¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cuando recuerdo que ya tengo 19 años y estoy cada día envejeciendo más, me pongo a pensar en si todo lo que he vivido esta bien. Se muy bien que he tenido experiencias que varios de mi edad no han vivido. Pero siento que no es suficiente.
Estoy en esos trances donde te cuestionas tu existencia. Siento que me falta algo y no es necesariamente una pareja. No siento lista todavía para que pueda estar en una relación, no me gustaría jugar con las personas cuando se que no voy a cambiar mi forma de ser, por más que mi pareja me quiera y no soy exactamente una persona que puedas tolerar. La forma en que veo la vida es muy diferente y odio literalmente a la gente, el solo pensar que debo estar cuidando las cosas que hago para que no puedan afectar a la persona que me quiere me da dolor de cabeza. Me fastidia estar cuidando el qué dirán y cumplir con los estándares impuestos de lo que se debe hacer estando en una relación. No soy lo suficientemente madura para cambiar como soy para el bienestar de una persona aun sabiendo perfectamente que le causó daño.
Y lo que más me fastidia es estar presente en una doble cita, viendo como cuatro pendejos encaramelados se la pasan besando. Quería matarlos e irme de aquí, pero a mi hermanito hermoso no le agrado la idea de la cita doble y no quería estar solo; así que aquí estoy de mal tercio junto a la mejor amiga de mi cuñada quien igual no quería estar sola y ahora nos ignoran.
Estaba a punto de irme de aquí, si no fuera por qué Vladimir se enojaría si lo abandono. Ahora que las parejitas se habían ido, me encontraba sentada en una banca junto a una desconocida esperando a que regresaran. Estábamos en el parque y estar entre tanto ruido me estrésa.
— yo pensé que tardarían más en reconciliarse - suspiro, no le preste atención, seguí jugando con mis pies ya qué no alcanzaban a tocar el suelo. Si estoy muy chaparra — no se ya qué consejos darle, y ese idiota es un imbescil.
Desde que comenzó a hablar, me dolió más la cabeza, y solo rodaba los ojos con sus comentarios. Me puse a fumar después de un rato para calmarme un poco, aunque no estaba funcionando.
— ¿Por qué lo dices? - al fin la mire.
— ella simpre esta preocupada por el, siempre trata de hacer todo para que su relación siga y a el no le interesa, siempre discute y no viene a verla - su tono de voz se elevaba cada vez más — la deja abandonada, no sabe lo que ella sufre por el y se nota que ni siquiera le importa.
Su vista bajo por todo mi cuerpo y volvió a subir, saque el humo y dibuje una sonrisa en mi rostro. Es por esto que no tenía amigas, son todas una hipócritas, hablando mal de su amiga y de su novio.
—se supone que es una doble cita, ¿que haces tu aquí? - me reclamo, mirándome con desprecio.
— lo mismo te pregunto ati, estamos en la misma situación. - le di una calada al cigarro teniendo mi vista fija en un solo punto.