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El día más esperado llegó. Desde que amaneció, una calle entera estaba sin paso por todos los vehículos que llegaban a aquel gran salón a dejar flores, decoraciones, sonido, utensilios, y de más, los reporteros ya estaban en la zona esperando el momento en que el evento diera inicio, toda la republica de Corea estaba con los ojos puestos sobre el evento que se llevaría a cabo, la boda del año.

Y de manera interna, ambas empresas tuvieron poco movimiento por tal razón. Los integrantes de ambas familias ya estaban preparándose para la ceremonia y los protagonistas estaban en situaciones completamente distintas.

Jimin: ¿Por qué sigues aquí? —Le preguntó a su jefe luego de entrar al despacho de la mansión.—

Taehyung: Porque tengo algunas cosas pendientes.

Jimin: Vamos hermano, es el día de tu boda ¿Y se te ocurre resolver tus pendientes justamente hoy? —Suspiró.— Además, ¿Por qué estás bebiendo antes de la ceremonia?

Taehyung: Tengo mucho autocontrol con el alcohol, eso lo sabes bien. —Murmuró.—

Jimin: Pero desde que llegué no has probado más de un vaso y hoy llevas media botella. —Reclamó.— ¿Por qué haces estas cosas el día de tu boda?

Taehyung: Por esa misma razón lo estoy haciendo. —Murmuró.— ¿Falta mucho para la ceremonia, no? —Lo miró.—

Jimin: Es medio día, faltan cuatro horas. Y sé que es un matrimonio arreglado y lo único que importa es lo que le muestren al público pero haz un esfuerzo por emocionarte.

Taehyung: Ah~ Bien~ —Suspiró frustrado mientras dejaba a un lado su vaso con licor.— Termino de guardar lo que hice y voy a arreglarme. ¿Mejor?

Jimin: Sí. —Contestó.— Tu traje para la boda ya está en tu habitación, la madre de Jisoo se encargó de escogerlo y enviarlo.

Taehyung: ¿Conseguiste los anillos?

Jimin: Oh sobre eso... —Abrió la puerta del despacho.— Tu madre fue quien quiso conseguirlos y por lo que pude ver entregó junto a los anillos de boda uno extra con una tarjeta. —Avisó.— Escuché sobre una tradición familiar pero...

Taehyung: Ya recuerdo. —Interrumpió.— Ve a casa a arreglarte, nos vemos antes de la ceremonia.

El rubio abandonó el lugar volviendo a dejar al pelinegro solo. Taehyung estuvo desde la mañana en ese lugar simplemente viendo fotos de su hermano y algunos vídeos.

¿La razón por la que se embriagaba? Porque aunque odiaba a esa chica, su corazón se sentía distinto al imaginar el infierno en el que la haría vivir. No sentía el valor para mirarla a los ojos y aceptar que uniría su vida con ella para una farsa, no quería mentirle.

Por otro lado, la razón por la que el chico estaba bebiendo más de lo normal se encontraba con un sinfín de emociones en puerta. Desde que despertó ya estaba todo listo para prepararla para el evento más grande e importante de su vida.

Si la situación fuera otra, sería el día más infeliz de su vida y se prepararía para casarse con un extraño, pero eso no era el caso para ella, Jisoo se sentía feliz de unir su vida a alguien que demostró ser el adecuado y por ello no evitó sentirse emocionada.

Dando las siete en punto de la noche el inicio del rito ceremonial dio comienzo. El salón se llenó de invitados, personas importantes en el mundo económico, social y cultural junto a fotógrafos seleccionados para cubrir la noticia, todos estaban esperando a que la increíble pareja pusiera un pie dentro.

Taehyung se hallaba en la entrada asignada caminando de un lado a otro completamente ansioso, bajó del auto hace quince minutos y moría por volver a beber un poco de alcohol para controlar sus nervios pero se reprimía a hacerlo por la presencia de su padre.

— Taehyung. —Lo llamó.— Ven aquí. —Se acercó a él para detenerlo.— Mantén la calma, ¿Por qué estás tan ansioso? Ella ya vendrá, no te dejará en el altar plantado. —Río.—

Taehyung: ¿Eso puede pasar?

— Pues... Puede que se haya enamorado de su peinador o maquillista en estas tres horas que se preparaba. —Bromeó.—

Taehyung: ¿Lo dices enserio? —Se giró a verlo de prisa.—

— Vamos hijo, ¿Acaso no conoces a tu prometida? —Golpeó levemente el hombro de su hijo.— Ella solo tiene ojos para ti, te ama demasiado así que no lo dudes.

— Kim Taehyung. —Lo llamó la organizadora de bodas.— Es hora de su entrada, su novia ha llegado. —Anunció.—

Su padre le dio un último abrazo a su hijo antes de que la presentadora dijera su nombre a través del micrófono y fuera momento del acto. Él solo dio un profundo suspiro para mostrar la mejor de sus sonrisas ante el público ansioso.

Al estar frente al altar solo pasaron pocos minutos cuando las grandes puertas principales volvieron a abrirse y la pelirroja estaba de pie en la entrada. El corazón de Taehyung se aceleró al verla en ese largo vestido blanco lleno de brillantes piedras doradas acompañado de un collar y aretes de perlas.

Y cuando sus miradas conectaron y ella le dedicó una sonrisa cálida, sintió un tornado de mariposas revolotear en su estómago. No podía hacerlo, no podía mentirle.

Quería echar por la borda su plan en ese momento y reconsiderarlo, miraba hacia todos lados en busca de una salida hasta que su vista conectó con sus padres quienes susurraron algo que terminó por matar esos nuevos sentimientos y volvieron a acomodar sus ideales.

— YeonJun te está mirando desde el cielo. —Dijo su madre con una sonrisa y lágrimas en los ojos.—

Y con el simple hecho de mencionar a su hermano sus últimos recuerdos aparecieron, la promesa que le hizo segundos antes de que sepultaran su cuerpo seis metros bajo tierra resonaron por sus oídos.

Taehyung: La mataré. —Susurró.— Ella pagará, debe hacerlo.

Esas mariposas se ahogaron, esa sonrisa cálida desapareció y volvió a aparecer esa fría y dura mirada.

Jisoo llegó a su lado con una sonrisa de oreja a oreja pero en la cual se filtraban los nervios que estaba sintiendo. Durante el transcurso de la ceremonia Taehyung la trató como todo un caballero trata a su princesa y todos moría de amor al verlos tan románticos.

Taehyung: Hay una tradición en mi familia en la que el primer desencinte en contraer matrimonio debe entregarlo y así llegará la prosperidad al nuevo matrimonio. —Le explicó mientras le colocaba aquella sortija.— Kim Jisoo, que todos los ancestros que portaron este anillo nos trasmitan esa fuerza y hagan que nuestro amor nunca muera. —La miró.— 

Y dicho eso él se acercó a abrazarla para concluir la ceremonia religiosa con un pequeño beso.

Oficialmente estaban casados y lo que todo parecía ser una velada terminó siendo el inicio del infierno de la pelirroja.

Todo por una venganza.

— ¿Sabías que ella escapó del país porque odia las tradiciones de esta cultura? —Dijeron de repente.— 











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La Venganza || VsooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora