19

86 9 1
                                    

La hora de regresar a Seúl había llegado y durante todo el camino de vuelta Jisoo se la pasó durmiendo, se había agotado de estar nadando varias horas. Luego del desayuno ella fue la única que bajó y se adentró a la alberca, su pareja solo apareció para avisarle que debían volver.

Jisoo: Creí que volveríamos a mi casa. —Murmuró.—

Taehyung: Ordené que hicieran la mudanza de tus cosas. —Explicó al bajar del auto.— Tu madre se encargó de guardar tus pertenencias y enviarlas.

Jisoo: Imaginé que ambos buscaríamos la casa y haríamos la mudanza juntos. —Murmuró acercándose a la entrada.—

Taehyung: Somos personas muy ocupadas para hacer esas cosas típicas de parejas. Además, te reúsas a ser como las de esta sociedad, ¿Te sientes feliz al no hacer eso, cierto? —Comentó mientras abría la puerta principal.— Bienvenida a nuestro nuevo hogar.

Al poner un pie dentro de aquella casa Jisoo se sintió en un ambiente totalmente diferente, todo se sentía nuevo para ella, ahora serían cuatro paredes para ella, era su espacio en donde sus padres no iban a intervenir. Al pensar en eso una sonrisa no evitó aparecer por su rostro.

Finalmente era libre.

Taehyung: ¿Por qué estás feliz? —Balbuceó con ligera sorpresa.—

Esperaba alguna reacción negativa ante su comentario pero este pasó de largo, y por más que hiciera otros la pelirroja solamente estaba enfocada en mirar cada espacio de su nuevo hogar.

Jisoo: ¿Puedo ir a guardar mis cosas? —Se giró a verlo.—

Él la miró fijamente en silencio.

Taehyung: Ve primero, te alcanzo ahorita. —Respondió luego de carraspear.— Es la segunda puerta del lado derecho. —Indicó mientras buscaba sus maletas.—

Jisoo: Bien. —Asintió con una sonrisa.—

Ella tomó todas las maletas que pudo y comenzó a subirlas para dejarlas en el pasillo y regresar por el resto. No solo era ropa, bolsos y accesorios, también le habían enviado documentos que guardaba en su habitación relacionados a la empresa o a su vida privada.

Al subir la última maleta la chica limpió su frente y con las manos ansiosas por fin tiró de aquel cerrojo para abrir la puerta de madera. Al dar dos pasos ingresando a la nueva habitación solo pudo enfocarse en una sola cosa.

Taehyung: ¿Y bien? —Preguntó desde el marco de la puerta.— Es bastante amplia, ¿No?

Jisoo: ¿Por qué hay dos camas? —Dijo en voz baja.—

El pelinegro no esperaba aquella pregunta directamente. Aunque tenía preparada una respuesta, se dejó envolver en la emoción de su esposa que lo tomó por sorpresa.

Jisoo: ¿Acaso... Acaso es la habitación de huéspedes? —Preguntó de nuevo.—

Taehyung: Oh sobre eso... —Hizo una pausa.— Acostumbro a leer hasta tarde y... Me preocupaba que la luz de noche te molestara. —Respondió.—

Era una respuesta totalmente opuesta a la que había planeado durante el regreso.

Jisoo: Ya veo... —Susurró.—

Taehyung: ¿Y qué tal la habitación? —Cambió de tema.— 

Jisoo: Es muy grande, parece que la casa es demasiado grande para nosotros dos.

Taehyung: No suelo pasar tiempo en casa por lo que no me preocupé de la decoración pero si quieres cambiar algo puedes hacerlo. 

Jisoo: Seguro. —Murmuró.— Yo... Creo que guardaré mis cosas. —Avisó.—

Ya no se sentía la misma emoción en sus palabras que antes de abrir esa puerta.

