VII

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La verdad es que el día había transcurrido bastante bien, si no fuese por Katie hubiese sido espectacular, pero no, tuvo que venir con ese don Juan que no paraba de cogerla y intentar besarla, como un niño celoso me sonreía sin ver o percibir la incomodidad de Katie, ni siquiera era consciente de los empujones sutiles que está le daba. Al contrario, se pegaba más.

Termine mi turno a las dos lo cual me daba tiempo a dar un paseo más largo que el de la otra vez, podía disfrutar del ambiente, el olor a mar, la gente que aunque me molestaba, ahí estaban, muy presentes siguiendo sus vidas.

De repente sonó mi teléfono como un estruendo despertándome de ese estado ausente. Mire la pantalla, para sorpresa de quien era una pequeña o se formó en mis labios, y una sonrisa dibujada que hizo posible el gesto de coger.

—Hola.
Soné muy animada.

—Hola Meryem, mira he leído el libro y debo decirte que me encanta. —"Buah es la mejor noticia del mundo. —La historia está genial, me encanta el trasfondo de todo, aunque no he llegado a captar ciertas cosas. —Su voz sonaba dulce, hablaba lento y con paciencia para que enterara de todo. —¿Por que no te pasas por aquí y hablamos más calmadas?

—Vale. —Ni siquiera lo pensé. —¿Me mandas la dirección porfa?

—Por supuesto cielo.

Pues parecía que el día seguía igual de bien, a penas con esa pedazo de noticia, pensaba en Katie lo cual me hacía estar mentalmente al cien por cien en mi objetivo. Quise avisar a Jhose pero le dejé por que sabía que hoy trabajaba y no le quería molestar, por ello pedí un taxi y me fui para allá.

—Hola tenía una cita con...

—Ha sí, tranquila cielo siéntate que ahora mismo la aviso. —"Creo que la chica de recepción me ha reconocido"

Mientras esperaba miré los libros que habían ganado mucha fama gracias ellos, en algunos casos incluso orémoos como; crepúsculo, la silueta de la dama, algunos de lovecraft... imaginé que quizás ahí estaría el mío "El narrador" en grande para todo el mundo, bajo ese foco que daba más impresión visual a la imagen, y quizás, con algún premio.

A lo largo del pasillo que solo una vez transite se escuchaba el estruendo de unos tacones caminar con rapidez, como si la dueña estuviese furiosa o queriendo empezar una batalla campal. En cuanto las sombras se disiparon y la luz tenue dió con su rostro, vi a Natasha, con una cara tan enfadada que era mejor no preguntarle nada. Me miró un momento y su rostro se endulzó, miró a su secretaria y está simplemente agacho el rostro como si hubiera hecho algo malo.

—Tienes que tener más cuidado Isabela.
Esta asintió y en un leve susurro musitó. "si señora" Caminó hasta mi con los ojos completamente oscurecidos, me tendió la mano y levemente sonrió de lado. —Disculpa por haberte hecho esperar.

—Tranquila no pasa nada.

Ambas caminamos por ese pasillo donde sus tacones sonaban como el apocalipsis, mire para entender porque tal ruido, y es que andaba con fuerza, decidida, como si tuviese que romper el suelo. Si los tacones no fuese buenos probablemente ya se hubiese caído. Llegamos a su despacho, me abrió la puerta y con un leve gesto me hizo pasar.

—Ponte cómoda. —Pasó por detrás mia hasta llegar a su silla, se sentó y apoyó sus codos sobre la mesa. —He leído el libro completo, reconozco que no fue fácil, está en un idioma que obviamente no es el mío. —Levantò una ceja. —Pero me ha encantado, de hecho he hablado con varias empresas para venderlo en formato de tapa blanda y tapa dura y... también he hablado con dos amigos muy famosos para que lo promocionen.

Mi cara era un show, no me lo podía creer, ni siquiera pensar que sería así, que haría todo eso, y que mi historia es buena. Estaba con los ojos como platos, totalmente sorprendida, tanto que ella sonrió mientras abria un cajón sacando varios papeles.

𝑺𝒊𝒏 𝒒𝒖𝒆𝒓𝒆𝒓 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora