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Seguía lloviendo, a pesar de haber amanecido, el cielo todavía se veía oscuro dado las nubes grises.
El aire frío me daba escalofríos, aún así seguía sin cerrar la ventana. El olor cálido y a perfume de hombre dentro de la habitación me gusta demasiado para opacarlo con el olor a cigarro .
Después de un par de caladas más, decidí a pagarlo. Era la primera vez que no me acababa un cigarro. No me gustaba desperdiciarlos después de lo que me cuestan.
Abrace mi cuerpo tratando de darle calor, pero era imposible dado la falta de prendas que debían cubrirlo. Después de empezar a estornudar decidí cerrar la ventana, pues el olor a tabaco ya se había ido.
El sonido de la alarma llamo mi atención y despertó a mi acompañante.
Tome mi teléfono para poder mirar la hora, tenía varias llamadas perdidas y varios mensajes. Los cuales ignore al no ser de ninguno de los dos hombres que me interesan.
— ¿Todavía es temprano? ¿Ya te vas? – negué. Tome una prenda del suelo, una playera y de el para ser exactos. Me la puse para tapar mi cuerpo medio desnudo. Ya que solo traía la ropa interior.
Al verme negar, abrió las cobijas y golpeó la cama vacía a un lado de el. Sonreí por el acto y volví a la cama junto a él. Mi cuerpo de inmediato busco el calor que el emitía, su olor corporal y el perfume de su playera se combinaron con el del cigarro, haciendo una fragancia exquisita qué me embriagaba.
Mi mente tan aturdida por los pensamientos y preguntas comenzaba a relajarse, odiaba el echo de tomarme todo a la ligera.
Dejo de importarme las cosas desde que mi vida me dio igual.
Seguía triste por no saber nada acerca de mis sentimientos. Pensé que en realidad solo era la alegría de conocer a alguien después de tanto tiempo. Pero me di cuenta que no es así, en el momento en que Leonardo hizo todo lo posible para llamar mi atención, y yo no sentía lo mismo.
Leonardo me agrada a pesar de que lo conocí en sus peores etapas. Sabia lo promiscuo y descarado qué podía ser y me gustaba la sinceridad con la que habla. Además de tener buen cuerpo dado el entrenamiento, su rostro era demasiado atractivo.
Sus amigos le hacen burla, diciendo que se parece al actor Leonardo DiCaprio y lo hizo más cuando les contó que su madre le puso ese nombre por ser fan del artista.
Cuando acepte acostarme con este hombre no llegue a pensar que se enamoraría de mí, es decir. El capitán del equipo de baloncesto, el chico más atractivo después del capitán de futbol americano, enamorado de la chica que más de media escuela ni siquiera sabe de su existencia. Era algo demasiado raro. Lo hace más el que la mitad de las chicas de la uní, quieren estar en mi lugar.