Todo ocurrió sin querer, no fue nada que me imaginará jamás, mucho menos con ella, era prácticamente imposible, vivíamos en mundos diferentes, incluso, el idioma era un problema.
Y aún así, su leve sonrisa iluminada por los rayos del sol, fue más q...
Hoy es un buen día, un gran día para ser exactos. He echo las maletas rápido, no sé ni qué ropa he metido pero estoy demasiado nerviosa para pensarlo, por suerte, anoche cargue los cascos y el móvil, eso sí que no seme olvidó. No me he despedido de nadie por qué he corrido al coche con todas mis ganas, he metido la llave, y he sujetado el volante sintiendo como algo nuevo comenzaba.
El aeropuerto es encontrarme conmigo misma de nuevo, una buena sensación de algo que en el pasado había perdido y que poco a poco incluso me había provocado cierto terror, en este instante es una maravilla que me sumerge al mismísimo cielo. Ver a todas esas personas que pensé que jamás volvería a ver, es extraño, pero me produce alegría volver a verles; azafatas, pilotos, empresarios, niños jugando. Si, es una buena sensación, porque ahora mismo todo va bien. Y junto con la música se hace más ameno.
Camino de nuevo por ese pasillo largo que una vez me dio la sensación de caer, caer al vacío hasta lo más profundo, esperando y deseando que volviera, deseando que quizás el tiempo me diera otra oportunidad, se parase de golpe y me lo concediera siendo así mi destino.
No fue así.
Pero, en este instante no me sentía en ese vacío, todo lo contrario me sentía viva y llena de energía, en una pompa que difícilmente explota. Mi viaje a Estados Unidos, mi viaje hacia un destino que aunque me da miedo, al mismo tiempo es lo que quiero, mi sueño, lo que siempre de desee.
El viaje ha ido bien, mil horas pero bien, he tenido como acompañante a un señor que no paraba de contarme su vida con sus hijos allí, el señor era de Chile, resulta que fue estados unidos, montó su propia empresa y sus hijos, al estar el jubilado, son los que se encargan de todo, lleva casado más de veinte años y me asombra, porque que alguien dure tanto con su pareja es extraño. Y fuera de hablar obligado o con indiferencia de su mujer, todo lo contrario, hablaba como si fuese su gran amor, impresionante y bonito.
-Que te vaya bien, y si necesitas cualquier cosa nos llamas. -Sonrie el hombre. -Mis hijos son muy simpáticos, y más o menos de tu edad.
-Soy elsbiana El hombre fuera de impresionante sonríe ampliamente.
-No importa lo que seas, mis hijos, mi mujer y yo estamos para ayudarte en lo que no necesites. -Sonrie de nuevo. -Aquí hay muchas mujeres, espero que encuentres a alguna simpática, porque los americanos son muy cerrados.
Me extraña que no le importe que sea lesbiana. -Bueno, mi idea principal son los libros.
-Cierto, pues mira te reitero, mi hijo quizás te pueda ayudar, sobretodo con el idioma. -Sonrie y me tiende la mano. -Aquí te he escrito nuestros números, y de verdad, para lo que necesites, a mis hijos no les importará, ni a sus novias. -Me guiña un ojo.
-No sabía que...
-¿Que tenían pareja? -Me da un papelito con todos los números. -No soy ese tipo de persona, te he conocido por qué así debía ser, y para nada mi intención es que te lleves a mis hijos, ni que tú te sientas incómoda. -Se quita la gorra y rasca su sien. -Solo entiendo que cuando llegas a un lugar y nadie habla tú idioma, es complicado, y cuando encuentras a alguien que si que lo habla, es como... ¡Dios si, por fin! -Reimos juntos. -Asi que llave señorita Meryem, no nos molestará tranquila.
-Muchas gracias, de verdad, me hace más a meno estar aquí.
-Un placer. -Y nos despedimos.