Taehyung: Todas mis cosas ya están guardadas así que ocupa los espacios con libertad. —Le comentó.—

Cuando ella se adentró al armario Taehyung pudo soltar el aire reprimido. Se sentó en la orilla de la cama para descansar un poco.

Taehyung: ¿Por qué lucía tan feliz? No debería. —Tiró de su cabello con desesperación.—

Jisoo al estar dentro de aquella habitación la recorrió con la mirada, la ropa de su esposo estaba tan bien organizada que se impresionó. 

Jisoo: Es un hombre muy organizado y calculador. —Musitó en voz baja.— Deberé portarme adecuadamente para estar a su misma altura. 

Colocó un poco de música clásica antes de comenzar a sacar todas sus pertenencias y guardarlas. Pasó el resto de la tarde recorriendo la gran mansión y descubriendo más lugares, la casa estaba en una buena zona y a los alrededores estaba repleto de árboles, las casas estaban separadas una de la otra por mucho y eso lo hacía más privado, le agradaba. Al caer la noche y luego de limpiar un poco, regresó a la habitación para darse una ducha, Taehyung se encerró en su despacho y era hora que todavía no salía.

Ella lo miró en la habitación luego de terminar de ducharse, el chico ya estaba recostado sobre la que sería su cama de lectura. Jisoo en silencio realizó su rutina de piel y se sentó en su lugar para tomar unos documentos de un sobre y analizarlos.

Realizó esa misma acción por casi una hora y media mientras el chico sutilmente la miraba.

Taehyung: ¿Por qué no duerme aún? —Se preguntó internamente.—

La pelirroja terminó de revisar el contenido de los documentos justo cuando su vista se comenzaba a agotar, dejó las cosas sobre la mesa de noche y se acomodó entre las sábanas para poco a poco empezar a caer dormida.

Taehyung suspiró pesadamente al verla profundamente dormida, él moría de sueño y de cansancio pero no quería dormirse antes debido a la tonta excusa que puso sobre su lectura y la cama extra.

A la mañana siguiente la misma rutina de Jisoo comenzaría. Tan pronto como despertó revisó su agenda para estar al tanto de sus pendientes, tuvo algunas llamadas de emergencia lo que le ocasionó un retraso y el tiempo iba en contra de ayudarla.

Terminó de arreglarse de manera rápida y corta para correr directo al primer piso, sin embargo, antes de abandonar la casa, justo al abrir la puerta una voz soltó palabras que cambiarían el curso programado de su día.

Taehyung: ¿A dónde vas? ¿Por qué no estás preparando mi desayuno? —Habló.—

La chica se giró sobre sus tacones mirándolo algo confundida.

Jisoo: ¿Disculpa? —Balbuceó.—

Taehyung: ¿Por qué no estás en la cocina preparando mi desayuno? —Repitió, esta vez de manera más pausada.—

Jisoo: Yo... Creí que de eso se encargaría el personal. —Respondió.—

El pelinegro soltó una carcajada.

Taehyung: Ya no estás en casa de tus padres, esta es la vida de casada. Tú te encargas de la comida,  la limpieza de la casa, de los trastes, la ropa... —Enumeró.—

Jisoo: Pero sabes que trabajo. —Interrumpió de manera suave.— ¿No podríamos conseguir aunque sea a una sirvienta? —Sugirió.— De camino al trabajo puedo decirle a Yeri que se encargue de conseguir a alguien de confianza...

Taehyung: ¿Acaso tu asistente te solucionará la vida siempre? —Dijo de manera grosera.— Detesto que desconocidos hagan ese tipo de cosas, ¿Eres la mujer de esta casa, no? Tu deber es hacer estas cosas. —La miró.— Así que entras a la cocina, te colocas un mandil y me preparas mi desayuno. —Ordenó.—

La pelirroja miró la hora a través del reloj y su mente trataba de crear una solución pero debía tomar una decisión, ¿Su trabajo o su esposo?











.

La Venganza || VsooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora