Después de lo sucedido, había deseado con todo su corazón poderse encerrar por días en su habitación para sentirse miserable. Pero no podía hacerlo, debía de cuidar a su hija, además de que Sakura había entrado en labor de parto, lo que la había ayudado a deshacerse de esos malditos pensamientos intrusivos que no paraban de estar en su cabeza todo el día.
Su alma descanso cuando sostuvo al bebé de Sakura en brazos, había nacido un poco antes de tiempo, pero se le veía sano, además había ayudado a que Sasuke se sintiera en paz con ella misma, ayudar a que un nuevo ser llegara al mundo debía de darle puntos. Aún así, no paraba de sentirse culpable.
Apenas habían pasado días desde que había cometido adulterio, no era la primera vez que lo hacía, había cometido la misma traición cuando estuvo casada con Deidara, pero ahí todo había sido diferente, él había estado de acuerdo y más importante no tenía sentimientos por él, a diferencia de con Gaara.
Pero lo que más la atormentaba era Yume. Naruto estaba vivo, era su padre y merecía conocerla y formar parte de su vida, después de todo él no la había abandonado, situaciones ajenas lo habían propiciado. También estaba consiente de que debía de enfrentarlo nuevamente, merecía saber la verdad, pero sabía que verlo resultaría peligroso, sabía que no podría contenerse de volver a estar a solas con él.
Sakura aún debió de guardar reposo, por lo que Sasuke se encargó de estar al pendiente de la correspondencia para esperar a que Sasori o Gaara enviaran alguna carta y responderles con la buena noticia.
Sakura amamantaba a su pequeño hijo, Sasuke la miraba de forma cariñosa sin dejar de pensar en su propia hija, ansiaba ir con ella y decirle que su padre estaba vivo, pero no podía.
- Has estado más callada de lo normal - mencionó Sakura a su amiga, después de observarla detenidamente. Sasuke se veía feliz por instantes y después aparecía la desolación en sus ojos.
Sasuke suspiro antes de responder - Lo que...- fue interrumpida por unos golpes en la puerta, Sasuke se levantó y Sakura se cubrió un poco.
- Mi Lady- dijo la sirvienta- me avisaron que buscan por usted en la puerta. El Duque Senju, me parece.
Tal vez fue su imaginación, pero habría jurado que el tono de la sirvienta sonaba como si la estuviera inculpando.
- No tardo- dijo un tanto agitada a Sakura y salió de la habitación.
Su corazón palpitaba con fuerza conforme caminaba, deseaba acelerar el paso, pero se mantuvo calmada para guardar las apariencias. Ahí, justo en el pasillo de la recepción, estaba él, quién al voltear a verla y lograr que sus ojos se encontraran con los suyos, esbozó una gran sonrisa en su rostro y caminó en dirección hacia ella.
- Duque Senju- saludó con indiferencia- ¿Por qué nos ha honrado con su presencia?
Naruto la miró un tanto desorientado, pero pronto captó la situación y recobró su porte serio y ecuánime, tan impropio del Naruto de dieciséis años.
- Disculpe molestarla Marquesa Sabaku, pero tenía que venir a mostrarle mi agradecimiento por haberme llevado aquel obsequio hasta mi hogar.
Ella asintió con un sonrisa picarona-¿Le gustaría tomar un poco de té?
-Me encantaría- Naruto le siguió la corriente, sintiéndose dichoso de nuevo ser cómplice de ella.
-Señortita Yamamoto- le habló Sasuke a la ama de llaves- el Duque Senju y yo atenderemos unos asuntos en el jardín trasero, ¿podría traernos un poco de té y dar el aviso de que nadie nos interrumpa a menos que sea algo importante?

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Midnight Lovers
Fiksi PenggemarSasuke y Naruto creen que lograran salirse con la suya en un mundo donde sus clases sociales les impiden estar juntos. Pero la vida y las circunstancias que desconocen les demostraran lo equivocados que están.