecían iguales.
Finalmente, a un kilómetro divisamos el final de la chatarrería y las luces de una autopista que cruzaba el desierto. Tras un buen rato caminando, llegamos por fin a la autopista: un trecho asfaltado y bien iluminado, aunque desierto. Pero entre nosotros y la autopista. . .
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La Nueva Luz del Olimpo (Percy Jackson x Harem)
FanfictionLas Moiras deciden retroceder el tiempo, para evitar que la cadena de desastres inicie y lograr que la derrota de Cronos, los guie a un final más feliz y satisfactorio a todos. Pero retroceder el tiempo, vendrá con un premio para Percy Jackson, hijo...