Celos y Locuras de Amor

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Harry Potter y Ginny habían estado saliendo juntos durante varios meses y todo parecía ir bien entre ellos. Pero un día, durante una visita a la casa de los Weasley, Harry conoció a una chica nueva llamada Emily.

Emily era una bruja muy talentosa y amable, y Harry no podía evitar sentirse atraído por ella. Ginny, por otro lado, notó inmediatamente la conexión entre ellos y comenzó a sentir celos.

Ginny no sabía por qué se sentía así, después de todo, ella confiaba plenamente en Harry. Pero no podía evitar sentir que Emily estaba tratando de robarle a su novio. Incluso comenzó a espiarlos y a seguirlos a todas partes.

Un día, mientras Harry estaba ocupado enseñando a Emily algunos trucos de magia, Ginny decidió hacer algo para llamar su atención. Así que, con la ayuda de Fred y George, ideó un plan para ponerle agua de calzón a Harry.

Cuando Harry regresó a su habitación esa noche, descubrió que su cama estaba empapada y olía horrible. Ginny estaba esperando afuera de la habitación, tratando de contener la risa mientras esperaba su reacción.

Harry se sintió tan decepcionado y sorprendido por lo que había sucedido que ni siquiera se molestó en enfadarse con Ginny. En cambio, decidió hablar con ella sobre cómo se había sentido últimamente.

Ginny se sintió avergonzada por sus acciones y se disculpó con Harry. Él le aseguró que no había nada que temer en su relación con Emily y que su corazón le pertenecía a ella. Ginny se sintió aliviada al escuchar eso y se comprometió a confiar más en él en el futuro.

Desde ese día en adelante, Ginny dejó de sentir celos y se centró en su relación con Harry. Y aunque Emily siguió siendo una buena amiga de Harry, Ginny ya no se sentía amenazada por ella. Juntos, Harry y Ginny continuaron construyendo su relación y superando cualquier obstáculo que se presentara en su camino.

Harry Potter y los FANFICS MalditosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora