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El tiempo había pasado volando, ya casi llegaba a los nueve meses de embarazo. Tenía muchas molestias, desde dolor en su espalda, pies hinchados, cambios de humor, antojos, entre otras cosas. No negaría que se sentía desolada de no tener a Naruto a su lado, ni siquiera sus padres ya estaban con ella, habían vuelto a su hogar, pero prometieron que volverían en unas semanas para estar con ella cuando el bebé naciera.

Miró su vientre abultado y lo acarició, se sentó en una silla y tomó su libro para seguir leyendo.

- Mi Lady- anunció Sakura, la única compañía que tenía - traje su comida.

Sasuke le sonrió por cortesía y se volvió a concentrar en su vientre; ya que su futuro hijo, los libros que los a diario y la compañía de Sakura la mantenían cuerda en aquel castillo.

Estaba casada, pero apenas y veía a su marido, lo cual agradecía, aunque no era la vida que hubiera imaginado. Suspiró profundamente y borró de su mente las imágenes de Naruto cargando alegremente a un bebé.

- Mi Lady- habló Sakura preocupada, no hacía falta conocer demasiado a Sasuke para que alguien se diera cuenta de lo decaída que estaba - ¿Ha pensando ya en un nombre para el bebé?-pregunto con el afán de distraerla.

La pregunta pareció animar a Sasuke, quién volteó a ver a su dama y con un genuina sonrisa, asintió – Yumei, sin importar el sexo- dijo orgullosa y continúo mirando hacia la ventana.

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Deidara estaba harto. Pensó que una vez casado y con una esposa embarazada su padre lo dejaría en paz, pero todo lo contrario, ahora lo incluía más en los asuntos del reino, lo que significaba reuniones y reuniones, algunas aburridas, otras interesantes y las que menos le agradaban; las escalofriantes.

Fue a buscar a Sasuke, lo cierto es que no sabía cómo tratarla, por lo que en general la dejaba sola. Pidió comer con ella y pudo ver su cara de desagrado cuando llegó al comedor, caminando más lento que de costumbre por el embarazo.

- Será un bebé saludable - dijo después de recorrer con la mirada por completo a su esposa.

- ¿ Qué estás intentando decir ?- le reclamó Sasuke, pues sabía que no lo había dicho como un cumplido.

- Tu vientre ha crecido mucho en los últimos meses.

Sasuke tomó asiento y lo miró con desprecio - es lo normal en un embarazo- le recalcó y se acomodó para tomar los cubiertos- ¿para qué pediste verme?

- Pensé que lo mejor sería que te aliviarás en tu antiguo hogar.

Sasuke lo miró sorprendido, tanto que hasta olvidó por unos instantes el hambre que estaba sintiendo - Concuerdo contigo, ¿ por qué de pronto parezco interesarte ?

- He escuchado que algunas mujeres tienden a deprimirse después del embarazo, yo no pienso lidiar con ello. Que lo hagan tus padres mejor.

Viró los ojos después de ese comentario, Deidara la odiaría siempre y ella correspondía ese sentimiento. Aún así le alegraba la idea, así podría ver a Naruto y este conocería a su hijo.

-¿Tus padres lo aprobarán? - preguntó con nerviosismo, pues estaba segura que los reyes querrían ser los primeros en conocer al bebé.

- Iremos a tu hogar está semana. Queda en ti hacerles creer que quieres dar a luz con la presencia de tu madre, ponte a llorar, haz berrinche yo que sé.

Sasuke suspiró - está bien- dijo con calma, pero su corazón latía con fuerza, estaba emocionada, incluso feliz, pero debía esforzarse por ocultar su felicidad.

Midnight LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora