Cap. 47

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— Mailo~. — gimió fuerte.

— Joaquín. — dijo mientras se movía más rápido.

— Ahg~. — volvió a gemir. — Mai~… Ah~.

Emilio seguía moviéndose mientras besa su cuello y le dejaba más marcas que Joaquín aceptaba feliz, pues eran las únicas que quería tener. Él lo único que podía hacer era aferrarse a la espalda pálida del humano de cabellos color negro.

— Emi... Emilio~. — gimió.

— Te amo Joaquín. — lo besó.

Joaquín sonrió mientras lo miraba, su sonrisa era real, sentía que todo lo malo no estaba, sentía que era un chico normal, bueno no tan normal, pero su horrible pasado, ese pasado por el cuál a veces se lamentaba ya no estaba, ahora solamente tenía recuerdos, buenos recuerdos. Tenía a dos protectores (Eleazar y Sian) que eran cómo unos padres para él, también a un amigo con el que podía contar, un cuñado con el que tuvo malos entendidos, pero se resolvieron, pero el más importante tenía el amor de alguien, el cuál hacía lo posible para no lastimarlo más de lo que ya estaba.

— Ah más~. — gimió. — Mailo.

Emilio sonrió mientras hacía caso a la petición de su pareja, la cuál volvió a gemir más fuerte mientras enterrar sus uñas en la espalda del rizado dejando unas marcas que después curaría, al llegar al orgasmo ambos lo hicieron con un te amo.

— Estuviste agresivo ésta vez Joaquín. — sonrió el rizado mientras movía los mechones que le cubrían el rostro.

— No fué mi culpa. — negó avergonzado.

— Eres un chico muy travieso. — lo besó.

— Traeré el botiquín. — dijo mientras se levantaba para dejar ver su desnudez.

El rizado tomó su celular, al ver un mensaje lo abrió y frunció su ceño le iba a contestar, pero al ver al chico volver lo apagó y se acercó al chico.

— Bien, le dolerá un poco. — dijo.

— Lo soportaré doc. — él otro rió.

— Okey. — besó su hombro.

Él tomó el algodón y lo bañó en alcohol para pasarlo en la piel roja del rizado, el cuál soltó un quejido por el ardor.

— Duele. — se quejó.

— Lo sé. — habló. — pero ya terminaré.

— Confío en tí. — dijo.

Joaquín ya no dijo nada sólo siguió curando al rizado, cuándo terminó guardó lo que sobró y lo que utilizó lo tiró a la basura. Ambos se cambiaron de ropa y bajaron para cocinar algo para la cena.

— Mañana podemos ir a dar un paseo. — lo vió.

— Me parece bien. — dijo el rizado.

— ¿Y qué tal ir al cine? — sonrió emocionado. — ya sé podemos ir al teatro.

— Con calma. — sonrió. — tenemos 2 años para hacer eso.

— Lo sé. — sonrió. — pero me emociona todo ésto.

— ¿Qué tal si mañana tenemos una cita? — lo tomó de la mano. — porque aún no tenemos una.

— ¡Si! — gritó emocionado.



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Una castaña preparaba todo para el ataque, sonrió al ver la pistola y lo que tenía adentro, miró a los demás los cuáles también se alistaban.

— Recuerden que el humano debe de estar vivo. — los vió sería.

— La misión es el vampiro. — la vieron.

— El humano es mío. — los vió a todos. — nadie lo toca entendieron.

Todos asistieron, ella sonrió mientras se ponía labial en su boca, ya faltaba muy poco para que el humano fuese suyo y lo haría enfrente de Joaquín, el cuál lloraría y gritaría.

— Me lo voy a coger enfrente de tus ojos Joaquín. — rió. —cómo lo convertiré y lo haré mío.

— Tranquilo no te haré daño. — habló el rubio mientras se acercaba al chico que estaba en el suelo.

— Tú. — habló, pero soltó un quejido.

— ¿Si? — dijo mientras tocaba la pierna del chico. — parece que tienes una fractura en el fémur.

— ¿Es grave? — preguntó.

— No, si la tratamos a tiempo. — le sonrió. — Joaquín.

— Jerry. — habló.

— Bien Jerry. — sonrió. — te llevaré a ese árbol.

El chico asintió y con la ayuda del chico fueron al árbol lo sentó y buscó unas ramas, al encontrarlas rasgó la tela que tenía y envolvió la pierna del chico, luego puso los palos y las amarró.

— Listo. — le sonrió. — en 1 mes ó 2 sanará.

— ¿Eres doctor? — le preguntó.

— Mi hermano lo es. — respondió. — y por él sé algunas cosas.

— Temía perder mi pierna. — lo vió.

— Eso no vá a pasar. — dijo. — ¿Dónde vives?

— Cerca de aquí. — habló. — cruzando éste sendero.

— Bien te llevaré ahí. — sonrió.

— El puma. — lo vió. — tú tienes una increíble fuerza.

— No le digas a nadie sí. — lo vió. — por favor.

— Me salvaste. — sonrió. — lo guardaré para mí.

En ese momento ambos sintieron una conexión, al sentir sus labios juntos todo era alegría para ambos hasta que se llegó el rumor de ver 2 chicos. Joaquín conocían ese castigo y temían lo peor, en ese tiempo Joaquín había decidido formar su vida con el joven humano y su padre adoptivo no se opuso. Él se sintió feliz que tuviera una felicidad ajena a la que él le daba, la noche en la cuál ambos habían escapado se encontraron dónde se vieron por primera vez y de ahí se fueron a una casa abandonada, fué ahí dónde decidió convertirlo si bien su padre adoptivo le explicó lo que conllevaba eso, pero él hizo oídos sordos.

Pero fué un grave error, pues a las horas establecidas el joven no se despertó, él esperó y esperó a tal punto que no se había dado cuenta de que el cuerpo de la persona que había amado ya se encontraba en estado de putrefacción. El pelinegro llegó al lugar y encontró al castaño, el cuál estaba sentado en el suelo junto al cadáver, éste se acercó y lo abrazó para sacarlo de ahí, el castaño se giró y vió el cuerpo.

— Lo maté. — susurró.

— No es tu culpa. — dijo mientras lo subía al caballo.

— ¿Iremos ahí? — lo vió.

— Así es. — habló. — es un buen lugar, además tengo una residencia ahí la cuál será tuya.

— Claro Eleazar. — dijo mientras cerraba sus ojos para olvidarse de esa escena y de ese lugar.







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Seguimos..........





Nos vemos AlbertXioW.

Inmortal // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora