Cap. 40

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Él abrió los ojos al recordar ese momento, se sentó en la cama y vió que aún era de noche, tocó la cama, pero no vió al rizado, se preocupó al no verlo, pero al verlo salir del baño corrió a abrazarlo.

— Joaquín. — lo alejó.

— Creí que se había ido. — susurró.

— Sólo fuí a orinar. — habló. — jamás te dejaría

— Perdón es que con todo ésto ya no sé qué pensar. —susurró. — me siento tan perdido.

— Descuida. — sonrió. — no dejaré que eso vuelva a pasar.

Joaquín sonrió y tomó la mano del rizado para entrelazarlas y caminar a la cama, Emilio se sentó en ella y Joaquín en su regazo, el cuál mantenía su rostro escondió en el cuello del rizado, él estaba sonriendo mientras le susurraba cosas dulces.

— Mailo. — habló.

— Si Joaquín. — dijo.

— ¿Cuándo todo ésto acabe? — preguntó. — ¿Qué hará?

— Mmm. — dijo. — no sé si seguir cuidando de tí ó tú de mí.

— Podría rehacer su vida. — habló. — sin mí.

— Ya hablamos de eso. — lo alejó para verlo. — seguiremos siempre juntos.

— Usted cambiará, será adulto. — bajó el rostro. — mientras yo seguiré teniendo 18 años.

— Lo sé. — habló. — pero no me vá a importar.

— Te verán mal. — dijo.

— Amor es amor. — sonrió. — y yo no te voy a dejar ir.

Ambos se volvieron a besar lento, Joaquín comenzó a quitar la camisa del rizado para volver a besar la marca y clavar sus colmillos en ella, una pequeña línea de sangre recorrió el hombro del peliazul, pero Joaquín la recogió con su lengua para dirigirse a la boca del rizado. Emilio le quitó la camisa para besar el cuello y Joaquín cerró los ojos por el placer que sentía, él se encontraba encima del rizado, el cuál lo besaba mientras le acariciaba la espalda. Joaquín comenzó a sentir algo que lo quemaba por dentro lo que provocó que se alejara bruscamente del rizado quedando en el techo, Emilio lo vió agitado y preocupado a la vez.

— Yo. — dijo mientras bajaba del techo. — perdóname.

— Tranquilo. — mientras se acercaba a él y tocó su hombro.

Joaquín al sentir ese tacto lo empujó con fuerza provocando que él fuera a parar en la pared ganándose un fuerte golpe.

— ¡Emilio! — gritó mientras se acercaba a él.

— Mierda. — se quejó el rizado mientras tocaba su cabeza.

— Yo perdón. — se levantó y corrió a la puerta. — ¡Eleazar! — gritó.

El chico corrió al llamado y vió al chico en la pared, la cuál tenía sangre, no preguntó nada sólo levantó al chico y lo llevó a la sala dónde tenía una pequeña clínica, sentó al rizado mientras miraba la herida.

— Fué un accidente. — habló el rizado.

— ¿Qué pasó? — dijo mientras le limpiaba la herida.

— Ah. — se quejó el rizado. — nos estábamos besando luego él se quedó colgado del techo.

— Ya veo. — dijo. — ¿Qué más?

— Parecía alterado, me acerqué y me empujó. — habló. —sólo eso.

— Okey. — dijo mientras terminaba de cocer la herida. — no fué nada grave.

— Eleazar. — lo vió.

— Si. — dijo.

Ambos hablaron, el otro sólo asintió y salió, al hacerlo el chico entró y lo abrazó mientras lloraba.

— Perdón. — dijo. — perdón.

— Ya lindo no fué nada. — le besó la frente. — sólo fué un accidente.

— Es ésto lo que temía. — susurró.

— Pero ya pasó. — le acarició la mejilla. — no llores.






 — no llores

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Seguimos........







Hasta el próximo capítulo AlbertXioW.

Inmortal // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora