Memorias de un Adios

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Una cosa que puede doler tanto como el veneno es una amarga despedida de dos corazones que antes se amaban con una intensidad sin igual, pero que ahora debían alejarse por conflictos y problemas que no se han solucionado.

Ramón dió un último abrazo a Poppy el cual ella correspondió, ninguna quería realmente separarse del otro, ambos preferían otra cosa que la idea de terminar su relación. Sin embargo, ambos trolls eran demasiados orgullosos como para ceder, Poppy era le reina de la villa, si Ramón no podía entender o respetar las decisiones de reina de ella, entonces qué pasaria cuando se casarán, sería nada más las cosas como Ramón quería y ella debía quedarse callada, eso no era lo que ella quería. Por su lado Ramón por mucho que había cambiado y aprendido a ceder, él no podía seguir permitiendo las tonterías casi mortales para la vida que ella siempre hacia, casi parecía que Poppy nunca aprendería.

Ambos se sentían frustrados porque se amaban y querían lo mejor para el otro, pero no habían aprendido del todo como encontrar el balance perfecto entre las posturas de ambos. Parecía que seguiría en estas peleas por el resto de la vida hasta que un día todo cambio.

-¡Deberías irte si no te gusta! -exclamo Poppy.

-¡Debería irme si no te gusta! -exclamo Ramón.

Ambos trolls se habían quedado en silencio sorprendidos de haber coincidido en una terrible idea. Ninguno quería separarse, pero otra vez el orgullo envenenaba sus corazones haciendo que recordaran cada mala discusión, decisión o terribles peleas.

-Tal vez sea lo mejor, al final, no sé en qué pensaba cuando te canté esa canción.

Eso había sido un golpe muy bajo, si no hubiera Sido por esa canción, tal vez los trolls estarían en el estómago de los bertenos.

-Tal vez hubiera Sido mejor quedarme con Bridget, aunque fuera bertenos, ella tenía más corazón troll que tú.

Ambos estaban lastimando se con más crueles palabras, algo andaba mal con sus sentimientos, no parecían ellos mismos. Ambos se amaban y por eso cada palabra cruel dolía más que cualquier golpe o intoxicación de frutas raras. Al final Ramón tomo la decisión de irse de Villa Troll y dejar que Poppy siguiera sus instintos y él los suyos, aunque no estaba de acuerdo, él sabía que aquellas chispeantes ideas solo buscaban lo mejor para su comunidad, pero él ya no quería ser parte de ella.

Poppy quería detenerlo, se dió cuenta de que esto no era lo que debían hacer, que no era lo correcto, pero su orgullo le impidió decir lo que ella sentía y en vez de ello, solo le dijo que este siempre sería su hogar, que Ramón siempre podía volver. Ninguno de los dos dijo lo que realmente quería decir, pero así fue lo que ellos decidieron.

-Adios gruñón, Villa Troll no será lo mismo sin ti -dijo Diamantina.

-Cuidate allá afuera -dijo Grandulón.

-No aceptes dulces de nadie y evita malas influencia -dijo Dj.

-¡No te vayas Ramón! -dijo triste Chiquilina.

Era increíble, el grupo de Poppy siempre imagino que cuando Ramón se fuera, ellos estarían normal, pero estaban tristes, ellos quería convencer a ambos trolls que cambiarán de idea, que podían solucionar esto, pero Ramón se fue, ni siquiera Poppy de despidió porque ella está a llorando en su habitación triste pensando que Ramón vendría a su casa para decirle que se había arrepentido, por otro lado Ramón esperaba que fuera Poppy quien apareciera para detenerlo, ni siquiera buscaban tener la rwzón, solo buscaban sentirse valioso para el otro.

Unos meses pasaron desde que ambos se separaron dejando morir su relación. Sin embargo, sus corazones se negaban a aceptarlo y aún estaban molestos con sus dueños por haber sidos tan idiotas y no apreciar el gran amor que ambos tenían.

Armonía de dos trolls IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora