La sangre brota muy lentamente, se desliza manchando aquellas suaves telas blancas, él no puede detenerse, pues esa es su maldición, pero dentro de ella ha encontrado algo que no la hace tan mala.
✓ Adaptación Autorizada.
✓ Contenido homosexual.
✓...
El viaje era algo largo Joaquín descansaba en el hombro del rizado, el cuál estaba escuchando música junto con él, ninguno decía nada los 2 llevaban las manos entrelazadas.
— Mailo. — susurró.
— Si Joaquín. — susurró de igual manera.
— Lo amo. — dijo.
— Yo también Joaquín. — sonrió mientras le daba un corto beso.
— Le vá a gustar Francia. — dijo. — es un lugar muy bonito.
— ¿No es el lugar del amor? — preguntó mientras guardaba su celular.
— Ese es París. — le dió otro beso.
— Pero está en Francia. — lo vió.
— Lo sé. — le dió otro beso. — podemos ir ahí si quiere y vivir una película romántica de amor cómo en los ochenta.
— Sería lindo. — le besó la mejilla. — pero ahora debemos de dormir.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Al despertarse se dieron cuenta de que las personas ya estaban bajando, ellos se levantaron y también lo hicieron, al salir fueron para que sellaran sus pasaportes.
— Bienvenue en France (bienvenidos a Francia) — habló la mujer.
— Merci (gracias) — sonrió.
Cuándo salieron se subieron a un taxi, el cuál los llevaría a la residencia dónde se quedarían, al llegar agradecieron y pagaron.
— Es aquí. — sonrió mientras se dirigía dónde estaba un guardia.
— Haute (alto) — los detuvo.
— Je suis Park Jimin et il est mon fiancé la maison est sous mon nom vous pouvez voir le registre si vous le souhaitez (soy Joaquín Bondoni y él es mi prometido, la casa está bajo mi nombre puede ver el registro si así lo desea) — sonrió.
El hombre se puso a leer un libro y los vió, abrió la reja y les dió una llave.
— Excusez mon erreur, vous avez un très bon séjour ici (disculpe mi error que tengan una estancia muy buena aquí) — dijo el hombre.
Joaquín asintió y caminó con el rizado, al llegar a la casa él la abrió y ambos entraron, Emilio sólo la observaba, Joaquín cerró la puerta y puso las maletas en el suelo.
— ¿Te gusta? — se acercó.
— Creí que sería menos lujoso. — respondió. — ya sabes para bajar la guardia.
— Tranquilo. — dijo. — tengo un trato con algunos vampiros franceses y no dejaré que te toquen.
— Claro. — lo vió.
— Deberíamos ir a dormir. — habló. — mañana debemos ir a comprar la comida.
— Claro. — asintió el rizado.
Ambos se dirigieron a la que era la habitación Joaquín, se quitó los zapatos y se subió a la cama al igual que el rizado. Se quedaron un rato ahí hasta que el rizado se quedó dormido, él se levantó y tomó el celular, marcó un número y esperó.
— Eleazar. — sonrió. — si estamos bien, lo sé, él duerme, le diré.
Colgó y suspiró, puso el celular en la mesa y se recostó en el pecho del rizado, el cuál lo abrazó cerrando los ojos para fingir dormir, pues ya no dormía. Él abrió los ojos y miró la Luna, la última vez que la vió fué cuándo mató a sus padres y se juró así mismo ya no verla nunca más, pero cambió al ver al rizado, algo lo atrajo a él mordió su labio nervioso al recordar ese momento.
Pues él sintió el aroma del rizado por eso tiró el libro al suelo, pues así volvió en sí, pues estaba a punto de comérselo y a los que estaban presentes, lo mejor que decidió fué abandonar el lugar y con un poco de ceniza tapar su nariz eso impediría sentir el aroma del rizado, lo cuál lo volvía salvaje.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
