<UN CASO >

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GUARDIA NOCTURNA
SIRD GASTÓN HARTS
AL DÍA SIGUIENTE

Bajo de mi caballo y me acerca a mis hombres que están parados mirando un hoyo que tiene encima una tela negra

—¡Coronel!-exclama el teniente dando el primer saludo- —¿Por que mierda nos detuvimos?-preguntó exaltado-

Todo la noche no e dormido ni comido nada para que en medio camino nos detengamos, mi esposa e hijos me han escrito cartas por el nacimiento de mi sexta hija, me perdí su nacimiento y ahora por culpa de estas ratas no podré verla.

—Mi señor-menciona- al mirarlos veo sus caras pálidas y sus piernas tiemblan, me les quedo viendo y luego miro al teniente

—¿Por que están temblando como gallinas?-pregunto siendo sarcástico-

El teniente baja la cabeza y luego quita la tela viendo dos cuerpos fríos , que están boca abajo  y que pareciera que no tuvieran sangre, están.....

«Duros y pálidos»

Un cuerpo que se ve de una mujer y el otro de un hombre, ambos cuerpos están pálidos y duros como una piedra y veo su cuello arrugado como el de una pasa, no tienen color como si estuvieran hace días aquí.

No puedo pensar exactamente, estoy aterrado, ni en mis 10 años como sird de la guardia nocturna e visto este semejante atrocidad, esto no lo hizo una persona pero tampoco un animal, esconder dos cuerpos en este estado?

—¿Coronel?-menciona los cadetes- —¿Que hacemos con los cuerpos?-preguntan con miedo-

Me arrodillo para verlos mas de cerca,  y si, sus cuerpo están helados y duros como piedra, pálido y algo arrugados, es como si estuvieran muertos desde hace días pero al tocar la tierra parece que está húmeda, esto acaba de pasar hoy o en la noche.

Sin miedo, agarro el cuerpo y al darle la vuelta siento un hielo en la espalda, todos mis hombres se quedan callados y miran con terror el cuerpo del Sird lack y una criada que tiene en su uniforme el símbolo de la casa Stark.

—Envuelvan los cuerpos -ordeno fríamente levantándome- —Los llevaremos a la capital-agregó-

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ROSE MECLEK STARK
DUQUESA STARK

Mientras veo mi elegante desayuno qué hay en la mesa Solia cepilla mi cabello con mi peine de madera, duquesa solo observa las fresas y mi filete de pollo con tentación, estoy hambrienta pero a la vez no siento apetito, es como si no tuviera en verdad hambre solo hambre de mentiras.

Creo que es por que anoche me comí esos bocadillo en el banquete, era galletas que tenían caramelo y chocolate, hacían que mi paladar se convirtiera el de un niño que come dulce y dulce hasta que sus dientes se pican.

—Duquesa Stark-menciona Solia mirándome-
—Tengo dos vestidos que puede usar para la fiesta de té, ¿Puedo enseñarle?-comenta y pregunta dejando el peine en la mesa-

—Está bien, muéstramelos-ordeno volteándola a ver con la mirada fría-

Solia hace una pequeña reverencia y se dirige a mi armario donde empieza a sacar dos vestidos, uno rosado pálido de cuello v y otro de un color verde con cuello redondo, ambos vestidos son preciosos y lindos.

—¿Que opina?-pregunta pidiendo mi opinión- ambos vestidos son hermosos pero el que me gusta y se roba toda mi atención es el vestido color rosado pálido, aunque recuerdo que use hace algunas semanas uno así para salir pero...

«Este es diferente, parece sencillo pero elegante y fresco por su tela»

—Me llevaré ese-comento apuntando con el dedo el vestido color rosa- hoy hay mucho calor para salir con un vestido que no sea para nada fresco, ademas iré a beber té.

La duquesa y el destripador Donde viven las historias. Descúbrelo ahora