Capitulo XXII

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Los días se han vuelto muy pesados, últimamente me la paso haciendo puros proyectos, estudiando para los exámenes, y no sé de dónde saque la idea de unirme a un club de deporte. El simple hecho de calentar mi cuerpo para poder jugar me estaba afectando demasiado. Podía sentir como mi cuerpo se contracturaba o se tensaba al momento de hacer las sentadillas o trotar.

Aunque agradecía que las chicas de mi grupo me tuvieron paciencia a la hora de calentar, pues no solo era eso, él simple hecho de voltear arriba y ver en qué dirección viene la pelota para poder pegarle y mandarla al otro lado de la red, era algo que sin duda no podía hacer. Varias veces terminé con la pelota pegada a mi rostro o simplemente la dejaba caer al no calcular bien donde caería, no era buena en esto de los deportes y terminaba hecha un desastre.

La siguiente semana empezarían los exámenes y aunque estaba completamente preparada para ellos, él solo saber que ya se acabaría el año me comenzaba a atormentar la mente.

No he podido ver a Vladimir durante estos días,y mucho menos a Carlos, entre estudios, su escuela, ir y venir de Toluca a México, apenas y puede seguir con vida.

Hoy era el último fin de semana del año escolar, por supuesto todos los alumnos lo iban a festejar. Todos excepto yo, una vez acabó el entrenamiento tomé todas mis cosas y salí del instituto con el fin de irme a mi casa y poder descansar. Si bien Vladimir estudia donde yo, la verdad no lo vería hasta después de Navidad por lo que los únicos planes que tengo ahora es dormir y descansar o bueno eso es lo que esperaba.

Al salir de de la escuela pude observar al Moreno sobre su moto estacionado justo frente de la salida. Aunque esta vez no traía su novia consigo, el simple hecho de verlo aquí no me traía tranquilidad.

Suspiré pesadamente, cruzando la calle para poder encontrarme con él, este al verme inmediatamente se quitó el casco y bajó a recibirme.

— ¿qué haces aquí? - pregunté irónicamente ya que sabía qué es lo que iba a decir.

— vamos a tener al niño - confesó.

Aunque no me esperaba esa respuesta. Realmente me sorprendió verlo en ese estado, nunca me imaginé que alguien de su familia se haría cargo de un error suyo.

— mañana voy a hablar con sus papás, aunque ella ya les explicó todo tengo que ir a dar la cara, aunque no quiero estar solo, ¿Puedes acompañarme? Por favor - aunque había dicho que quería separarme ya de él, esto era algo que tenía que ver y viendo que realmente esa muchacha me cae muy mal no lo dejaría solo. Sé que soy patética, simplemente no cumplo lo que puedo prometer.

Me tomé el cuello meneandolo de un lado a otro, me sentía muy cansada.

— Si, ¿Pero estás seguro de que quieres que te acompañe? - asintió — está bien, ¿Me mandas la ubicación o pasas por mi?

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