*21*

66 6 1
                                    

Con un hermoso vestido blanco adornado con flores de color lila, su cabello amarrado por una media coleta y adornado con lirios, recostada ligeramente sobre su costado derecho con su bebé acurrucada entre su brazo y su pecho, yacía Sasuke y su pequeña hija; ambas se veían tan hermosas, tan serenas y tranquilas como si estuvieran durmiendo.

Fugaku mantenía un semblante serio, pero no podía evitar que las lágrimas se derramaran de sus ojos sin poder detenerse. Limpiaba sus mejillas disimuladamente cuando sentía que estaban muy humedecidas. Escuchaba al sacerdote decir palabras que para él eran inentendibles, todo a su alrededor era ruido y nada más. Sabía que alguien lo tenía sostenido de su brazo, tenía que ser su esposa, nadie más, pero no había reparada en ello.

Los cuerpos inertes de su única hija y nieta yacían frente a él en ese ataúd. No se suponía que la vida fuera así, sus hijos debían de enterrarlo a él, no viceversa.

De pronto le pareció escuchar un bullicio y vio la silueta de su hijo moverse en dirección al pasillo de la capilla, fue hasta ese momento que se dignó en mirar lo que estaba sucediendo a su alrededor.

-Vengo a presentar mi pésame-dijo una voz masculina, cuando miró de quien se trataba fue como si sus sentidos hubiera regresado, incluso Mikoto había alzado su rostro y su llanto se había detenido de golpe.

-Lo agradecemos Rey Shimura -habló Itachi con seriedad, pero sin moverse ni un centímetro.

El Rey Shimura debía de entender que hasta ahí podía llegar, pero Danzó que iba acompañado con otros cinco hombres, hizo a Itachi a un lado, y caminó hacía el féretro abierto. Itachi caminó detrás de él para detenerlo pero los soldados lo obligaron a detenerse, fue entonces que Deidara caminó hacía ellos rodeado también de sus escoltas.

-Es el funeral de mi hija y mi esposa, te pido que demuestres respeto-le exigió Deidara y sus hombres se pudieron en guardia por si tenían que atacar.

Danzó sonrío ante la impertinencia de Deidara, él sabía perfectamente que había un trato, tal vez sólo quería actuar para que él Duque Uchiha no se diera cuenta de ello -Príncipe, sólo me gustaría cerciorarme de que su amada esposa e hija estén realmente muertas, no sabe cuantos relatos de muertos vivientes hay por estas tierras.

-Tanto el sacerdote como mis hombres de confianza lo han hecho, muchas gracias por la preocupación.

-Príncipe-Danzo se acercó a él al oído de Deidara- Le recuerdo que tu padre y yo pactamos que tu esposa sería mía, tan sólo diera a luz.

-Sí, pero el bebé debía der ser varón y estar vivo-le recordó Deidara, sabiendo que sólo ellos dos estaban escuchando esa conversación.

Danzo se rió- Qué increíble coincidencia que fuera niña y ambas murieran, ¿no lo crees?

Fugaku comenzó a caminar hacía ellos, ya que Deidara ni Danzo habían dado alguna orden a los soldados, estos no atacaron, no iba a permitir que ese hombre también quisiera molestar la memoria de su hija, ni muerta parecía querer dejarla en paz.

-Rey Shimura, le agradecería que mostrara un poco de respeto ante la ceremonia-dijo con autoridad.

-Duque Uchiha, usted no tiene autoridad para exigirme eso, él príncipe Deidara es quien tiene todo los derechos sobre su hija, después de todo es su esposo. Ella ya murió portando otro apellido.

Fugaku sabía que Danzo tenía razón; una vez demostraba ante todo lo frívolo que era, pero no permitiría que aún muerta se atreviera a tocar a su hija, así que se interpuso entre Deidara y él con la frente en alto.

-Príncipe, ¿le habló de nuestro trato a su suegro?

Danzo pensó que Deidara se mostraría tenso ante la mención en voz alta para todos los presentes, pero al contrario, se mantuvo con la frente en alto, el rostro del Duque Uchiha se tornó pálido, por que sonrió al darse cuenta que no tenía idea.

Midnight LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora