<MORDIDA>

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De repente escucho un  sonido, es el mismo hombre que está lleno de sangre que monta un caballo negro, salgo corriendo intentado ser más rápida que el, debo de correr o si no moriré.

Él controla al caballo como un salvaje , él le pega con el látigo al pobre caballo hasta que poco a poco el látigo se empieza a manchar de sangre, al ver cómo maltrata al caballo no me fijo en donde corro y me caigo, intento levantarme pero mis piernas no me ayudan, el hombre baja rápidamente del caballo y camina hacia mi de una manera lenta , hago el intento de levantarme pero no puedo, estoy cansada y agotada

Al tener al hombre a dos pasos hacia mi empiezo a arrastrarme

—¡No!-exclamo intentado levantarme- —¡No, no ,no ,no, no!-grito con dolor y miedo- el se acerca a mi y frunciendo el ceño con enojo extiende su mano y empieza a abofetearme la cara, poco a poco siento el dolor que me domina más, caigo de una vez al suelo sin poder moverme, solo siento el dolor en mi cuerpo.

«Me quiero morir aquí mismo»

Él se sube encima mío de nuevo y me coloca boca abajo, desgarra mi vestido y me baja la ropa interior.

—¿Pensaste que te dejaría ir fácilmente duquesa-susurra con sarcasmo- empiezo a llorar al sentir como me toca, quiero salir de esto, quiero irme, mi cuerpo ya no aguanta, prefiero ahora morir siendo mordida por los sabuesos que estar viendo y sintiendo como este hombre me toma como una puta, moriré de esta manera o me dejará con vida todavía

Si me deja con vida será una humillación tan grande para mi, que dirán de mi, la puta con quien se casó con el duque fue violada como una perra en el bosque, dirán los mismos apodos  que me  representaban en la bahía, zorra, puta, golfa.

Me muevo de lado a lado intentado quitármelo de encima como antes pero ahora mis fuerzas son menores a las que tenía hace unos momentos

—¡Aléjate!-grito con todas mis fuerzas ordenado- —¡Quítate de encima!-Ordeno gritando- grito y pataleo mientras el hombre solo me mira con burla, él sabe muy bien que nadie me escuchara ,  él tenía todo esto planeado.

En ese momento entre los arbustos sale un perro que se lanza hacia el hombre y lo ataca, el hombre grita mientras su sangre mancha toda su ropa, me quedo aturdida mientras el salvaje perro muerde su cuello, mis piernas tiemblan y se ponen helados al escucharlo, de repente el hombre cae en los espinales haciendo que sus gritos sean más fuertes que antes.

El perro solo mira al hombre quien ya no se mueve y solo sangra su cuello y rostro, el perro pasa su lengua con satisfacción en su hocico que está cubierto de sangre igual que su pelaje.

«Que carajos...»

De los arbustos sale otra sombra que cada vez se acerca a mi hasta poder  distinguirlo, es el duque quien camina hacia mí mientras el perro lo mira y mueve su cola de felicidad.

—Duquesa-menciona frunciendo el ceño- el corre hacia mi y intenta ayudarme a levantarme pero es en vano, el dolor de mis piernas lo hace casi imposible, el peso de este hombre hizo que mi cuerpo perdiera fuerza

—¿Que le sucede?-pregunta preocupando mientras me ayuda a levantarme-

—Mi piernas- gimo de dolor- —Me duelen-me quejó mientras siento el enorme dolor en mis piernas-

El duque me sostiene y me carga, me pone contra su pecho haciendo que sienta su olor y su temperatura corporal, un olor a colonia fuerte y el calor natural de un cuerpo. Me quedo tranquila por fin en sus brazos mientras el duque camina, como es posible que me haya encontrado, pensé que estaba acabada  y sola, incluso sentía la misma muerte llegar a mis piernas

«Como a llegado aquí»

El duque camina hasta llegar a uno de los carruajes donde están sus hombres y aquellos hombres que casi me quitan la vida en este lugar. El duque me sigue cargando hasta que se queda quieto

—¡Book esta en lo profundo del bosque!-exclama- —¡Tráiganlo!-ordena haciendo que su orden sea escuchada y sus hombres obedezcan al instante entrando al bosque con lazos.

Uno de sus hombres camina hacia nosotros con una manta verde.

—Duquesa Stark-menciona con lástima mientras el duque lo sigue viendo pero con una expresión de enojo en el- el hombre al ver al duque solo baja la cabeza apenado

—Ya está el caballo, Duque Stark- anuncia-el duque camina hacia un cabello negro, él me sube a él y me cubre con la manta verde y luego él se sube, permanezco callada mientras el duque toma las riendas del caballo.

—-Me retiraré con mi esposa para saber que tan doloroso será el castigo de estos hombres-comenta- el hombre se queda sin palabras y luego el duque hace que el caballo camine, me cubro con la manta mientras siento el viento frío en mi cara.

Poco a poco siento que mi cuerpo va recuperando su propio calor, ahora mi corazón no late tan rápido por el miedo que sentía aunque mi garganta se siente áspera y seca.

El duque no dice ninguna palabras pero al verlo a la cara se ve molesto y angustiado, puedo verlo y sentirlo, igual que yo que estoy asustada.

La duquesa y el destripador Donde viven las historias. Descúbrelo ahora