MELISSA
«¡Ay, mi jefecito me dejó encargada por unos días!»
Todavía recuerdo cuando me lo encargo y me dió una de esa sonrisas matadoras ¡Todavía lo recuerdo y me entra escalofríos!
Me lanze en la cama y agarre la almohada y la abrace, cierro los ojos y todavía puedo imaginarme en sus brazos, como cuando me caí del estante, y nuestros rostros estaban muy cerca.
«ojala me callera de nuevo del estante »
Con este pensamiento loco me quedé dormida.
«Mi jefe debe estar sufriendo en ese viaje de negocios »
Con ese pensamiento me quedé dormida.
***
¡Ring! ¡Ring! ¡Ring!
«¡Ayyyyyyyyy poooooorrrrrr diossssssss!»
Me levanté de la cama rápidamente, y fui hacia el baño, no sin antes apagar la bendita alarma.
Salí de el ya vestida, y me hize mi peinando de siempre, salí del edificio, pedí un taxi y llegué a la empresa.
Salí de allí y cuando entro como siempre me encontré a Janice y yo la saludo:
–¡Buenos días, Janice!
Y ella hizo un movimiento con la mano y dijo:
–¡Melissa, el señor me llamo y me dijo que le dijera que redactara unos documentos que tenía en su despacho!
Yo le alcé mi pulgar en señal de esta bien y me despedí y fui hasta el despacho.
***
«¡No lo voy a lograr!»
Estoy delante de la pila de papeles más grande en el mundo ¡¿Cómo quiere mi jefecito que termine esto en un día?!...
Una imagen del señor Evan aparece diciendo:
"Lo dejo en sus manos, señorita palm"
Yo trago en seco...¡El señor tiene mucha confianza en mi, no puedo defraudarlo! No, claro que no. ¡Voy a dar todo de mí!
Agarro unos papeles con cara segura y determinada y cuando estoy apunto de comenzar entra el cerebro de cucaracha en la oficina y yo alzó la cara mirandola con expresión de "¿Que quieres?".
Ella me da un teléfono con expresión fastidiada y yo la miro sin entender y ella habla molesta:
–¡Evan está llamando tarada y quiere hablar contigo!
Yo agarro el teléfono y contesto la llamada mientras le hago una seña al cerebro de hormiga para que se vaya y cuando se va escucho en el teléfono un :
–¿Señorita palm?
«¡El señor Evan me está llamando a mi!»
–¿Señor Evan?
–si soy yo, señorita palm... necesito un favor de usted–dice.
«¡No solo un favor le puedo dar, señor, también le puedo dar varios hijos!»
–¿Que será, señor?–digo mientras juego con mis gafas.
–Necesito que reserve una habitación en el hotel 'harim'...¿Puede hacerme eso?–pregunto con esa voz sensual.
–¡Claro que si mi jefe!–al momento de hablar y lo arreglo –digo jefe.
Escucho una risa por parte de mi jefe y las mariposas en mi estómago no se hacen esperar.
Y él se despide:
–Bueno, adiós... señorita palm, nos vemos mañana.–y corta la llamada.
Y yo me lanzó en la silla suspirando enamorada y luego pienso emocionada:
«¡Solo falta un día para volver a ver a mi Evan!»
Empeze con mi trabajo, terminandolo ya tarde como a las ocho de la noche, y salí de la empresa muy tarde.
Fui hacia el hotel y pedí la reservación del señor y me fui a mi casa y cuando abrí la puerta las luces estaban apagadas y yo recordé que las había dejado encendidas y cuando agarro un jarrón para lanzarselo a cualquiera que encontrara en mi apartamento.
Y justo cuando iba a lanzarselo a cualquier cosa, las luces se encendieron dejandome ver a mis locas amigas.
¿Que? Que sea fea no significa que no tenga amigas.
Corro a dónde están mis amigas y las abrazo y grito impresionada:
–¡Chicas!
Todas me sonríen y bueno ya las puedo presentar una a una, Julia rubia guapa, Catalina un cuerpazo de escándalo, Rebeca la cara más preciosa, Irina la más graciosa y yo somos un grupo de amigas desde la escuela estamos juntas.
***
Nos encontramos en la sala hablando de la vida, estoy lanzada en el suelo mientras me como una barra de chocolate.
Julia me pregunta:
–Oye, Meli ¿Cómo te va con el jefe ese tuyo?–yo me pongo roja en segundos.
Hablo avergonzada:
–Bueno...yo...–no se ni que decir.
Catalina me abraza fraternalmente y dice con una sonrisa:
–Apuesto a qué ya te invito a salir ¿Verdad?–me mira alegre.
–No...–no me dejan ni siquiera hablar.
Rebeca aplaude cómo foca y grita:
–¡No te vas a morir virgen!
Yo la miro molesta y ella se encoge de hombros:
–Perdon, pero es la verdad.
Y a mi me da más rabia por qué tiene razón.
Entonces empezá una discusión entre Catalina, Rebeca y Julia:
–yo voy a ser su madrina –dice Rebeca.
Catalina la mira molesta y dice:
–no. Yo seré su madrina –asegura Catalina.
Y Julia grita:
–¡Ninguna de ustedes, seré Yo!–en eso empiezan a discutir las tres chicas.
Y yo estoy como tonta parada en el medio de la discusión, no se ni cómo explicarles que no tengo ningún tipo de relación amorosa con el jefe aunque quisiera.
–Chicas...–las llamó pero no me prestan atención.
Veo como Catalina le saca el dedo del medio a las otras dos y se que esto va a ser una matazon entre ellas.
Pero Irina levanta la voz y dice:
–¡Cállense ya! ¿Acaso no ven que están haciendo un escándalo y que Melissa a intentado hablar y ustedes no la dejan hacerlo? ¡Comportense por dios!–dijo eso mirando a cada una de las chicas y así fue como se callaron.
Caminé hacia Irina y le apreté el hombro y le dije:
–Gracias...–ella solo sonrió.
***
Cuando las chicas ya se calmaron empeze a explicarles las cosas como están.
Respiré profundo y les dije:
–El señor Evan me ve como lo que soy solo una empleada y además ya hay muchas mujeres detrás de el y yo no soy nada al lado de ninguna de ellas –dije apenada mientras me retorcía las manos en un acto nervioso.
Todas las chicas se miraron entre si pero no dijeron nada, sólo fue Irina quien habló:
–Cuentanos toda la historia completa, tenemos toda la noche–y yo empecé a contar todo.
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¡Cómo conquistar a un hombre!
RomanceMelissa trabaja para Evan Fisher, desde hace más dos años, y en ese tiempo a logrado enamorarse de ese hombre atractivo, ella lo ve como una botella de Pepsi cola en el desierto, y el la ve como si fuera solo su empleada, por qué el aspecto de ella...