Cuando por fin pude levantar el rostro para verle, note la gran sonrisa que adorna su rostro, no tenía idea del porque estaba tan feliz pero verlo sonreír me ponía también feliz.
- Estos también son para ti - soltó.
Mi mirada quedo puesta en los 10 mangas que traía en una de las dos bolsas que le dieron.
Mi mente quedó en shock, mi cerebro se había quedado sin servicio. Al reaccionar solo pude fulminarlo con la mirada. No pensaba en recibirlos pero creo que el adivino lo que planeaba decirle, por lo que colgó la bolsa en mi mano antes de que la pudiera quitar.
- Es un regalo, solo acéptalo - dijo una vez que se alejo lo suficiente para que no le devolviera la bolsa.
- ¿Piensas comprar mi amistad con esto? - fue lo único que se me ocurrió decir, mi mente todavía no procesaba bien.
- Ya te dije que no te estoy comprando, ¿Por qué insistes en eso? ¿Nunca te habían regalado nada? - baje la cabeza.
Pensándolo bien supongo que si, Vladimir apenas me había regalado una moto, aunque no la uso, porque todavía no aprendo. Y a ese idiota teñido no le gusta enseñarme porque no me tiene placencia. Pero aparte de mis dos únicos amigos creo que no.
- Supongo que si, y no es por ofender, pero ya tengo confianza con Vladimir así que no me es difícil aceptar sus regalos - creo que cuando dices que no quieres ofender, es lo que más haces - no es porque soy mala onda, bueno si, pero no - Aggg, odiaba no poder encontrar las palabras para describir lo que quiero decir. Y odiaba más trabarme al hablar.
El sonido de su risa me sacó de mis pensamientos, ¿Por qué se reía?
- ¿Por qué te sonrojas? - ¿estaba sonrojada?.
- Es de enojo, cállate ya -camine más rápido intentando calmarme. ¿Qué chingados me pasa?
- ¿Estas enojada conmigo?.
- No, lo estoy conmigo misma- me calme. Empezamos a caminar bien, y no uno atrás del otro y por alguna razón eso me calmo - nunca tuve muchos amigos y no sé como socializar con alguien, solamente Carlos y Vladimir son los únicos con los que he convivido por años. No quise hacerte sentir mal, pero si alguno de ellos dos me regala algo, ya se que su intención fue regalarmelo, en cambio, si una persona que no conozco me regala algo no sé con que intención lo hace.
Mi mente recordó las tantas veces que recibí regalos a cambio de cosas, incluso de mi cuerpo. En ese instante me dieron ganas de llorar. Que difícil es poder hacer amigos.
- ¿Qué intención tienes conmigo? - mi pregunta fue demasiada directa, ya que al parecer su mente aún no procesaba lo que le había dicho. Seguía en ese trance de shock, del que ni siquiera pestañeaba y ya me empezaba a preocupar.
- Bueno, para alguien social como yo, es normal querer ser amigo de la persona que te cae bien, en vez de querer algo más - ahora la pregunta en mi mente era el ¿Por qué le caia bien?.
Dejamos de hablar un rato, para comprar agua. Desde hace rato que veníamos caminando que ni siquiera me fije donde estábamos, incluso la gente habrá pensado algo raro de nosotros mientras discutíamos. Aunque tampoco era algo que me importaba. Compré un agua de fresa, mientras que el eligio la de horchata.
Seguimos caminado hasta llegar a un lugar con más gente. Quería sentarme, ya me había cansado y los libros pesaban mucho.
- Pues he conocido a gente social, que ha querido ser mi amigo para tener sexo conmigo - respondí a lo que dijo anteriormente, volviendo al tema.
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Existencia
أدب الهواةDicen que "nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde" Entonces.. Nadie sabrá apreciar tu existencia hasta que te pierda.