Cap. 3

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El pelinegro se levantó con un extraño dolor en el cuello, además de escuchar una voz cómo eco que se repetía en su cabeza una y otra vez, él miró su cuello y vió una marca morada en su cuello.

— ¿Qué es ésto? — dijo mientras la tocaba.

— Mailo que ocurre. — se acercó el de cabellos lilas.

— Mira ésto. — señaló su cuello.

— Wow. — rió. — creí que eso no te gustaba.

— No seas idiota. — se quejó. — tú viste que en la mañana ni en la tarde lo tenía.

— Y que explicación hay. — lo vió.



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El rizado no dijo nada sólo se fué a bañar y a cambiar de ropa, cuándo salió vió al castaño cerrando la puerta de la habitación iba con una botella de color negro, él se acercó al chico, el cuál al verlo frunció su ceño.

— Diego no está en la habitación. — habló.

— No lo vine a ver a él. — dijo el rizado.

— Que mal. — se dió la vuelta.

Pero al ver quién se acercaba, lo tomó del brazo y lo metió a la habitación dejando en la puerta al rizado, el cuál cuándo iba a hablar el otro le tapó la boca.

Al sentir la presencia alejarse quitó su mano y vió al rizado, el cuál también lo miraba, Joaquín se alejó un poco, pues el aroma del rizado lo mareaba y excitaba a la vez.

— ¿Porqué me metiste a tu habitación? — preguntó el rizado.

— Debes irte. — lo vió. — ahora.

— Primero me metes y luego me sacas, eso es de mala educación mocoso. — habló el rizado.

Joaquín lo vió y se acercó otra vez al rizado lamiendo la zona que él mismo le había hecho, eso estremeció mucho al rizado, el cuál no sabía porqué su cuerpo reaccionaba así ante ese joven de cabellos castaños.

— ¿Sabías que en el mundo de los vampiros existen 3 tipos de mordidas? — susurró en la oreja del rizado.

— Ellos ni siquiera existen. — dijo con dificultad.

— La número uno. — sonrió mientras besaba el cuello del rizado. — es la normal en la cuál te saca sangre.

— ¿No me digas que ellos las enumeran? — cerró los ojos el rizado.

— La número dos. — tocó el cuello del rizado. — es la profunda.

— Profunda. — susurró.

— Es la cuál te mata. — habló. — y la última la sin dolor.

— ¿Cómo una mordida puede ser sin dolor? — lo vió a los ojos.

Inmortal // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora