Capítulo III

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Tuve que darle la vuelta al callejón para poder acceder al establecimiento por la parte tracera. Durante el camino fui saludando a una que otra mujer que conocía. Una vez dentro me fui directamente a los camerinos, entrando al de mi madre como si fuese la dueña del lugar. Al entrar note la mirada sorprendida de mi madre, ya fuese por entrar sin llamar o por verme en este lugar. Al verme no me dijo nada, se limitó a sonreirme y tomarme entre sus brazos en un fuerte abrazo.

- ¿Qué haces aquí? Hace un rato pasé por la casa y no te encontré - comenzó a contarme una vez que me jalo y me sentó en la silla que tenía frente el tocador - ¿saliste con Vladimir? - nege.

- Sali con un compañero para hacer un proyecto - observe como se maquilla; mi madre realmente es una mujer hermosa, después de todo no tuvo problemas para enamorar a un alemán que estaba de visita en nuestro país. Su rostro era delgado y fino, sus ojos eran grandes a pesar de casi no dormir y tener un montón de ojeras, las cuales eran tapadas por el maquillaje. Me gustaban mucho los ojos de mamá, unos color verde combinados con un toque de café, unos que brillaban con dicha ante toda esta mierda de mundo. Era una desgracia que mis ojos no fueran tan vivaces y de ese hermoso color. Yo en cambio saque los ojos azules y apagados de mi padre.

¡¿Cómo era posible que los ojos de mi madre tuvieran más vida que los míos?!

- Hablando de eso, necesito que mañana vayas a hablar con la maestra - retome la conversación obteniendo la completa atención de la esbelta mujer.

- ¿Es necesario que vaya mañana? Puedo ir el lunes - explico viendo su horario en el celular.

- Si, el martes es su exámen y no me dejará presentarlo si no hablas con ella - deje caer mi cabeza hacia atrás apoyando todo mi peso sobre el respaldo de la silla.

- Bueno, voy a pedir permiso.

- Gracias - dije sin mirarla, siempre me esforzaba para no pasar por esto, pero la mujer que se decía llamar docente, parecía no agradarle mi presencia.

- Se que no te he puesto atención y no se que hagas en las noches para no dormir, pero trata de no dormir en clases - sentenció poniendo una mano sobre su cintura.

- La maestra solo busca una excusa para regañarme, ha llegado a pasar en otras materias y no han hecho tanto desastre - y era cierto, siempre que me saltaba clases o dormía en ellas, me llamaban la atención y solo eso. Además de que siempre entrego todos los trabajos ¿qué ganaba mi maestra con traer a mi madre? ¿Reclamarle?¿Qué cosa? - la maestra me odia.

Y aunque sonaba a cliché, porque era una excusa típica de los alumnos, en mi caso era real.

- Hablaré sobre eso con ella mañana. Ahora ya casi empieza mi turno y ya es tarde - asentí, sabiendo lo que quería decir. Me levante de la silla para salir del lugar - ¡espera! - volte a verla, de su bolsa sacaba un sobre, contando los billetes.

- ¿Qué no te pagaban hasta la próxima semana? -

- Me adelantaron por cubrir turno en día de descanso - me tendió el sobre, lo tomé metiendolo en la bolsa de la chamarra sin ver el contenido - no había comida en la casa y dudo que tu padre hiciera algo ¿ya comiste? Puedo traerte algo antes de irme - nege inmediatamente.

- Comí algo antes de venir, comprare algo para que comas algo antes de irte mañana - mi madre tomo mis cachetes para besarlos dejando la marca de sus labios, para abrazarme de nuevo- sabes que te amo demasiado.

- Yo igual - correspondí su abrazo, aunque lo deshice a los segundos, las muestras de amor como esta no eran de mi agrado, me hace recordar que pasara bastante tiempo para la siguiente muestra de afecto y me hace sentir sola - me iré antes de que no encuentre una tienda abierta, nos vemos mañana.

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