<TERRITORIO >

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DUCADO STARK
DUQUESA STARK—ROSE MECLEK

Miro la vela al frente mío mientras  el  duque come con los cubiertos un pedazo de pollo que tiene en su plato, no e tocado mi plato por lo cansada que me siento ahora, una gran fatiga, un dolor de piernas horrible

Sostengo mi copa de vino y bebo un sorbo del vino azul de arándanos que trajo el duque de la posada, al beber siento un gran alivio, un toque a alcohol y un dulce tan familiar, es como comer un pastel de dulce de chocolate y que no sea tan dulce, hacen que mi paladar se satisface

—Mi duque, desean hablar con usted-comenta el mayordomo con preocupación en sus ojos- el duque voltea a ver al mayordomo y centra la mirada confundido

—¿Quien quiere verme a estas horas de la noche?- pregunta  el duque mirando el suelo-

—Es la lady Muller-responde respirando hondo-

El duque se queda pensativo mirando su plato de comida, es raro que alguien venga a verlo más raro una mujer, e escuchado sobre la lady Muller, una mujer tan bella pero tan caprichosa según la sociedad, la última de la casa Muller y única heredera, si su madre da a luz un varón dicen que su puesto será quitado, aunque hay muchas más herederas detrás de ella, sus hermanas

«Es lamentable que la Baronesa Muller no a dado un varón, no quiero que me suceda como a ella si no me veré débil y para el duque una desgracia»

—Dile a lady Muller que estoy cenando con mi esposa ahora, y hazle el favor que uno de los choferes la lleve a su residencia-ordena el duque-

El mayordomo se va dando una reverencia, el duque sigue comiendo, será descortés si la situación de la señorita Muller no fuera escuchada por el duque?.

Miro al duque y dejo la servilleta de tela sobre la mesa.

—No debe de preocuparse duque, es mejor que atienda a lady Muller-comentó- el duque me mira a los ojos y luego ve mi plato que no a sido tocado por ningún momento-

—Aún así sigo preocupado, no a tocado su comida y lo único que a bebido es vino, enserio ¿usted me está haciendo una protesta por lo que ocurrió en la posada?-pregunta dudoso-

—¿De que me está hablando?-preguntó confundida por su pregunta-

No es por lo qué ocurrió en la posada, no me siento bien ni mal si no agotada, como si hubiera caminado en todo el camino y, el que estuvo en un caballo no le duele nada?

—Mi duquesa, sabe muy bien de que lo hago por su bien, debo de marcar límites y-comenta agarrando el cuchillo sobre la mesa-

—Territorio-agrega mirándome mientras juega con el cuchillo en manos-

Bajo la cabeza y tocó mis dedos, al escucharlo me siento tentada y a la vez con un miedo inexplicable, el me está diciendo que soy suya, me lo dice con tanta seguridad, por que ahora no me siento asqueada? Es muy raro que yo no me sienta así de repente, no me suelo enamorar así de alguien , espera....

«Debo de pensar mal, no , no estoy enamorada»

—Lo se-comentó levantando poco a poco la cabeza para volverlo a ver-
Miro sus ojos que me penetran cada vez más, siempre a tenido unos ojos hermosos, es su arma para que las mujeres queden rendidas, aun así siento que me siento atraída por él nada más, mis sentimientos son muy claros, solo es lujuria

El mayordomo vuelve a entrar y con una preocupación muy notada, se dirige al duque y lo mira con mucha preocupación

—Mi duque, lady Muller no quiere retirase del ducado-comenta- el duque lo mira a los ojos con enfado y se muerde el labio

—Creo que fue muy claro en que no quiero hablar con ella-menciona-

El duque se levanta pero antes me mira a los ojos con suma tranquilidad, se ve como otra persona, no se ve su enojo.

—Mi duquesa si me disculpa me retiro-comenta saliendo del comedor-

Permanezco sentada mirando mi plato, creo que me iré a dormir ya que lo único que tengo es ganas de dormir aunque este vino me a gustado tanto, me recuerda a las tartas de arándanos que me hacía mi abuela cada vez que venía a la capital compraba arándanos y fresas para hacerme una tarta de chocolate puro con arándanos y una de fresa que era la favorita de Lizbeth

«Este vino me volverá loca esta noche»

Si bebo en mi habitación nada pasará, ademas me lo tengo merecido por hoy...

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Mientras duquesa me observa abro la otra botella de vino y me sirvo en mi copa, al beberlo siento a ese sabor a alcohol tan fuerte, esta botella trae el extra de alcohol ya que se siente más que la otra

Me sirvo otra copa y la bebo como si fuera un vaso de agua.

Me estoy volviendo cada vez más loca en este lugar, toda por la culpa de la estupida  de Lizbeth.

—Estupida perra-menciono sirviéndome otra copa-

Gracias a mi no está sufriendo, gracias a mi se quedo con Richard , gracias a mi está de seguro gozando mientras yo estoy aquí con este hombre.

—Si no fuera por mi, yo estuviera comiendo una tarta de queso de fresa y arándanos-reprocho sin medir lo que bebo-

Al darme cuenta la botella se a acabado, pero sigo sin estar satisfecha, no se por que pero tenga la necesidad de llorar, de gritar, de decirle todas sus verdades a Lizbeth, vivir en la bahía como antes, me sacrifique por algo que no valió la pena.

Me recuesto en la silla mirando como la luz de la luna atraviesa la ventana hacia la botella, levantó mi cabeza y me quedo pensado , admirando la luz que entra aunque está muy lejos de aquí

«Muy bella y hermosa que es la luna»

Cierro mis ojos por un momento y me quedo rendida en la silla

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Hola gente bella, preciosa, hermosa, gracias por darle tiempo a mi historia y por sus grandes comentarios, nunca pensé que a alguien le gustara este libro la verdad

Lo empecé a escribir solo para mi ya que estaba muy estresada y sentía que escribiendo esto sería una distracción pero nunca pensé que les gustaría tanto

Gracias, muchas gracias, estoy muy feliz por lo que a recibido este libro apoyo departe de ustedes y por que el viernes ya será mi cumpleaños y eso me alegra mucho la verdad

La duquesa y el destripador Donde viven las historias. Descúbrelo ahora