capitulo 2

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MELISSA

«¡Ya llegó! ¿Quién? Pues la zorra más zorra »

¿Ustedes no han deseado alguna vez golpear a alguien? Pues en este momento yo si quiero utilizar a la bicha esa, la quiero utilizar como saco de boxeo hasta que se le hagan huecos de tantos golpes.

La muy perra estaba prácticamente encima de mi jefe el cual la miraba irritado y la plástica más plástica del mundo habló con su boca de bótox:

–¡Querido! ¡¿No me extrañaste?!
–pregunto la rubia huesuda operada con una voz de pito que yo creo que hasta un perro le dolería escuchar.

El señor Evan quitó las manos de la mujer de su cuello ( que no se cuando lo hizo) y le dijo con una voz sería:

–¿Quieres la verdad?–le preguntó a la mujer y ella asintió – la verdad es que no te extrañé ni un poquito –dijo haciendo con sus manos una figura chiquitita.

Y yo me tape la boca con la cara, para evitar que se me escapara la risa que estaba conteniendo.

«¡Toma fasilona de Quinta! ¡El jefe no es tuyo!»

En mi mente una yo pequeña bailaba mientras cantaba «¡Ya no te quiere, buu! ¡Ya le das asco, buu! ¡Tu no le provocas ni un orgasmo!» prácticamente le hize un poema a la rubita esa.

Pero mi risa llamo la atención de los dos, el señor Evan me miró serio y yo me callé por qué tal vez le molestó, pero luego sonrió y yo hize lo mismo enseñando mis frenillos.

Sonia me miró con desagrado y dijo mirándome de arriba hacia abajo:

–Al parecer sigues aquí, y estás más fea que la última vez–dijo en burla –nunca creí que alguien podría verse más feo y ¡Mírate!–hablo el cerebro de gusano.

Y yo como no quería quedar avergonzada delante de mi jefe le respondí:

–¡Ay, la fábrica de plástico está por allá!– señalé.

Y ella me miró confundida y preguntó:

–¿Cómo...?

–Ay, disculpa, es que con tanta silicona en tu cuerpo te confundí como una botella –dije cruzandome de brazos mientras la miraba burlona.

Y al fondo de la habitación se escuchó una risa, y cuando me volteo ví al señor Evan tapandosé la boca con una mano y  me lo quedé viendo por qué de veía a un más guapo cuando reía...

El señor nos miro a las dos y dijo:

–Señorita Sonia jales, su trabajo será estar bajo las órdenes de la señorita palm–dijo Evan mirando a la cabeza de hormiga.

Y cuando escuché que estaría bajo mis órdenes hize un baile mental:

«¡Ahora eres mi esclava y tendrás que hacer lo que ordene, muahahaha!»

Agradecí mentalmente a mi querido señor Evan y la cerebro de mosquito se marchó de la habitación molesta quedando el y yo solos.

De repente sentí nerviosismo y un poco de sudor en las palmas de mis manos, y a través de mis lentes de abuela ví como el rostro de mi jefe me sonreía.

Y habló:

–Señorita palm, quiero que trabaje y siga trabajando como mi secretaria –dijo serio y yo solo asentí.

«¡Gracias a dios, porque no le iba a dar mi puesto a la zorrita Sonia!»

Rápidamente luego de esas palabras comenzamos a trabajar...

***

«¡Esto es muy difícil!»

Llevo rato trabajando, lo cual consiste en redactar unos documentos, pero no logro concentrarme teniendo a semejante hombre a mi lado, su olor llega hasta mis fosas nasales y hace que suelte uno que otro suspiro.

Pero hay algo que se, y es que el señor nunca se va a fijar en mi, porque ¡Mírame! ¡Parezco un pollito prematuro! ¡Con mis lentes de botella y mis frenillos! ¡Hasta yo entiendo porque ningún hombre se acerca a mi!

Aprovecho que el mi jefe no me está mirando y lo detallo, está tan absorto en su trabajo que ni se da cuenta de que lo estoy mirando.

No puedo evitar sonrojarme cuando lo veo entrecerrar los ojos mientras muerde el bolígrafo que tiene en la mano.

«¡Nunca pensé que tendría celos de un bolígrafo»

Y él de repente levanta su rostro y me pregunta:

–¿Sucede algo?

–no, no ocurre nada–respondo lo más seria posible.

–¿Ya terminaste de redactar el documento?–me preguntó.

–Todavia me falta un poco y lo termino –digo sabiendo que no he hecho nada todavía.

–Bueno está bien–dice y de repente se para y ve la hora –Voy a almorzar...¿Quiere venir?–me pregunta y yo lo miro y niego.

No quiero, por qué se que me voy a avergonzar cuando se me meta algo entre los frenillos y no lo pueda sacar así mejor evitó los problemas como dicen por ahí "soldado no muere en guerra avisada" por algo está ese dicho.

El asiente y se despide:

–Nos vemos luego señorita palm–y veo como se marcha.

Y me doy cuenta de como el traje de corbata que tiene le queda espectacular, y mi jefecito tiene un trasero, muy sabroso para ser hombre, con ese traje lo que me provoca es lanzarlo en la mesa mientras yo me monto encima suyo y...

Sacudo la cabeza.

Y mejor no sigo imaginando más por qué no quiero terminar dándome una ducha fría.

Intento de terminar de redactar los documentos y cuando me voy hacia el baño me consigo con la cuchara con patas de Sonia y ella pasa por mi lado con otras mujeres más y dice:

–¿No ven lo fea que es? Debe estar enamorada de Evan pero la verdad no tiene ni una sola oportunidad–dijo y todas empezaron a reír.

Y yo camine hacia el baño y me mire en el espejo y realmente aunque no quiera admitirlo, yo no era agraciada en ningún sentido, por eso me di cuenta de que lo que yo quería nunca se iba a cumplir.

Después de hacer pipí me lave las manos y me heche agua en la cara, y me la seque con una toallita húmeda y Luego salí hacia los pasillos con cara triste:

«Evan nunca se va a fijar en mi» 

¡Cómo conquistar a un hombre!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora