<INVITADO>

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RICHARD SOMMERS WHITE
BAHÍA DEL OESTE—

EXTRA—

Las risas de mi padre y de mi tío invaden toda la habitación de la sala, hay risas y vasos de vidrio en la mesa que tienen algo de vino tinto, ambos están borrachos y muy alegres.

Estoy intentado no ver aquel hombre que está deforme de su rostro y que le hace falta un ojo, es como si alguien se lo hubiera arrancado y también su mano que él corte es diferente, es como si un cuchillo o una espada no le hubiera cortado la mano.

Juego con un par de cartas intentado evitar la mirada de ese hombre que me da cada vez más miedo, en ese momento las risas cambian y una mirada seria de mi padre y de mi tío que es dirigida a mi.

—Richard, ven aquí—ordena mi padre con un tono mal humorado— el no hace el intento de verme a la cara, algo que me dan ganas de gritarle aunque sea decirle una grosería.

Me levanto obedeciendo y llevo arrastrando  mi silla haciendo un sonido que rechifla en toda la sala.

—¡Dios!—exclama mi padre irritado — —¿No puedes levantar la silla?—me pregunta con sarcasmo mientras mi tío observa—

Mi padre y yo nos miramos mutuamente haciendo que haiga una tensión enorme y incómoda,él intenta ponerme los pelos de punta en este momento y parece que lo está logrando, si no fuera por mi tío que está aquí ya estuviera caminado hacia el muelle o esperando alguna parada para subirme a otro barco.
Por que tuvo que aparecer en este momento, tomó la silla con ambas manos y me acerco a ellos sintiendo a mi tío incómodo.

—¿Que sucede?—pregunto mirando a mi tío y a mi padre— mi padre solo se muerde la lengua y se levanta rápidamente de la silla con una expresión en su rostro de enojo.

—Habla con tu tio, iré por tu madre para que prepare algo de comer—Ordena mientras se retira de la sala— e quedado  solo con este hombre que en verdad me da algo de miedo, ni siquiera lo reconozco como un tío ya que nunca  lo había visto, de seguro cuando era muy niño fui presentado ante él pero, alguien así, con este aspecto..Es difícil de olvidar y menos un niño.

Me recuesto  en la silla teniendo ahora a mi tío al frente mío quien me observa mientras bebe algo de vino, me incómodo verlo y incluso no puedo hablar.

Se ve tan demacrado y...Muy tenebroso que si un niño lo viera creo que saliera corriendo en busca de sus padres por el miedo.

—Richard—menciona mi tío haciendo que esos pensamiento sobre él desaparezcan— corrijo mi postura y intento disimular, algo que ni siquiera sé hacer.

—Si, ¿si tío que sucede?—preguntó tartamudeando— mi tío se empieza a reír y recuesta su mano en la mesa viendo que está sucia y con algunas cicatrices.

—Sigues siendo ese mismo muchachito miedoso—comenta con una carcajada—

—Parece que si—respondo con una risa sin gracia— enserio este hombre parece que a salido de una tumba, me largare de aquí después de que mi padre venga por que todavía siento ese inmenso  miedo y mas ahora que este hombre a entrado a nuestros aposentos, pero...Es mi tío aunque luzca así.

Estoy intentado simpatizar con él sobre su apariencia pero enserio no puedo. No puedo quitarle la mirada de encima, ni de su rostro, ni de su brazo y ni de su única mano.

«¿Enserio que le a pasado? »

Mi tío voltea a verme y se da cuenta de donde estoy viendo, el empieza a sentirse incómodo así que baja su mano y traga saliva.

—Creo que debí de traer ropa con mangas largas—comenta ahora sintiéndose incómodo— aguardo silencio por algunos minutos y después bajo la mirada

—Perdón tío, es qu—

—Si, parezco una deformidad—comenta interrumpiéndome— su ojo se ponen lloroso y parece que cada gesto que hago tiene un efecto en el, si soy un idiota total, no sé simpatizar ni siquiera con mis parientes, bajo la cabeza mientras siento ese sentimiento de culpa invadiendo por completo.

