XIX

85 8 1
                                    

Hoy trabajaba, por mi parte debía ir a firmar un par de libros que se habían vendido en última estancia, sinceramente era algo que no me apetecía hacer, el simple echo de recordar ciertas cosas que pasaron es España con algo parecido, provocaba en mí una sensación de rechazo. Al estar en América, tal y como firme con Natasha, una de las cláusulas detallaba al dedillo, que era una obligación.

Es por ello, que sin ganas, dejando a Katie en la cama completamente dormida. Me duché, desayuné y le hice el desayuno a ella, también, di de comer a Oisin, el pobre pedia con esos ojitos de cordero degollado, parte de mi plato. Debo decir que no accedí por el bien del animal, pero, me faltaron ganas para darle un poco de crispis de chocolate y que disfrutara de la leche fría tanto como yo.

El outfist por mi parte sería sencillo, pantalones vaqueros con ciertas roturas en las rodillas, y una camiseta blanca en la que se apreciaba el símbolo de "umbrella". El espejo me dio la razón de la desgana que tenía.

Jhose: imagino que ya estarás despierta, gracias por lo de ayer, mis padres siguieron discutiendo con las dos, pero Natasha está bien, imaginé que Katie se metería al ser su amiga, pero no, al final tuviste que hacerlo tú, me he enfadado algo con ella, nada grave, pero... no me gusto su actitud. Cambiando de tema hoy es un buen día, así que a tope, te estaré esperando allí, ya que Meredith quiere venir también 😊😊😊

El primer mensaje de la mañana, y mi corazón a mil por hora nervioso, ni un solo paso quería dar, solo quería darme la media vuelta y volver a dormir.

De la noche a la mañana mi vida estaba cambiando, tan rápido, que apenas era consciente de mi familia en España, hacía semanas que no hablaba con ellos, y pese a no haber acabada muy bien la última conversación, les echaba de menos, sobretodo a mamá.

Recordarla, me hacía sumergirme en aquellos Buenos momentos que vivimos juntas, tan buenos que apaciguaban los malos, de todas formas era consciente que quizás, ahora, en este instante en el que dar vueltas por la casa era lo único, que quitaba un poco, el nerviosismo, no era el mejor momento, pues mamá tenía un carácter difícil. Complicado.

Sentí vibrar de nuevo mi Movil. En ese estado de pensamientos profundos, solo, una vibración tan leve pero, sentida, podía quitarme todas esas imágenes en las que me estaba, poco a poco, sumergiendo.

Natasha: espero que ya estás despierta, intento escribir lo mejor posible para que entiendas todo. Te esperaré detrás de la entrada principal, hay que maquillarte y prepararte, no hace falta que vengas andando un coche te recogerá a menos cuarto.

Si, apagaba todos los pensamientos, y más una mujer como ella, tan directa, que pese a saber que quizás estaba como un flan, de poco importaba ya. Respire profundo, debía pensar en mil cosas más antes de que el coche llegara. Las tareas principales ya estaban echas, Oisin tenía su comida y le había abierto la puerta trasera para que saliera a correr un rato, los desayunos estaban listos, el de Katie esperaba en el microondas. Lavavajillas puesto, todo recogido y en su sitio. Puesto que ayer, cuando llegamos, no nos apeteció demasiado hacer nada de la casa, ambas estábamos cansadas, y por parte de Katie creo que estaba algo enfadada con Natasha, sinceramente, preferí no preguntar.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝑺𝒊𝒏 𝒒𝒖𝒆𝒓𝒆𝒓 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora