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DUCADO STARK
ROSE MECLEK DE STARK
DUQUESA STARK

El médico empieza a aguardar sus instrumentos y se retira de la habitación sin avisar, me quedo de lado de la cama mientras Solia empieza a entrar con un plato de comida en la bandeja, una sopa caliente de pollo y verduras, ella lo coloca en la mesa y luego se acerca a mi agachándose en la orilla de la cama y agarrando  mi mano mientras la miro confundida.

—Duquesa Stark, estaba preocupada por usted al escuchar a las criadas sobre la tragedia- comentó con pánico mientras intenta hablar correctamente-  me siento en la cama y sostengo su mano, están heladas y ásperas, en verdad se asustó con la noticia del asalto?

—Estoy bien Solia—anunció- Solia se calma y se levanta y permanece callada mientras yo abrazo mis rodillas y pongo mi cabeza de lado, los dolores ya se fueron, ya no me duele el cuerpo como antes pero si tengo esa sensación de incomodidad, lo sigo sintiendo aunque él no me hizo nada, solo se tiro encima mío y intento hacerlo.

Puedo sentir todavía las marcas de sus dedos en mi piel, me estoy dando asco a mi misma, su aliento horrible y sus palabras de sarcasmo y burla.

Levanto mi cabeza y miro a Solia, «quiero estar sola.»

—Puedes retírate Solia-ordeno mientras miro mis pies que tiene moretones- Solia hace una reverencia y se va dejándome sola en la habitación.

Me quedo apoyada en mis rodillas mientras sigo en la cama, quiero dormirme pero no tengo sueño, parece que hoy me desvelaré pero no quiero amanecer con ojeras en la mañana y tener que esforzarme más en hacer una tarea por que no tendré la energía para hacerlo.

De repente la puerta se abre y al ver quien es, veo al duque quien entra y cierra la puerta, dejo de apoyarme sobre mis rodillas y miro al duque.

—¿Duque?-menciono confundida mientras él se acerca- el llega hasta la cama y se sienta en la orilla de la cama, permanezco callada mientras miro sus manos hasta que él me toma del mentón con su otra mano y levanta mi cabeza.

—Mi duquesa-menciona susurrando- —Debes de comer más para ganar fuerzas para recuperarte-comenta-

—¿Estoy mal?-preguntó confundida-

—No-niega- —Pero tus moretones no se curarán con magia, si no tu cuerpo los irá cicatrizando por eso debes de comer más-argumenta-

Me quedo perdida en su mirada mientras él habla, lo dice mientras me mira directamente a los ojos sin sentirse avergonzado ni nada por el estilo, yo ahora ya no le tengo miedo, ni menos odio, siento que esos pensamientos de odio y repugno hacia él han desaparecido por completo, ahora creo que yo me e acostumbrado a el.

Siento que sus labios me atraen como un Inman, puedo sentir esa conexión en sus ojos y boca, nunca me había pasado esto con Richard, solo estaba acostumbrada a darle besos pequeños en sus labios y en sus mejias pero con el duque es diferente.

Sus besos me vuelven loca, siento que los necesito cada vez, ¿pero por que? Acaso me e acostumbrado a él pero de una manera diferente a la de adaptarse al cambio o acostumbrarse y querer al cambio, querer y adaptarse  son dos palabras diferentes para mi.

Estoy tan confundida como un niño que le pregunta a su padre él por que el agua es de ese color y cuando el padre no explica bien deja al niño más confundido, yo me siento así, como un niño, curiosa por saber pero confundida  cuando me dicen la respuesta.

—Debes dormir, pronto va  amanecer-anuncia mientras volteo a ver hacia la ventana- el tiene razón, pronto el sol va a ponerse de nuevo.

Le obedezco acostándome en la cama y cubriéndome con la sábana, el duque se levanta y empieza a cerrar las cortinas haciendo que la habitación se vuelva más oscura, de repente siento unos brazos que me enrollan la cintura al tocarlos puedo saber de quién son

—¿Duque?-preguntó tocando las manos - algo se acerca a mi oreja
—¿Si?-pregunta susurrándome detrás de la oreja- respiro hondo al escucharlo

—Buenas noches-comentó cerrando los ojos-

La duquesa y el destripador Donde viven las historias. Descúbrelo ahora