Desde que vino y entro a los aposentos e sentido que su presencia me da miedo aunque no a hecho algo tenebroso, parezco un niño que no sabe que los accidentes pasan.

—¿Que le pasó?—preguntó con la cabeza agachada mientras siento esa acidez en la boca.— mi tío voltea a ver hacia la vela qué hay en la mesa quedándose callado por algunos minutos.

—Es algo que no deseo recordar pequeño Richard—comenta dejándome con la duda— el toma una de las pequeñas sillas de la mesa y la arrastra  hacia él colocando sus pies, lo observo mientras miro como lucha con su única mano.

—Todavía me recuerdo cuando te sentabas en estas pequeñas sillas—comenta balbuceando—

—Tu madre te daba de comer junto a tu amiguita...eh—comenta tocando sus dedos para recordar— el recuerdo de mi y de Rose sentados en un pequeña mesa se refleja en mi mente, ella siempre venía con una pequeña canasta a comer fresas y arándanos que su padre traía del muelle ya que en ese tiempo tenía un trabajo que se requería tener su asistencia las veinticuatro horas.

Rose y yo comíamos de esas frescas y deliciosas frutas mientras mi madre nos acompañaba, en ese tiempo estaba embarazada de Roys.

Mi cara se ilumina al fin al recordar al antigua Rose, una niña pequeña y algo gordita, siempre iba vestida con colores pasteles y siempre venía hecha un desastre ya que se la pasaba jugando junto con los demás niños  del barco o con los  pequeños huéspedes que subían.

—Rose—mencionó sintiendo su aura conmigo-

—Ah si! Rose!—exclama emocionado-el chasquea los dedos y se pone su mano en la barbilla.

—¿Lo recuerdas cierto?—pregunta emocionado mi tío— observo a mi tío y ahora sin miedo empiezo a dar la cara.

—Lo recuerdo y con mucho detalle tío—comentó con una sonrisa demostrando mi lado sensible—  mi tío al verme sonreír él también se contagia.

—Cuando estaba en el muelle me recordé de ella—comenta levantando  ambas cejas haciéndome reír—

—Una niña que poseía una belleza no humana, un ángel pequeño, me preguntó de donde exprimió esa belleza ya que su padre no es nada atractivo—agrega mientras se ríe—

Rose siempre fue una mujer hermosa... Tan hermosa que los hombres no cercanos a ella se ponían nerviosos al verla, una mirada angelical  con un rostro delicado sin ninguna mancha, una mandíbula marcada, su cabello negro lacio  y el toque especial, sus ojos verdes.

Su risa angelical y llena de alegría me hacia despertar, cuando estaba triste o enojado esa simple risa me volvía a la tranquilidad, la extraño tanto que desearía que antes de dormir escuchar esa risa de nuevo para despertarme con alegría de nuevo.

«Mi alegría se fue junto con ella»

El recuerdo hace que el arrepentimiento vuelva, Rose...Mi pobre Rose, me moriría al verla triste si llego a verla de nuevo, si luce triste o deprimida voy a colapsar, si llego a rescatarla de ese hombre y si esa Rose feliz, alegre, hermosa llega a desaparecer...Matare yo mismo a ese hombre.

Juro que lo matare si hizo que esa risa de Rose se haya desvanecido o su felicidad.
Aprieto mi puño y frunzo el ceño mientras mi tío me observa, mi comportamiento a cambiado.

—¿Todo bien Richard?—pregunta mi tío confundido levantando ambas cejas— volteo a verlo y tiro un suspiro tenso

—No, no todo está bien tio—respondo enojado-
«Mi pobre Rose sigue todavía con ese monstruo»

La duquesa y el destripador Donde viven las historias. Descúbrelo ahora