La Venganza || Vsoo

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Taehyung imaginó que ella sería igual a las demás chicas en tardar dos horas arreglándose, pero para su sorpresa en menos de media hora ella ya estaba lista. En el momento en que la vio bajar de la segunda planta solo pudo sonreírle para luego adentrarse a su auto, ¿Por qué? Simplemente se puso nervioso de verla con aquella prenda que personalmente eligió y en especial, ver que se miraba mucho mejor a como la imaginó.

Taehyung: ¿Tienes listo tu discurso? —Preguntó mientras marchaban en carretera.—

Jisoo: Yeri me envió una copia pero no recuerdo en dónde lo dejé. —Respondió jugando nerviosamente con sus manos.—

Taehyung: Tienes experiencia dando conferencias y este es tu proyecto, lo conoces mejor que nadie. —Trató de animarla.—

Jisoo: Lo sé. Además, confío en Yeri, en cuánto llegue todo ya estará listo.

Taehyung: Espero que no me odie tanto después de esto. —Bromeó.—

Jisoo: Para ella también es difícil adaptarse a esta nueva faceta, pero debe entender que debo dividir mi tiempo, ahora ya no solo es trabajo. Prometo que para el almuerzo... —Se giró a verlo.—

Taehyung: Olvídate de eso. —La interrumpió.— Moví algunas reuniones para la tarde así que no llegaré a casa y tú estarás ocupada celebrando con tus empleados.

Jisoo: ¡Ohh es Cierto! Necesito ver a qué restaurante los llevaré. —Recordó.— Quizá si reservo todo el restaurante y... No. —Negó.— Es en pocas horas, nadie aceptará.

Taehyung: ¿Por qué no los llevas a Jihwaja? —Recomendó.—

Jisoo: Pero la cena es esta noche, ¿De verdad crees que accederán a cancelar toda su agenda solo para darme un lugar?

Taehyung: Eres Kim Jisoo, cualquiera estaría encantado de que pises su restaurante.

Ella se giró a verlo ante tal comentario, era la primera vez luego de mucho tiempo que decía ese tipo de cosas. Siempre fueron miradas frías y arrogantes, tratos indiferentes, palabras crueles. Y a pesar de que esas palabras positivas no llegaban con frecuencia causaban un mar de emociones en ella.

Al ingresar a la empresa todos posaron su mirada sobre ella volviéndose el centro de atención como acostumbraba a serlo. Saludó a los presentes y se acercó a su asistente quien, aunque le mostró una cálida sonrisa, sabía perfectamente que seguía molesta.

Yeri: Los reporteros ya están esperando dentro, ¿Vamos? —Indicó.—

Ella asintió con la cabeza antes de encaminarse hacia la sala de conferencias. Antes de que las dos grandes puertas se abrieran tomó una gran bocanada de aire para obtener seguridad.

Los flashes iluminaban la sala, el sonido constante del botón de las 55 cámaras era la música del lugar y los murmuros capturando absolutamente cada movimiento que sucedía dentro y todos estos directos hacia una persona. Ella.

Jisoo se colocó detrás del atril, aclaró su garganta y dio unos toques leves al micrófono frente a ella.

Jisoo: Primero que nada, buenas tardes a todos los presentes. —Hizo una pausa para hacer una reverencia.— Es agradable que hayan aceptado nuestra invitación a tan importante anuncio, estoy agradecida por su tiempo e interés hacia nuestra empresa. —Mostró una sonrisa cálida.— El día de hoy quiero hacer un anuncio importante... Nuestra querida empresa dará un paso importante, un cambio nunca antes visto... Industrias Samsung se asentará por primera vez en el extranjero. —Anunció.—

A los dos segundos de que se dio esa noticia, todos comenzaron a inundar el auditorio con preguntas.

Jisoo: Luego de un largo análisis minucioso determinamos que expandir nuestra empresa y sus servicios al extranjero facilitaría la obtención de nuestros productos para nuestros clientes globales. —Retomó la palabra.— Para nosotros, la comodidad de nuestros clientes es nuestra prioridad, por eso tomamos la decisión de comenzar a acercarnos a ellos. Este proyecto comenzará en el mercado Norteamericano, Estados Unidos y Canadá podrán disponer de los primeros edificios de Samsung Galaxy en dónde obtendrán todos nuestros productos tecnológicos...

Mientras ella miraba a la cámara principal sintió su celular vibrar.

Jisoo: Pero esto es sólo el inicio, con el tiempo nos iremos expandiendo al resto de los continentes para que puedan disponer y disfrutar de cada uno de los servicios que ofrecen nuestras subsedes y filiales. Así que por favor, espérelo con ansias. —Terminó de anunciar.—

La ronda de preguntas por fin comenzó y ante cada curiosidad o incertidumbre ella no dudaba en contestarlo. Cuando el evento finalizó, todos los periodistas se acercaron a despedirse y a felicitar a la pelirroja por tal inesperado pero sorprendente logro.

Jisoo: ¿Todos los empleados recibieron la invitación? —Preguntó apartándose de las personas que quedaban en la sala.—

Yeri: Todos fueron invitados y estarán presentes en la cena de esta noche. —Respondió.— De los tres restaurantes que envió seleccioné el adecuado.

Jisoo: ¿Disculpa? —Murmuró confundida mientras tomaba su celular.—

Yeri: Luego de la reunión cuando se aprobó el proyecto me dio una lista de restaurantes a los que le gustaría invitar a sus empleados para celebrar el logro. —Le recordó.—

Jisoo: Me preocupé para nada. —Susurró.— Entonces...

Ella vio la barra de notificaciones en dónde un mensaje de texto la hizo callar.

+888....

[FOTO]

Felicidades por tu primer proyecto. Te estaré observando y animando siempre.

—

Jisoo observó la imagen con detalle notando que el ángulo desde el que fue tomada era distinto. La foto fue tomada a sus espaldas, lo cual era extraño, todos los invitados estaban enfrente suyo.

Un escalofrío recorrió su cuerpo al ver que detrás de la plataforma estaba un telón que dirigía al vestíbulo y el cual era paso restringido. Ella dejó a su asistente hablando sola pues sus pies se movieron en esa dirección.

El telón largo de color azul marino se movía ligeramente por el viento.

Estando a solo centímetros sin pensarlo la pelirroja tiró de la gran cortina en donde no había nadie y las puertas estaban cerradas. Pero a pesar de eso, se sentía incómoda.

Yeri: Señorita Kim. —La llamó.— Debemos irnos, tienes un desayuno con la esposa del primer ministro. —Avisó.— El auto está listo.

Jisoo: ¿Uh? Ah si, si. —Asintió.— Vámonos ahora. —Respondió para encaminarse a la salida.—

Y, a pesar de estar abandonando el lugar que creó la incertidumbre y estar rodeada de guardaespaldas, se sentía intranquila. Sus ojos no se podían despegar de aquella fotografía.

Se sentía observada, expuesta.

Y todos esos sentimientos solo la transportaron a un recuerdo.

A aquella noche donde iba a ser secuestrada.

—

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