Sr. Celoso II

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Muchas gracias por siempre seguir este trabajo a pesar de los fallos o tardanzas que son mi culpa. Espero que a pesar de los problemas, cada capítulo les dé una gran sonrisa en el día y les ayude a olvidar un momento lo malo del día. Gracias por leer.

Ramón estaba mirando por última vez todo lo que alguna vez había logrado con sus propias manos, mudarse era un tema difícil, en especial cuando el búnker representaba el corazón de Ramón cuando este se escondía y como una bella flor, comenzaba a florecer gracias al apoyo de todos y de su querida Poppy.

—¡No, no quiero pensar en ella! —Sacude su cabeza —. Ella me cambió y si no soy suficiente para ella, entonces creo que lo mejor sería irme a otros lugares para encontrar mi nuevo hogar.

El troll se da media vuelta para irse, no sin antes regresar y acomodar algunos frascos que estaban mal colocadas. Al notar al espectador, él responde lo siguiente: "Solo porque me esté mudando, no quiere decir que no pueda dejar todo ordenado para aquel afortunado que se vaya a mudar aquí."

—¿¡Ramón qué haces!? ¿¡Por qué tienes tantas cajas etiquetadas para mudarte!?

Poppy abraza como costumbre a Ramón para saludarlo, al tocarlo ella siente una frialdad tan grande como el polo norte. Ella sabía que Ramón aún le costaba dar abrazos cariñosos como los que ella le gustaría, pero jamás había experimentado un abrazo tan frío e indiferente como ese.

—Oh, Poppy, no sabía que estabas aquí y muchos menos que tuvieras interés por mis cosas —respondió siendo educado, pero cortante en su actitud. 

—Ramón mío, claro que yo siempre muestro interés en lo que haces, eres mi chico especial, el pegamento de mi corazón hecho en recortes. Eres lo primero que pienso al despertar y lo último que pienso al dormir, cuando me ves con esos ojos bellos yo siento ganas de besarte y amarte.

—¡Ya basta, me haces más difícil ser frío y distante contigo cuando te pones así de cariñosa conmigo! No me gusta porque necesito estar molesto, no enamorado.

—No entiendo, ¿por qué tú quieres estar molesto conmigo? ¿Hice algo malo? —Se puso a pensar —¡Ah! Ya sé qué pasa.

—Oh, qué bueno, al menos eres lo bastante madura de reconocer tus fallos. 

Poppy toma las mejillas de Ramón y pega sus narices con una mirada romántica que solo ella le dedicaba a su muchacho más dulce y a quien amaba con locura. Ramón se le pusieron las mejillas rojas por las acciones de ella, lo que provocaba que Poppy sonriera como una boba enamorada.

—No hemos estado mucho tiempo juntos, creo que nos vendría bien una buena salida en la noche, solo tú y yo, besándonos —Acerca aún más sus labios con los de Ramón —. Hace tanto que necesitamos solos un momento para nosotros y que me vuelvas a demostrar cuanto me amas.

—¡Basta! —Se separa de Poppy y coloca una mano en su corazón acelerado y otra se daba abanicos —. Siempre sabes como ponerme así, no es bueno que me digas todas esas cosas cuando estás saliendo con Arroyín también.

Poppy pasa de boba enamorada a una cara de completa confusión y disgusto, como si en vez de Arroyín, ella hubiera escuchado que salía con alguna clase de bolsa con las peores basuras en su interior. La troll rosa no comprendía por qué Ramón, el hombre que la conoce mejor que nadie pensara que ella estuviera interesada en Arroyín, ni siquiera el troll en sus peores locuras debía pensar que su querida novia estuviera interesara en el peor troll que la trollmanidad hubiera conocido. 

Poppy casi sentía que se le iba a revolver el estómago. Oh no, si se fue a vomitar arcoíris en el baño del troll azulado, quien se preocupa, pero aún intenta lucir decepcionado y molesto. 

Armonía de dos trolls IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora