De noche vienes ; Aristemo

25; ira

Estaban en una fiesta en la que Aristóteles no quería estar.

Él en lugar de consumir alcohol se sirvió jugo sin que nadie lo notara.

Se estaba acostumbrado a ello, con mucho esfuerzo lo lograba, el estar sobrio.

Aunque las conversaciones con aquella gente lo ponían de mal humor y pensaba que sólo ebrio los soportaría durante el resto de la noche.

Eran una mínima variación de personalidades. Todos, absolutamente todos hablaban sobre los lujos que tenían, cuánto dinero podían gastar y no tenían nada realmente interesante que decir.

Él había dejado de escuchar y sólo asentía, aburrido mira a las demás personas que se encontraban ahí.

En eso distingue a Thiago entrar a la fiesta. Inmediatamente se pone furioso.

Ahí estaba, con su sonrisa falsa saludando a todos con un carisma que no le quedaba. Aristóteles quería hacerle daño, aún pensaba en lo que le había hecho a Sebastián y eso lo ponía enfermo.

Temo ve a Aristóteles y se queda cerca de él.

No habían hablado desde su última conversación así que le sorprende que siquiera le dirija la palabra.

—Oye, invité a Thiago, supe que trabajaste con él. Después de todo tomaste la oportunidad de la que tanto discutimos ¿No es cierto? — se lo dice con una sonrisa enorme

Aristóteles está confundido.

¿Acaso le alegraba que fuera a aquella gira? Fue la peor experiencia de su vida. Conoció los excesos y básicamente se fue su vida a la basura. Pero claro nada de eso lo sabía él, porque estuvo ausente todo ese tiempo.

¿Cómo pudo siquiera extrañarlo y anhelarlo tanto si no le interesaba en absoluto lo que le pasara o dejara de pasarle?

Nunca lo buscó durante ese tiempo.

Pero Sebastián sí estuvo. Pensó.

Y el sólo recuerdo lo llenaba de ira.

—¡Thiago! Justo le hablaba a Aristóteles de ti. ¿Vas a quedarte para el show de drags?

—Pero si el show sólo lo darán en un bar gay, ya sabes, sólo vamos los LGBT, no es para closeteros.

Thiago frunce el ceño al igual que Temo.

—¿Así es cómo saludas a un viejo amigo? — bromea.

—No somos amigos.

—¡Qué raro! Si trabajaron tanto tiempo juntos ¿Cómo no van a ser amigos? — interrumpió Temo intentando aligerar el ambiente.

—Ya sé, al parecer algunos son muy desagradecidos con las oportunidades que se les brinda y nadie más les hubiera dado.

—No te debo nada. Ni agradecimiento, ni cortesía.

—¿Tomaste algo, Ari? — preguntó en voz baja Temo preocupado de pronto.

—¡Qué no tomó Aristóteles! Se metía de todo en las giras y aún así daba concierto, qué falta de profesionalismo pero se lo pasé porque tenía talento… pero estabas ocupado cogiéndote a todo el mundo ¿No, Aristóteles?

—¿Yo, falta de profesionalismo? — lo empujó — ¡Repitelo, cabrón!

—Eres un alcohólico Aristóteles. Y un promiscuo de mierda.

—¿Y sólo yo soy el promiscuo? — lo empuja — no fui yo el que usó su poder para conseguir sexo.

Le dió una bofetada y Thiago se sorprende, no lo esperaba, fue todo muy rápido.