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Las emociones son difíciles, casi nunca las entiendo ni comprendo, solo me queda adivinar que es lo sucede cuando aparecen.
Hay una emoción que no tengo la intención de sentir, o es lo que creía; en los pocos años que he vivido la llegué a sentir, odiar a alguien no es lo mío. Podía llegar a sentir repulsión, asco y malestar; enojo o furia pero mi estilo de vida no me permitía odiar a alguien. Era sin duda una perdida de tiempo.
Aunque tengo excepciones, existe un sola persona en el mundo a la que le dedico todo mi odio y rencor, pero parece una broma de mal gusto ya que en mi vida he dedicado más de dos minutos de conversación con el, aún así lo conozco suficiente para odiarlo.
Dimitri Isaev, el padre de Aleksander y Vladimir, un hombre sin sentimientos sumamente interesado por el estatus y dinero. Aquel culpable de que mi primer amor este muerto y mi mejor amigo recorra el mismo camino.
Aunque Vladimir haga todo lo posible para fastidiar a su padre, en el fondo sigue luchado para ser reconocido por ese hombre. Cosa que sin duda me vuelve loca, ya que sin su existencia las cosas serían diferentes, aún así es algo que el pelinegro no entiende y lo comprendo completamente, me pasa exactamente lo mismo.
La persona que más odia Vladimir es de las personas que más amo en el mundo, y a pesar de que ya son varias la veces que me han ofrecido vivir sola e independizarme, no lo he hecho, por el simple echo de no querer abandonarlo. Para mí ver a mi padre tan destrozado y no poder hacer nada me carcome el alma, más el echo de que no es culpa mía, pero si el echo de que no puedo hacer nada.
Desde que empezaron las vacaciones mi padre a tratado de estar sobrio y dejar las drogas, el alcohol y las apuestas. Necesitaba todas sus fuerzas para enfrentarse a su familia, la misma que lo destrozó y convirtió en lo que ahora es.
Baje las escaleras sigilosamente, tratando de que no se notará el echo de estar drogada, pero el baño y las miles de cosas que hice para que se me bajara no funcionaron. Mi papá se encontraba recostado en el sofá, y la casa relucia de limpia, acababa de terminar de limpiarla para la cena de mañana. Aunque no entendí el esfuerzo por complacer a las personas que nos hundieron en este infierno.
Note la inquietud, la ansiedad de estar sobrio y el cansancio sobre mi padre. Me acerque a el con cuidado, sus ojos se encontraban cerrados, su pecho bajaba y subía lentamente tratando de regular su respiración.
Me senté el el sofá, tomando su cabeza para apoyarla en mis piernas, al hacerlo abrió sus ojos y me miró, al verme sonrió de forma calida, yo le devolví el gesto. Y cómo si yo fuese su lugar seguro volvió a cerrar sus ojos, su cuerpo tensado se relajo y después de un tiempo se durmió.
- ᴵ,ᵐ ᵍᵒⁿᵉʳ ˢᵒᵐᵉᵇᵒᵈʸ ᶜᵃᵗᶜʰ ᵐʸ ᵇʳᵉᵃᵗʰ, ᴵ'ᵐ ᵃ ᵍᵒⁿᵉʳ, ˢᵒᵐᵉᵇᵒᵈʸ ᶜᵃᵗᶜʰ ᵐʸ ᵇʳᵉᵃᵗʰ ⁻cante en voz baja, para no molestarlo, pero lo suficiente alto para tranquilizarlo. No sabía si me entendía, pero creí creer que no y seguí⁻ ᴵ ʷᵃⁿⁿᵃ ᵇᵉ ᵏⁿᵒʷⁿ ᵇʸ ʸᵒᵘ, ᴵ ʷᵃⁿⁿᵃ ᵇᵉ ᵏⁿᵒʷⁿ ᵇʸ ʸᵒᵘ...
