XII

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Por otra parte, Jhose se mantenía en el otro lado de la ciudad, con su novia Deni. Al parecer ambos se habían conocido en el instituto, llevaban tanto tiempo juntos que casi me daban envidia, solo me escribía para saber cómo iban las cosas con Katie. Y, como no podíamos quedar, pues, reconozco que le echaba de menos.

—¿Que tal el día?
Besó mi frente delante todas mis compañeras en especial Sam, que era una gran fan de Katie. —Has trabajado doce horas, estarás que te caes.

Asentí apoyada en su hombro. —Sam quiere una foto contigo.

Si, Sam quería una foto con la maravillosa Katie, de hecho, nos había visto hablando y fumando, y para cuando entre, inventar una excusa era prácticamente imposible. Me pidió tantas veces hablar con Katie, que al final tuve que decirle que ella era quien debía decidir. Algo que Sam respetó, hasta que la vio recogerme.

—Perdone señorita Mcgrath ¿le importaría hacerse una foto conmigo? —Y, para ser sinceros Sam era tan adorable que decirle que no era prácticamente imposible, tenía esos ojos de cordero degollado.

—Claro.
Sonrió Katie.

Era algo que me gustaba mucho de ella, a pesar de ser quien era, siempre tenía algo de tiempo para sus fans aunque fuesen pesados, o que muchas veces, se pasaran de la raya, ella, siempre altiva y reluciente sonreía ampliamente, firmaba, se echaba fotos, todo lo que fuese necesario. Así que, como era de esperar se hicieron la foto, de hecho la hice yo, algo que me hizo ver, como me miraba Katie, pues después de hacerla, me quede mirando un rato esa foto, y como sus ojos iban directos a mi. Nada sexual. Solo mirándome.

Devolví a Sam su Movil. Y Katie y yo nos fuimos a caminar un rato, algo que en las noches en California, se agradece bastante, ver a toda esa gente disfrutando del aire fresco, después de un día duro, era difícil de explicar.

Katie me abrazaba mientras caminaba, y, como otras veces, no paraban de mirarnos, solo que esta vez, la gente o, mejor dicho algunas y algunos, nos sonreían.

—Mañana grabaré the continnental puede que llegue tarde, así que había pensado que podrías venir.

—¿Con los otros actores?

—Bueno si, si solo saliera yo sería un tanto extraño.
Me vacilo.

—¿Y que pinto yo ahí?

—Bueno...

Antes de acabar Katie fue interrumpida por Junior, el otro hijo, el hermano de Jhose. No me dio tiempo ni a saludarle, me abrazo tan fuerte que pude notar como la mirada De la Morena se intensifican en el.

—Pelirroja ¿que tal? Que estás siempre con mi hermano Jhose.

—Ya es que como me ayuda con lo del libro y eso... pues nos vemos más.
Katie carraspeó. —Junior estas es Katie...

—Si ya se quien es, una pedazo de actriz.

Pese al comentario tan afortunado, Katie no sonrió de hecho tensó la mandíbula como hace una semana en su carabana, la misma tensión gesticular que mostraba que, no estaba en absoluto agusto con la situación.

—Por cierto Sarah está aquí, si queréis podemos ir a cenar juntos y así me pones al día, que ya me he leído el libro.
Aunque yo estaba muy animada, no solo por verle, si no porque por fin conseguía un objetivo muy complicado en escritores noveles, que lean tu libro.

—Buah me encantaría Junior pero si no te importa lo dejamos para otro día, Katie y yo tenemos que celebrar que por fin se está vendiendo el libro mundialmente.

—¡Que guay! Objetivo conseguido.
Me abrazo otra vez. Y para colmo salió Sarah, quien al verme no descarto la idea de darme dos besos y un acalorado abrazo.

—¿Como estás belleza?
Sarah era de esas personas a las que les encanta hacer cumplidos. —Casi no te vemos desde que estás con Katie. —Y eso último, me pillo por sorpresa.

Siendo sinceros Katie y yo no estábamos saliendo, al menos no oficialmente, o quizás si, no sabéis contestar con certeza, porque aunque yo estaba sorprendida con ese pensamiento y como contestar, Katie parecía muy tranquila.

—Si, bueno hemos estado algo ocupadas.

—Mucha cama... jajajaja
Abrí los ojos como dos platos, Katie y yo no habíamos hecho nada más allá de un par de besos, y con eso, yo estaba bien de momento, ella sin embargo carraspeó, y sin he conseguido conocerla algo mejor, cuando hacía eso, era por una situación incómoda.

—Ham... bueno... chicos nos tenemos que ir, te llamo mañana Junior.

—Sin falta pequeña.

—Si...

Así que, una vez tuvimos bastante lejos a Junior y Sarah, Katie me agarró de la mano. Estaba más tranquila, más como era ella. No hablamos nada durante el camino, no hizo falta, además el restaurante no estaba demasiado lejos. Un italiano, como no, aunque siendo europea me llamo algo la atención. Ya que a los americanos les encanta la comida italiana, pero recordemos que ella es irlandesa.

—Espero que te guste este sitio.
Me abrió la puerta. —Tenía una reserva a nombre de Katie Mcgrath. —La chica nada más verla sonrió ampliamente.

—Claro señorita Mcgrath.
Se le veía a la legua que le gustaba, la miraba de arriba a bajo, aunque tampoco era algo raro, Katie estaba preciosa, llevaba un vestido negro escotado y un recogido muy sutil en un moño. —El otro día leí que lo había dejado con el actor ese, la verdad no me acuerdo de como se llama. —Se rio.

—Aja nuestra mesa por favor.
Mire mal a la chica.

—Claro, pero hay alguna posibilidad...

—No, no la hay.
Ni siquiera la dejo terminar.

La chica nos llevó hasta la mesa, me miró mal un par de veces, y volvió a intentar ligar con Katie, ella simplemente, la ignoro. Durante la cena todo fue muy tranquilo, comimos Katie bebió dos copas de vino, y yo los dos Coca Colas, hablamos de los futuros proyectos de ambas. Ella seguiría con sus grabaciones, y yo por lo visto tenía muchos proyectos que Natasha no me había comentado.

—No se porque te lo dice a ti antes que a mi.
Bebí. —Es que parece que todo el mundo tiene más derecho sobre mis cosas, que yo misma.

—Tranquila, creo que me lo ha dicho a mí antes, para decirme los ingresos de los anuncios.
Acarició mi mano que descansaba sobre la mesa. —No te enfades, habla con ella directamente.

—Se enfado conmigo cuando... tú y yo...

—¿Y que? Sois adultas, ambas, aunque el más que tú.

—Ja ja

—De verdad habla con ella cariño no creo que tenga ningún problema, debería estar más enfadada conmigo, que la he estado ignorando.
Si, ella siguió hablando, pero yo solo pude quedarme con ese cariño... salido de sus labios de una forma tan natural... y lo peor de todo es que al terminar, mostró esa sonrisa que me volvía loca. —Estoy acostumbrada a que me miren tanto, pero como tú no.

Moví la cabeza rápidamente. —Es solo que... estaba pensando en lo que ha dicho Junior.

—¿El sexo?
Escupí la Coca Cola sobre el mantel. Katie se levantó a darme golpes en la espalda. —Ya te vale, bebe con tranquilidad, comes demasiado rápido. —Acarició mi espalda y se sentó. —Tampoco es para...

—Soy virgen.

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𝑺𝒊𝒏 𝒒𝒖𝒆𝒓𝒆𝒓 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora