El sol estaba en su punto máximo, no sabía el por que aun no tenía dolor de cabeza. Mis ojos parecían los de un asiático, no podía mirar bien a mi alrededor; aun así trato de plasmar en mi dibujo a los jugadores de fútbol.
El entrenamiento se veía cansado, aunque no más que el de los de americano, el solo verlos chocar con otros para entrenar me causaba dolor. Seguía sin saber como es que les gustaba estar así, aún más a las portistas. Mi mirada se centro en ellas, se encontraban tratando de sacar una coreografía en la que dos de ellas tenían que ser sostenidas por las demás, para estar ariba.
Tanto Shareni como Abril cayeron al no ser sostenidas bien, intuitivamente cerré los ojos y chiste de dolor, como si me hubiese pasado a mi. Ignore esa escena, para volver fijar mi vista al frente, nunca imagine que el chico sonriente del qué me había enamorado, pudiera hacerlo aun más. El simple acto de limpiarse el sudor con la camiseta mostrando su abdomen plano me mantenía en bobada.
La sombra qué me cubría hizo qué apartara la vista del chico para verla, Sandra estaba frente mio, observando mi dibujo. Al instante volteo la cabeza hacia el campo y volvió al dibujo.
- tienes talento - ignore sus palabras, ¿que le pasaba? - estoy pensando en cambiarme de carrera, si me en listo a la de diseño, ¿me enceñas?
- no - solté - ¿acaso me viste cara de maestro?
Su semblante era serio, apagado. Me asusto el verla así, ya que nunca lo había echo.
- ¿como es que no te quedas sorda? - cambio de tema, como simpre. - ¿qué canción escuchas?
Tomo uno de los audífonos y se lo puso, ignore el echo de que ni siquiera me pidió permiso y seguí con lo mio.