La sangre brota muy lentamente, se desliza manchando aquellas suaves telas blancas, él no puede detenerse, pues esa es su maldición, pero dentro de ella ha encontrado algo que no la hace tan mala.
✓ Adaptación Autorizada.
✓ Contenido homosexual.
✓...
«No importa lo que seas Joaquín yo te amo por cómo eres no por lo que eres»
El rizado se encontraba en el suelo, ya habían pasado... Bueno él no sabía cuánto tiempo había pasado, pero tal vez mucho, pues su cabello ya era otra vez negro y lo tenía largo, la puerta se abrió dejando entrar a unas personas, él no dijo nada, lo sacaron de la habitación y lo llevaron al que parecía un baño. Lo bañaron y le cortaron el cabello, luego fué llevado otra vez a la misma habitación, él vió a la castaña, la cuál estaba con un vestido muy ajustado a su cuerpo, él levantó una ceja.
— Vine a verte. — sonrió ella.
— ¿A qué se debe el vestido? — preguntó.
— Muy pronto habrá una fiesta. — sonrió mientras mostraba una copa. — y tú eres uno de los invitados.
— Un baile rodeado de vampiros. — rió. — ¿Serás mi acompañante?
— Claro. — se acercó y lamió su mejilla. — en unos minutos vendrán a cambiarte.
Ella salió y él caminó a la ventana, aún estaba amarrado de las manos, él miró el lugar, debía huir y tal vez el baile no era tan mala idea sería su oportunidad de huir.
— Espero no ser el plato principal. — susurró.
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— Joaquín no está. — dijo la chica.
— ¿Dónde estará? — la vió.
— Dijo que dónde inició para él ahí terminará. — habló el castaño.
— Sé que es el burdel. — lo vió. — pero no sé dónde está.
— Los mapas. — habló el moreno.
— Todo era mentira. — los vió. — lo hizo para engañarnos.
— Joaquín cree que puede sólo. — dijo la chica. — Sólo conseguirá morir.
— Ó crear otra masacre. — la vió.
— Eleazar no digas que. — ella guardó silencio.
— Matará a quién se le ponga enfrente. — la vió.
— Marcó a Emilio. — dijo.
— Joaquín es violento. — la vió. — casi lo mata.
— ¿Matar? — dijo el menor.
— Joaquín no es capaz de estar en una relación. — dijo. —mató a su antigua pareja.
— Pero fué por su veneno. — dijo la castaña.
— Pero no fué la única vez. — los vió. — Joaquín nunca podrá tener pareja, es inestable y Mauricio quería eso.
— Él quería una máquina asesina. — dijo la castaña.
— Joaquín era perfecto. — habló. — un chico violado, abandonado y torturado con odio hacía las personas.
— Hará que lo mate. — dijo el castaño.
— Es lo más probable. — suspiró. — pero si lo buscamos podemos detenerlo.
Un rubio se encontraba encima de un chico, el cuál ya estaba muerto él saboreaba la sangre se alejó y una sonrisa se formó en su rostro al ver las sábanas cómo la pared llena de sangre, él se levantó de encima del chico y se dirigió a bañarse. Al terminar tomó su ropa y vió al chico, se vistió y salió sin ser visto se subió en la moto y siguió su rumbo. Su sed de sangre humana cada vez crecía aún más y sentía un aroma a lo lejos que lo llamaba, deseaba probar esa sangre de quién sea que fuera para enterrar sus colmillos y acabar con su vida.
— Espero que sepas tan bien cómo hueles. — sonrió mientras se relamía los labios.
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