Harry Potter y los FANFICS Malditos

El engaño amoroso

Harry Potter entró a la tienda de Sortilegios Weasley con una sonrisa en el rostro. Sabía exactamente lo que quería: una poción de amor. Había estado coqueteando con la idea de jugarle una broma a Ron, y qué mejor manera de hacerlo que hacer que se enamore de... una rana.

Después de examinar cuidadosamente todas las botellas, finalmente encontró lo que estaba buscando: una poción de amor muy potente. Harry no podía evitar reírse mientras pagaba por la poción y se imaginaba la cara de Ron cuando se enamorara de una rana.

Esa noche, Harry invitó a Ron a pasar el rato en su habitación de Hogwarts y le ofreció una bebida. Ron aceptó con entusiasmo, sin saber que había sido la poción de amor de Sortilegios Weasley la que Harry había puesto en su vaso. Mientras Ron bebía, Harry miraba con anticipación, esperando que la poción hiciera su efecto.

No pasó mucho tiempo antes de que Ron comenzara a comportarse extraño. Comenzó a mirar su vaso con amor, y luego lo dejó a un lado para mirar a Harry. "Harry, ¿alguna vez te he dicho lo hermoso que eres?", preguntó Ron con una sonrisa tonta en su rostro.

Harry no pudo contener la risa. "¿Qué te pasa, Ron?"

"¡Oh, Harry! ¡No puedo evitar sentir este amor por ti! Eres el hombre más hermoso que he visto en mi vida". Ron se acercó a Harry con una mirada amorosa, pero Harry se movió rápidamente para evitarlo.

"Ron, tengo algo que decirte", comenzó Harry, tratando de mantener una cara seria. "Esa poción que bebiste... era para hacer que te enamoraras de una rana".

La cara de Ron cambió de repente a una mezcla de vergüenza y confusión. "¿Qué? ¿Cómo podría haber bebido eso?"

Harry no pudo evitar reírse ante la reacción de Ron. "Lo siento, Ron. Solo quería jugar una broma contigo".

Ron sonrió con tristeza. "Bueno, supongo que debería haberlo sabido mejor. Pero gracias por la risa, Harry. Nunca dejas de sorprenderme".

Harry sonrió, contento de haber hecho reír a su amigo. Sabía que no podía haberle hecho daño, y que lo más importante era hacer reír a Ron.