Midnight Lovers

*5*

Volvió a su habitación. Estaba molesta, durante las comidas tanto sus padres como su hermano se mostraban bastante contentos desde que había aceptado el bendito compromiso con ese cabeza hueca, pero aún así lo que más le molestaba es que su hermano estuviera interviniendo en su vida al punto de lavarle el cerebro a Sakura para que la convenciera de olvidarse de Naruto, pero lo que la tenía más molesta era que su hermano se hubiera dado cuenta, creía que lo que sentía por Naruto lo tenía bajo control y que había sido muy discreta.

Entró a su habitación, debía de aprovechar sus minutos a sola antes de que Sakura entrara por la puerta para ayudarle a cambiarse su ropa para ya dormir. Decidió tomar el libro que estaba leyendo, pero al hacerlo se percató de que un pedazo de papel cayó de este. Dejo el libro en la cama y recogió el papel, cuando lo abrió se impresionó al ver lo poco pulcra que era la caligrafía en este, era bastante remarcada pero los trazos no eran finos, si no irregulares y hechos con mucha fuerza.

" A medianoche. Rosal"

Es el mensaje que decía, firmado por un garabato, parecía ser un espiral. No tuvo que pensar mucho para saber quién era el autor de tal nota, era Naruto, de eso estaba segura. Una caligrafía tan poco delicada y con falta de elegancia para decir las cosas, lo delataban.

Sonrió mientras doblaba la nota y la guardaba en uno de sus libros.

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Esperó ansiosa a que sonarán las doce campanadas del reloj que estaba colgado en la pared de las escaleras. Abrió los ojos de par en par al escuchar el inicio de estás, se quitó las cobijas; no parecía hacer mucho frío así que sólo arregló un poco su falda y se metió por el pasadizo que había atrás debajo de su cama.

Le había pedido a Sakura que le prestará una de sus prendas, sus vestidos eran mas simples y más importante, menos estorbosos. Agradecía que la propiedad de su familia tuviera tantos pasadizos, ya que de esa manera podía llegar a tanto lugares, sin tener que pasar y tener que responder preguntas de algún miembro de su familia. Llegó al jardín, se aseguró de que no hubiera nadie cerca, ni sirvientes ni guardias y se adentró entre los arbustos.

Cualquier persona en su sano juicio dudaría de ir a es encuentro, pensando que pudiera tratarse de un impostor, pero con esa caligrafía tan desaliñada sabía que era Naruto y nadie más, no había forma de falsificar tanto descuido.

Al llegar al punto de su encuentro; en los rosales, alumbrados solo por la luz de la luna, pudo ver cómo ahí estaba la espalda de ese chico alto, de cabellos rubios, delgado y atolondrado. Sonrió de forma innata y camino hacia él, tratando de esconderle la emociones que él generaba en ella, no quería subirle el ego.

- Llegas tarde - le reclamó Naruto.

Soltó un bufido incrédula del reclamó de parte de él, aunque sabía que bromeaba- Lo siento, salir por espacios tan reducidos alenta las cosas, deberías intentarlo antes de reclamar- se acercó a Naruto y lo miró directamente a los ojos, enseguida sintió como este tomaba su mano y le daba un ligero apretón.

Se besaron. Fue lento y dulce, como si se tratara de la antesala de lo que estaba por venir. Ambos sabían que no sólo habían ido a un encuentro de cinco minutos.

-¿Te casarás con él?-soltó Naruto, apenas sus labios se hubieron separado de los de ella.

Cerró los ojos y respiró profundamente. A pesar de que ella hubiera esperado que todo fuera sencillos, Sakura podía tener algo de razón.

-Es la idea-no iba a mentirle.

-¿Entonces es tu decisión final?-Naruto se hizo a un lado se alejó de su vista para caminar a un costado de ella.