La sangre brota muy lentamente, se desliza manchando aquellas suaves telas blancas, él no puede detenerse, pues esa es su maldición, pero dentro de ella ha encontrado algo que no la hace tan mala.
✓ Adaptación Autorizada.
✓ Contenido homosexual.
✓...
Ellos al no saber el lugar exacto se iban guiando ante "los extraños asesinatos" que iban pasando de ciudad en ciudad, sabían quién era el responsable y al menos así lo podían seguir.
— Es descuidado. — dijo la castaña mientras seguía conduciendo.
— Él vuelve a su estado salvaje. — la vió. — matará hasta sentirse satisfecho.
— ¿Qué hacías para ese entonces? — preguntó el pelinegro.
— Él era encerrado en un lugar dónde desataba su ira. —suspiró. — pensé que con Emilio todo iba a cambiar.
— Lo hizo. — habló el moreno. — es feliz, consiguió ser feliz.
Todos iban pensando en cómo detenerlo, iba a ser difícil lo sabían más si se seguía alimentando de sangre humana iba a ser mucho más fuerte de lo que era. Mientras ellos seguían viendo los lugares, él estaba en un hotel cerca de Yoluca, él soltaba suaves gemidos mientras su acompañante le besaba el cuello, ese tipo estaba lo suficientemente ebrio para no darse cuenta de que en el espejo sólo él se reflejaba.
— Eres un joven muy hermoso. — gimió el hombre.
— Y tú eres una presa tan fácil. — sonrió mientras le lamía el cuello.
El hombre rió y siguió con lo suyo, pero un grito se le escapó al sentir los colmillos del chico en su cuello, él lo empujó, pero grave error al hacerlo parte de la carne fué arrancada el hombre tapó su cuello mientras intentaba tapar la hemorragia que tenía.
— Todos caen tan fácil. — sonrió mientras se subía encima del hombre. — son cómo las ratas, déjales un bocado de comida y ellos van por ella.
El hombre ya no se movió, él sonrió mientras se disponía a comerlo al terminar se bañó tomó el dinero y las llaves de la camioneta del hombre para después abandonar el lugar.
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— ¿Así que es un festín? — vió a la vampira.
— Tranquila lindura. — lo vió. — no eres el único humano aquí.
— ¿Hay más? — la vió. — ¿Somos su comida?
— Más ó menos. — pasó su mano por el cuello del rizado. —tú no estás en el menú.
— Supongo que estoy para algo más. — sonrió. — oh entiendo lo que planeas.
— ¿Así? — se giró para verlo.
— Sólo conseguirás que Joaquín te mate. — dijo.
—No, si yo lo mato primero. — sonrió. — sé mi pareja eterna.
— No sé si sabes. — se encogió de hombros. — pero no me gustan las mujeres y menos unas tan irritantes cómo tú.
— Sabes es momento de probar tu sangre. — dijo mientras enseñaba sus colmillos.
Cuándo ella se iba a acercar la puerta se abrió dejando ver a un rubio, éste la vió y ella se alejó.
— El maestro te busca. — dijo.
— Sólo deja que. — fué interrumpida.
— Ahora. — dijo serio.
Ella salió y vió al otro vampiro, el cuál entró y cerró la puerta se acercó y éste no dijo nada.
— Descuida Mauricio no dejará que ella te haga algo. — lo vió.
— Ahora me cuida. — dijo. — que bipolar.
— Yo si fuera tú no estuviera así. — se alejó.
— ¿Qué estás insinuando? — le preguntó.
— Muy pronto humano morirás. — respondió.
— Joaquín vendrá y me salvará. — lo vió.
— Ó te matará. — dijo mientras salía de la habitación.
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