Tenía razón, hablar con alguien en tú idioma resulta gratificante, te quita ese nerviosismo, y esa falta de inestabilidad ante el bloqueo mental que supone, pensar todo lo que tienes que decir, y es que así es el mundo, nos creemos que por hablar un buen inglés, somos dioses del Olimpo, pero, aunque lo hables siempre debes pensar, porque probablemente tu idioma y el otro tengan distintas palabras, distintas formas de comunicación, etc.
El taxi tarda, y aún así no me importa, el aeropuerto es precioso y lo suficiente entretenido como para perderme en el un rato, lo único que me llama la atención de aquí, lejos de mi país España, es que antes de entrar me han echo dos entrevistas con preguntas que me han resultado extrañas. Pensándolo bien quizás sea un protocolo muy normal de América.
La gente va con perros y gatos, tienen muchas mascotas, otra cosa que en mi país no se ve tanto, y menos recogerlos con tanto cariño, solo se ve en gente joven, mientras que aquí es todo tipo de edades.
Es bonito, la verdad.
Ha llegado mi taxi, y antes de irme miro una vez más el techo de cristal que me deja ver las nubes y algún que otro edificio a lo lejos, miro también, las tiendas de comida y de utensilios, y por último a la gente que en gran parte son americanos mientras que otros son turistas.
-Buenas. -El hombre ni me mira, solo asiente. -Verá tengo que ir a la calle de Santa Mónica 23. -En ningún momento se dirige a mi, solo se digna a conducir y dar pequeños sorbos a su bebida.
Por ello me entretengo mirando por la ventanilla todo, cada edificio, cada calle, cada persona. Es precioso y los edificios son tan altos que da vértigo verlos, al igual que las calles que están súper limpias y cuidadas, las personas caminan como en Madrid, con rapidez, como si llegaran tarde a esos edificios monstruosos.
Voy escuchando música, por qué el, nisiquiera sea dignado a preguntarme si querría escuchar algo. Como he dicho pasa de todo, incluso, creo, que sea saltado algún semáforo.
Después de unos 40 minutos me deja en la casa que alquile por internet. Sheline ya está ahí, esperando, tal y como me dijo, es la de la inmobiliaria. Es guapa la verdad, alta, ojos café, pelirroja y no diría que tiene más de treinta y algo.
-Buenos días, llegaste. -Sonrie tendiéndome la mano, la cual cojo sin dudar con una sonrisa de esas en las que enseñas todos los dientes. -Este barrio está muy bien, la gente es muy familiar y muy abierta, creo que estarás agusto.
Mete la llave en la cerradura dejándome un par de momentos para ver la calle, las casas, y la gente que va pasando y que van saludando con la mano. "Parece tranquilo" pienso.
-Esta es la casa, era de un chico joven, pero sea mudado, está recién reformada, tiene cinco habitaciones y dos baños, más un aseo. -Segun camino por la casa, más me gusta, es preciosa, grande, tiene muchísimo espacio, y la cocina es una barbaridad, además... Detallazo, tiene piscina. -Esta es la puerta del sótano.
Niego. -¿Es necesario que tenga sótano?
Sheline se extraña. Asiente levemente y abre la puerta para que pueda mirar.
-La mayoría de las películas de terror acaban mal por el sótano. -Y empieza a reír como si fuese el mejor chiste de la historia. -Va enserio...
-Tranquila, no pasará nada, además todos los vecinos son buen gente, si te ves incómoda o asustada, puedes acudir a ellos.
Comenta todo con una seguridad que a mí, personalmente me da pavor, pero aisntió, más bien, me resignó, no me queda de otra, total ya hablé con ella y pagué todo. Tarde para echarme atrás.
Después de una hora me explico las carreteras y los centros de trabajo, además de como diseñar un CV o cómo pedir trabajo siendo española.
-Sobretodo tómalo como si fuese tu país, con la misma seguridad. -Asiento.
Es mi primer día en esta casa, para ser sinceros estoy cagada, no se qué puede pasar ni cuando, todo el dinero está en el alquiler y en el viaje, y mañana tendré que encontrar trabajo, y sobretodo no bloquearme como siempre, con el inglés.
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